Casi siempre el Malecón habanero es un lugar apacible, asiento de enamorados y pescadores; paseo para turistas, vendedores y travestis; muro de los lamentos de tantos… Pero algunos eneros el mar se enoja y las olas cruzan furiosas la calle.
Este lunes, como ocurriera en 2016, el agua inundó la zona baja de la capital. Decenas de familias fueron autoevacuadas y aunque no se reportan pérdidas humanas, muchos fueron los estragos materiales. El inmenso oleaje y las inundaciones transformaron el paisaje de esta parte de La Habana.
Excelente!!!!