Unos 500 comensales de diversos países se sentaron hoy a la mesa juntos y vestidos de blanco en La Habana para celebrar por primera vez en Cuba “Le Dîner en Blanc” (la cena de blanco), una reunión de amigos en la que se comparten manjares, champán y ron, en esta ocasión al son de ritmos cubanos.
La cena, cuyos invitados eran de Estados Unidos, Cuba, Francia y Japón entre otros países, tuvo lugar en el patio del Hotel Nacional.
“Le Dîner en Blanc” es una fiesta creada en París en 1988 por el francés François Pasquier, que tras un viaje quiso hacer un elegante picnic en secreto con sus amigos. La idea tomó fuerza y hoy se realiza en 80 ciudades de 30 países.
“Es un evento que reúne a amigos, no tenemos un mensaje específico. Los invitados vienen para traer su propio mensaje y compartir un momento de amistad”, explicó a Efe Pasquier, que asistió como uno más a la fiesta en el hotel habanero.
La única regla estricta para participar en la cena, además de contar con una invitación, es vestirse completamente de blanco, lo que aporta al evento una estética uniforme ya que tanto los manteles como el mobiliario también son de este color.
“Blanco es que somos todos iguales tanto en el corazón como en los vestidos”, describió el fundador del encuentro.
Además de degustar platos cubanos e internacionales muchos de los invitados llevaron su propia comida, ya que esto es lo que sugiere el evento en su concepción original en París, donde se celebra como un gran picnic en espacios públicos en el que los participantes comparten sus propias iniciativas gastronómicas.
“He matado tres pájaros de un tiro: lucir elegante, probar buena comida y visitar Cuba, un país al que nunca había venido antes”, indicó a Efe una invitada que viajó desde Miami a La Habana este fin de semana para asistir a “Le Dîner en Blanc”.
Seria motivo de admiracion ver la amistad, la confraternizacion y el optimismo que transcurren en eventos de esta naturaleza excepto que, resulta indolente, inmoral y fuera de lugar esta opulencia y derroche en Cuba, donde cientos de miles de madres no saben que podran darle a sus hijos de comer o sus padres no tienen donde obtener materiales de construccion para mantener su vivienda en pie.
Eventos como estos podrian ser de gran utilidad social, si los asistentes y el gobierno los utilizaran para que los presentes promovieran la solidaridad humana mediante la creacion de pequenas inversiones de sus conciudadanos no para la Habana que algunos tartan de convertir en la vitirina de Cuba sino, para La Lisa, El Fanguito, Palma Soriano o Caimanera.
Porque no promover la creacion de Micro Empresas Mixtas con organizaciones de Mujeres, Discapacitados y Desempleados, para lo cual bastaria el costo de lo abonado por cubierto y pondrian sus pies a miles de personas desesperadas por falta de ingresos?
A quien pretenden enganar con celebraciones de este tipo, cuando miles de pacientes carecen de medicamentos basicos, millones de hectareas permanecen sin cultivar y miles de jovenes purgan prision porque el deterioro economico del pais los obligo a delinquir?
Cuba no puede regresar al 31 de Diciembre de 1958, cuando Fulgencio Batista y su compinches celebraban fastuosamente el fin de ano, mientras el pueblo se desangraba y moria en las calles o en las mazmorras de Mazorra.
Mientras tanto Guillermo García Frías propone una dieta de jutía, avestruz y cocodrilo para paliar la escasez de carne de res en la isla y mejorar la dieta de los cubanos. Evidentemente él desayuna con leche de avestruz, lo cual justificaría su afirmación de que produce más que una vaca y, a la vez, justificaría el estado en que se encuentra su cerebro evidentemente mejorado por las bondades del lácteo.
Poquito a poquito se van quitando a careta