La dipirona, uno de los medicamentos más demandados en Cuba, tiene hoy una distribución estable en las farmacias, según Rita María García, directora de Operaciones y Tecnología del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma).
“Todos los meses de este año hemos entregado al sistema de salud pública 84 millones de tabletas, logrando mantener cobertura de 30 días para que llegue a la población”, aseguró en declaraciones al diario Granma.
En contraste con el año anterior, cuando Cuba vivió una seria crisis en la producción y distribución de medicamentos –con afectaciones en un centenar de fármacos–, actualmente las carencias se han reducido y “se ha logrado una mayor estabilidad”, aunque las autoridades reconocen que el primer semestre de 2018 no ha estado “exento de problemas”.
Sobre la dipirona, García precisó que, a partir de septiembre, además de la de 300 mg, también se distribuirá la de 500 mg, y explicó que se ofrece información “para evitar lo que hoy es un hábito del cubano, referente a consumir dos tabletas de este fármaco”.
Sin embargo, la situación de la aspirina, otro medicamento muy solicitado, es diferente. La espacialista de BioCubaFarma recordó que la de 125 mg es importada y “aún no se encuentra un proveedor”.
Como solución, dijo que “se trabaja desde el año pasado en la introducción de la aspirina de 81 mg, y se ha estado suministrando la aspirina de 500 mg”. Esta última, afirmó, “estuvo en baja cobertura por inestabilidad de la materia prima, pero ya arribó al país y se comenzó el proceso productivo”.
Otras faltas
Rita María García informó que junio cerró con 48 fármacos en falta en el sistema nacional de salud. De ellos, los de “mayor impacto”, son los de “prioridad uno”, los que “responden a programas específicos y no tienen sustituto, y por tanto tienen mayor connotación para la población”.
En este grupo, según ella, las ausencias han oscilado entre los 15 y 20 fármacos en 2018, y en estos momentos son 18 los medicamentos no disponibles .
“Hacia ahí estamos enfocados, pues son aquellos para los cuales no hay otra indicación terapéutica, si bien el médico puede sugerir otros de similar acción farmacológica”, explicó.
La directora de Operaciones y Tecnología de BioCubaFarma, aseguró que hoy la industria farmacéutica “hace un esfuerzo considerable” y se trabaja, además, “en el perfeccionamiento del ciclo logístico”.
“Estamos produciendo en cantidades superiores a años anteriores, convencidos de que lo más importante es que el medicamento que haga falta esté disponible, en la cantidad que sea necesario”, agregó.
Entre los medicamentos que no hoy están disponibles se hallan la Primaquina y la Amiodarona –”para los cuales no se ha logrado encontrar proveedor, pero se buscan alternativas”–, así como el Clonazepam y el Alprazolam, que entre los días 17 al 27 de julio deben llegar a la Isla, “y en agosto sale a la producción y a la distribución en el sistema de salud”.
Mientras, en baja cobertura continúan algunos antibióticos como la Cefuroxima, “ya con entrada inmediata de materias primas”, y la Cefotaxima, “que ya se encuentra en territorio nacional”. En el caso de la pentoxifilina, “no se alcanzará estabilidad hasta el mes de septiembre.”
Otros productos como las tiras reactivas para medir el nivel de glucosa en sangre, y los antirretrovirales – “cuyos ingredientes activos acaban de arribar, y están en proceso de análisis para incorporar a producción”– deben comenzar a estabilizarse, dijo García, quien también refirió que en el caso de las cremas y ungüentos, junio cerró con cuatro faltas, en comparación con las 25 de años anteriores.
De los 761 medicamentos del cuadro básico de la Isla, 486 son de producción nacional, de los cuales 482 corresponden a BioCubaFarma, mientras otros 275 son importados. “Somos responsables del 82 por ciento de los productos que van a las farmacias, por tanto, nuestra industria tiene un peso importante en los medicamentos que van de cara a la población”.
Entre las causas que impiden “una completa estabilidad en la producción y suministro de medicamentos” García cito las ineficiencias internas, la falta de financiamiento oportuna para pagar a los proveedores, y el hecho de que algunos proveedores han cerrado fábricas, como es el caso de China e India, “lo cual ha conllevado a redireccionar compras”.
“Esta es una industria muy específica, en la cual, si un proveedor deja de ofertar determinado producto, buscar otro implica tener que comenzar un proceso de validación no menor a tres meses, por lo cual se requiere tiempo. Llevamos años tratando de obtener más de un proveedor para un producto, para cuando ello ocurra tener una alternativa inmediata, pero no se ha logrado en todos los casos”, explció.
Sobre el impacto del embargo estadounidense, dijo que en 2018, “en al menos tres productos hemos tenido que redireccionar las compras de materias primas porque no hemos contado con alternativas, y son medicamentos que hoy se mantienen en falta”.
De acuerdo con Granma, la Industria Biotecnológica y Farmacéutica cubana prevé un plan de inversión hasta el año 2030 de más de 2,000 millones de dólares, que contribuirá a ampliar las capacidades productivas con altos estándares.
Verguenza deberia darle al gobierno cubano no poder garantizar las medicinas de sus jubilados.Sin embargo arremeten diariamente en los medios de prensa en contra del imperio.Doble estandar ya de sobras conocido por el mundo.