El pasado viernes fue noticia la densa niebla con que amaneció La Habana y unas peculiares formas aparecidas ese día en el cielo.
La niebla interrumpió las operaciones en el Aeropuerto Internacional José Martí, lo que obligó a un avión procedente de Colombia a desviarse hacia el aeropuerto de Cancún, en México, cuando se disponía a aterrizar en el aeródromo habanero.
Fue precisamente esta aeronave la responsable de las formas vistas en el cielo, debido a sus “estelas de condensación”, formadas por minúsculas partículas de hielo y generadas por los gases de escape del avión, según se explicó luego.
Sin embargo, desde entonces muchos se han preguntado —y han preguntado a autoridades y expertos a través de las redes—, por qué el avión colombiano no aterrizó en otro aeropuerto de la isla en lugar de seguir camino hacia Cancún.
Este martes, el ministro cubano del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, explicó el “misterio”.
En su perfil de Facebook, Rodríguez Dávila detalló, citando a la Empresa Cubana de Navegación Aérea (ECNA), que el operador tenía declarado en su plan de vuelo como primer aeropuerto alterno el de Cancún. Al cumplir su tiempo de espera correspondiente sin poder aterrizar en La Habana, procedió entonces según lo establecido.
Para que las operaciones aéreas sean seguras en los aeropuertos se establecen límites, indica la ECNA. Para ello se consideran las características de las aeronaves y el equipamiento existente o ayudas para el aterrizaje. No obstante, en el caso del Aeropuerto Internacional José Martí, “la visibilidad afectada por la niebla era inferior al límite establecido para las operaciones seguras”.
La publicación precisa que el aeropuerto habanero amaneció con presencia de niebla, como se había estimado desde la 1:50 am en el pronóstico meteorológico para la zona occidental, una información pública para los operadores aéreos.
Por esas razones, varios operadores decidieron desplazar el arribo de sus vuelos para horarios posteriores. Sin embargo, como este fenómeno tiene un carácter transitorio, “algunos operadores decidieron mantener el horario de sus operaciones y de ser necesario proceder al aeropuerto alterno, decisión competente solo a la compañía”, agrega la ECNA.
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En lo relacionado con el curioso fenómeno visto en las nubes, la empresa confirmó este martes que se produjo por el vapor de agua liberado por los motores de los aviones, cuyas partículas pasan del estado gaseoso a sólido rápidamente en contacto con el aire, gracias a las bajas temperaturas.
“No tienen un tiempo de duración específico, dependen de factores como la humedad y la temperatura en el ambiente”, añade la publicación de Rodríguez Dávila en Facebook.
Durante el pasado viernes, el meteorólogo Elier Pila indicó en X que el efecto generado por la aeronave es algo que normalmente ocurre a baja altura, “puesto que el avión está ya descendiendo para aterrizar”.
La niebla en el aeropuerto habanero se caracteriza por un marcado comportamiento estacional, con mayor presencia en el período poco lluvioso del año (noviembre-abril). Desde la ECNA aseguran que el período en que ocurre con mayor frecuencia este fenómeno comprende los meses de enero y febrero.
“La niebla se produce, por lo general, durante la madrugada y se extiende hasta las primeras horas de la mañana. El horario de mayor frecuencia es de 4:00 a.m. (cuando comienza a formarse), hasta las 9:00 am (en que se comienza a disipar) y se conoce que el horario pico de este fenómeno es alrededor de las 7:00 am”.
“El primer vuelo de esa mañana aterrizó normalmente a las 9:06 am”, asegura finalmente la nota.