Entre sacos de cemento y ladrillos, los habitantes del barrio habanero de Regla se tomaron este viernes un respiro en la reconstrucción de las casas que les arrebató un brutal tornado hace un mes para escuchar a Silvio Rodríguez, que acudió a abrigar con su trova a los cientos de personas que lo perdieron todo.
Niños y ancianos, estudiantes y hasta los perros callejeros del barrio Modelo, una de las zonas que el tornado barrió literalmente el pasado 27 de enero, se acercaron al concierto número 99 de la “Gira por los Barrios” de Silvio, actuaciones gratuitas que el trovador regala periódicamente a sus compatriotas.
“Me parece extraordinario que venga a un lugar en que todavía las heridas son recientes, y la música es sanadora. Silvio nos acostumbra a eso todo el tiempo”, afirmó a Efe una de las espectadoras desde la primera fila.
Al aire libre, bajo el mismo cielo raso del que descendió inesperadamente el tornado que segó la vida de siete personas y dejó un sendero de devastación, el músico desgranó dieciséis canciones sobre un escenario de apenas cinco metros de largo y bajo la bandera cubana que siempre le acompaña como único ornamento.
Tocado con su habitual gorra, el cantautor arrancó con “Yo te quiero libre” para seguir con “Mi casa ha sido tomada por las flores”, “La canción de la trova” , “El papalote” y “Viene la cosa”, aunque el entusiasmo llegó con “La maza” y su coreado “qué cosa fuera, corazón, qué cosa fuera…”.
Antes, había caldeado el ambiente el repentista Alexis Díaz Pimienta y previamente el laureado Coro Entrevoces, que bajo la dirección de Digna Guerra versionó clásicos como el “Chan chan” de Compay Segundo, “Qué manera de quererte”, de Gilberto Santa Rosa o “El manisero” de Moisés Simons.
En la explanada de la calle Cuarta esquina con B, pero también desde balcones convertidos en privilegiados palcos o directamente encaramados a los tejados que la tormenta no logró arrancar, los vecinos de Regla suspiraron con “Rosana” y se emocionaron con “América”.
“La música es una buena forma de apoyar a las personas a las que les han afectado los recursos materiales pero también espirituales y esta es la forma que tiene Silvio de retribuir lo perdido”, comentó a Efe Amalia, una estudiante apostada con su novio en las primeras filas.
El músico, uno de los padres de la nueva trova cubana junto a Pablo Milanés y Noel Nicola, dejó para el final un plato fuerte que su público le pidió varias veces con descaro salpicado de confianza al grito de “¡oye, canciones viejas, Silvio!”.
Sonaron entonces los primeros acordes de “Ojalá” y ya nadie se acordó, por unos minutos, de los muebles destrozados, los muros derruidos y los recuerdos perdidos, con todos los sentidos puestos en acompañar a Silvio en sus versos más célebres: “ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta”.
Y después de este clímax quedó tiempo para dos bises, la “Tonada del albedrío” y “El mayor”.
Antes de irse, el trovador enarboló una cámara de fotos -a la antigua, nada de ‘selfis’ con teléfono celular- y pidió una sonrisa a su público, del que se despidió con un “quedaron bonitos, gracias y buenas noches”.
Sobre el escenario le acompañó un plantel de músicos de primer nivel, como la flautista Niurka González, el contrabajo Jorge Reyes, el batería Oliver Valdés y el dúo de guitarra y tres Trovarroco, integrado por Rachid López y Maykel Elizarde.
Silvio Rodríguez ha adelantado que el próximo concierto de su “Gira por los Barrios”, el número cien, se celebrará el próximo 29 de marzo, también en uno de los barrios afectados por el tornado.
Además de en Regla, el tornado que el 27 de enero se formó durante una fuerte tormenta en la capital cubana causó graves destrozos en 10 de Octubre, Guanabacoa, San Miguel del Padrón y Habana del Este, con ráfagas que superaron los 300 kilómetros por hora.
El fenómeno dejó siete fallecidos, 195 heridos, 10.000 personas desplazadas de sus hogares y daños en 7.872 viviendas de las que 730 quedaron destruidas totalmente y otras muchas sufrieron derrumbes y pérdidas parciales de paredes y techos.
Pero el tornado también provocó una movilización sin precedentes de la sociedad civil cubana, que a través de las redes sociales se organizó de forma espontánea y se volcó desde los primeros momentos en ayudar a los afectados, algo hasta ahora inédito en un país en el que este tipo de asistencia la solía prestar en exclusiva el Estado.