Mantuvo la UNICEF apoyo al programa de vacunas e inmunización en Cuba

Lo hizo gracias al apoyo internacional que permitió la adquisición de la vacuna triple viral y de equipos para fortalecer la cadena de frío, así como fortalecer la formación de los profesionales encargados de la vacunación y realizar campañas en la población, entre otras acciones.

Vacunación infantil contra la COVID-19 en Cuba durante la pandemia. Foto: Modesto Gutiérrez Cabo / ACN / Archivo.

Vacunación infantil contra la COVID-19 en Cuba durante la pandemia. Foto: Modesto Gutiérrez Cabo / ACN / Archivo.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) mantuvo durante el pasado año el apoyo al Programa Nacional de Vacunas e Inmunización en Cuba, aun en medio del peor momento de la pandemia de la COVID-19 en la Isla.

Lo hizo, entre otras acciones, mediante la adquisición de la vacuna triple viral contra la parotiditis, la rubeola y el sarampión (MMR, por sus siglas en inglés), y la distribución de equipos de protección personal y de insumos para el fortalecimiento de la cadena de frío en las instituciones de la atención primaria a cargo de la administración y manejo de las vacunas, de acuerdo con una nota de la organización a la que tuvo acceso OnCuba.

Dicho respaldo también incluyó la promoción de salud en torno a la importancia de las vacunas para niñas y niños, y al fortalecimiento de las capacidades de profesionales a cargo de la implementación de este Programa, gracias al que se logró inmunizar al 100% de la población pediátrica de un año de edad en la Isla.

En su nota, la UNICEF reconoce que la compra de vacunas no producidas en Cuba ha sido históricamente un gran reto para el país caribeño, y que la pandemia de la COVID-19, combinada con la compleja situación económica que atraviesa la nación, hizo que la adquisición de las vacunas fuera un desafío todavía mayor.

Sin embargo, gracias al apoyo del Cabildo de Gran Canaria, España, fue posible la entrega de materiales y suministros que posibilitaron mantener adecuadas condiciones higiénicas en los lugares donde se realizó la vacunación, añade la información.

La agencia internacional precisa que con los fondos donados por las administraciones públicas españolas fue posible también adquirir equipos que fortalecieron la cadena de frío en las instituciones de salud encargadas de administrar las vacunas, formar a los equipos de vacunación y realizar campañas en la población.

El Programa Nacional de Vacunación, de carácter universal y gratuito, no se detuvo en Cuba, ni siquiera en el período más complicado de la COVID-19, subraya la UNICEF.

Su nota explica que a través de esta estrategia, surgida seis décadas atrás, se vacuna a la población cubana (infantil y adulta) contra 13 enfermedades y entre sus resultados más relevantes está la eliminación de la difteria, el sarampión, la parotiditis, la rubeola, la poliomielitis y la tos ferina.

Otras, como el tétano y la enfermedad meningocócica, no constituyen un problema de salud pública, por sus bajos niveles de incidencia en la Isla, reconoce la organización.

UNICEF Cuba asegura que para su oficina resulta una “prioridad” mantener “el apoyo al Programa Nacional de Inmunización, con el acompañamiento del Comité Español, para dar continuidad a los esfuerzos del país por garantizar la salud y bienestar de niñas y niños cubanos”.

A lo largo de la pandemia de la COVID-19, la UNICEF ha intensificado su colaboración con la Isla, y ha unido esfuerzos con otras organizaciones y países para brindar ayuda al sistema de salud cubano.

Proyecto de Japón y la Unicef aporta casi 3 millones de dólares para enfrentar la pandemia en Cuba

En este período, la organización entregó al país una donación de 19 toneladas de leche en polvo para reforzar dicho sistema y participó junto al gobierno de Japón en un proyecto que aportó tres millones de dólares para la adquisición de equipos e insumos para la cadena de frío, necesaria para la vacunación anticovid, así como para el diagnóstico y atención oportuna de las complicaciones causadas por la enfermedad infecciosa.

Además de equipamiento y apoyo a puntuales instituciones como el hospital pediátrico Juan Manuel Márquez, de La Habana, esta agencia de las Naciones Unidas donó a Cuba una planta de fabricación de oxígeno para uso médico para contrarrestar los efectos de la enfermedad, en momentos en que la Isla sufría el mayor azote de la pandemia y tenía serias dificultades con el suministro de ese gas medicinal.

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