En sus primeros tres años de existencia, el Parque Científico-Tecnológico (PCT) de La Habana, ubicado en las instalaciones de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) y primero de su tipo en Cuba, ha logrado impulsa más de 50 proyectos gracias a su modelo de gestión, abriendo el abanico de posibilidades al emergente sector privado en la isla.
El centro surgió en el año 2002 con un concepto de formación para sus estudiantes, basado en una relación muy estrecha con la producción de software y de aplicaciones informáticas. Ese modelo de docencia-investigación-producción sirvió de base para la conceptualización del parque, dijo al sitio digital Sputnik su presidente, el ingeniero Rafael Torralba Ezpeleta.
#Sputnik visitó el Parque Científico-Tecnológico de La Habana, en #Cuba, especializado en Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), con apenas 3 años de constituido y 59 proyectos incubados en sus instalaciones, según explicó su presidente Rafael Luis Torralba Ezpeleta. pic.twitter.com/xy9Hy1FKxb
— Sputnik Reporteros (@Sputnik_Report) October 16, 2023
De los proyectos generados por personas naturales y jurídicas que actualmente acoge, seis corresponden a inversores foráneos y 23 pertenecen a la UCI. Además, en el PCT se incuban 17 empresas de base tecnológica.
Torres Ezpeleta señala que la llegada de la pandemia de COVID-19 se convirtió en un gran reto, pero no se detuvieron en la implementación de la idea hasta convertirse en “un semillero de empresas diversas”, a partir de la acogida a iniciativas promovidas por el sector estatal, empresarial y público, entre estas universidades y centros de investigación.
También ocupó un espacio importante el sector privado, desde mipymes, trabajadores por cuenta propia, cooperativas no agropecuarias o un grupo de personas organizadas alrededor de una idea.
“Ello resultó clave, pues nos permitió atraer emprendimientos que no estaban todavía instituidos y que recibieron el apoyo del parque para, en un período bastante corto de tiempo, constituirse como una empresa. También, pensamos en cómo nuestra estrategia de desarrollo podría resultar atractiva para inversores extranjeros”, refirió el ingeniero al medio.
“Cuba es un país extraordinariamente necesitado de la exportación de servicios y del ingreso de recursos financieros como impulso de su economía interna y, además, los nuevos negocios precisan de visibilidad internacional”, añadió.
Idea, producto y mercado
El PCT ha servido para incubar diversas iniciativas, asociadas a la automática, internet de las cosas, software para la salud y la educación, aplicaciones de internet y la web, y la ciberseguridad.
“Durante el impulso de la idea conectamos el producto con el mercado, en la búsqueda de posibles clientes y aliados”, indicó a Sputnik la directora de proyectos del PCT de La Habana, Ihoandra Sotolongo Carballo.
De ahí el impacto de varias iniciativas en diversos sectores, algunas impulsadas por el sector privado, como el proyecto de transformación digital de la empresa de transporte turístico Transtur, diseñado por la mipyme Laberinto Tech como una plataforma de comercio electrónico para la renta de autos.
En ese sentido, otro de los referentes es EMSI FARMA, mipyme dedicada a la automatización de los procesos de fabricación de medicamentos, el desarrollo de sistemas de supervisión y control de procesos y de algunas tecnologías propias para la industria biofarmacéutica.
Según el reportaje de Sputnik, este emprendimiento, ubicado en el PCT de La Habana desde febrero de 2021, genera significativas exportaciones, está encadenado con clientes internacionales muy reconocidos en el sector, y sus servicios resultan muy demandados en el mercado interno y foráneo.
En Cuba, y durante la pandemia de COVID-19 trabajaron en el software principal para el ventilador pulmonar de altas prestaciones diseñado por la empresa Combiomed, destaca la publicación.
El emergente sector no estatal ha encontrado hasta el momento en el PCT un entorno favorable para su desarrollo, a partir de los incentivos y beneficios que ofrece su marco legal del tipo fiscal-tributario.
Las empresas surgidas y asentadas a su amparo quedan exentas del pago de impuestos sobre utilidades durante los primeros cinco años, período en que tampoco abonan aranceles cuando importan bienes y servicios.
Además, tienen a su disposición una infraestructura inmobiliaria y tecnológica -capacidad instalada para 1 250 puestos de trabajo, aunque los emprendimientos no necesariamente deben contar con una oficina en el sitio para el disfrute de sus beneficios.
No obstante, la presencia física en las instalaciones propicia las sinergias, espacios para el trabajo cooperativo (coworking) y la posiblidad de tejer contactos profesionales (networking), según sus directivos.
Rusia en el horizonte
El reforzamiento de las relaciones entre Cuba y Rusia ha sido aprovechado por las autoridades del PCT para establecer convenios con entidades como el Parque Tecnológico IT Crimea y las empresas IT Global y Sber, nacida de Sberbank, el mayor banco de ese país y de Europa Oriental.
De acuerdo con lo expuesto por Torralba Ezpeleta, con Sberbank trabajan “de manera muy intensa” para el desarrollo de aplicaciones asociadas a la Inteligencia Artificial (IA) y la analítica de datos, aprovechando las bases de conocimiento de Rusia y los notables resultados de esta empresa, de conjunto con otras universidades e instituciones de esa nación.
Entre los proyectos futuros, aspiran a establecer un vínculo más estrecho con al menos otros tres polos innovadores, especialmente, el de Skólkovo en Moscú, considerado el Silicon Valley ruso.
“Creemos que en un futuro cercano podremos rubricar un convenio de colaboración académico y científico”, precisó el directivo, quien valoró ese escenario como uno de los más grandes e importantes de Europa, con un enorme adelanto en temas de biotecnología, salud, TIC e industria aeroespacial.
Destaca Sputnik que durante una visita al PCT habanero, realizada en febrero de 2022, el entonces presidente de la Fundación Skólkovo, Arkadi Dvorkovich, mostró su interés en la cooperación asociada a sectores como la bioinformática, ciberseguridad, uso de la IA en varios campos, tecnologías de la realidad aumentada y virtual y agrotecnologías.
“Las empresas rusas valoran como potencialidades la calidad y alta preparación de nuestro personal, que pudiera colaborar con esas entidades en tareas de desarrollo. A nosotros nos interesa también aprender y asimilar buenas prácticas sobre sus experiencias en la gestión de parques tecnológicos”, argumentó el directivo.