La Catedral de La Habana acogió este jueves una misa en honor al fallecido papa Francisco, cuya homilía estuvo a cargo del Nuncio Apostólico, monseñor Antoine Camilleri.
A la eucaristía asistieron el presidente Miguel Díaz-Canel, el canciller Bruno Rodríguez, y otras autoridades cubanas. También participaron embajadores e integrantes del cuerpo diplomático en la isla, entre los que estuvo Mike Hammer, jefe de la misión de Estados Unidos.
De igual forma, estuvieron en la catedral representantes de otras iglesias y denominaciones religiosas, fieles católicos y población en general, según los reportes de prensa.
Quien no asistió fue el cardenal Juan de la Caridad García, arzobispo de La Habana, que viajó a Roma para asistir a los funerales del papa y al cónclave cardenalicio que debe elegir a su sucesor.
Durante la misa, el Nuncio Apostólico resaltó el “compromiso con el diálogo” y las “iniciativas de reconciliación entre naciones” del Sumo Pontífice, quien falleció el pasado lunes a los 88 años.
Camilleri recordó la sencillez de Francisco y sus formas que, de acuerdo con él, llegaron a generar “incomprensión hasta dentro de la Iglesia”. También afirmó que el papa “quería mucho” a “la Iglesia de Cuba y al pueblo cubano”, según reporta la agencia EFE.
El medio español hizo notar que, en cambio, no hizo referencia directa al papel del papa en el acercamiento entre la isla y Estados Unidos, ni a la reciente mediación del Vaticano para la excarcelación de más de 500 presos cubanos.
Camilleri apuntó que el papa siempre llamó a “reconocer a nuestro prójimo, sea quien sea, sea cual sea su fe, su nacionalidad o sus ideas, como hermanos, como hermanas”.
Además, el Nuncio consideró el pontificado de Francisco como un “gran don para la humanidad” y resaltó al pontífice como una “autoridad moral para todos”, añade, por su parte, Prensa Latina (PL).
De acuerdo con su reseña, también participaron en la liturgia otros religiosos cubanos y una agrupación coral interpretó los salmos. Las palabras de despedida estuvieron a cargo de monseñor Ramón Suárez Polcari, vicario general y canciller de la Arquidiócesis de La Habana.
La presidencia cubana destacó en sus redes la presencia de Díaz-Canel en la ceremonia y su saludo con el Nuncio Apostólico. De igual forma, consideró que la misa fue “una muestra de la comunión de la Iglesia cubana con el sentir del catolicismo mundial”.
| La Misa de Honor al Papa es una muestra de la comunión de la Iglesia cubana con el sentir del catolicismo mundial, tras el fallecimiento del Pontífice el pasado 21 de abril.
En la celebración se recordó el cariño y la cercanía de Francisco con #Cuba y con su pueblo. pic.twitter.com/qDG7xq5b0o
— Presidencia Cuba (@PresidenciaCuba) April 24, 2025
Por su parte, la Embajada de Estados Unidos en La Habana destacó la presencia de Hammer y aseguró que al asistir a la misa “el encargado de negocio expresó el respeto del pueblo estadounidense por el primer Papa latinoamericano que abogó por los más vulnerables y por un mundo más compasivo”.
Tras el fallecimiento de Francisco, el Gobierno y los medios cubanos han destacado la figura del Sumo Pontífice y sus vínculos con la isla, donde se decretaron tres días de duelo oficial.
Mientras, líderes como el exmandatario Raúl Castro y el presidente Díaz-Canel le dedicaron mensajes al Sumo Pontífice. Castro en particular lo calificó de “amigo entrañable” y aseguró que lo llevaría “siempre” en su corazón.
Francisco visitó a Cuba en 2015, poco después de que se restablecieran las relaciones entre La Habana y Washington. Con ello se convirtió en el tercer papa consecutivo en viajar a la isla, tras sus dos inmediatos predecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
En esa oportunidad, ofició misas en La Habana, Holguín y Santiago de Cuba, recibió una calurosa acogida de la población y se reunió con el ya fallecido Fidel Castro, con el entonces presidente Raúl Castro, y con jóvenes y representantes del clero y la comunidad religiosa de la isla.
Un año después, en 2016, el papa se reunió con el Patriarca Kirill de Moscú, durante una escala en La Habana. En esa oportunidad, Cuba resultó sede de un encuentro histórico al acoger la primera reunión entre los líderes de las iglesias católica y ortodoxa rusa desde el cisma de 1054.