Desde la 1:00 a.m. de este domingo 5 de noviembre volverá a regir en Cuba el horario normal, por lo que se deberá atrasar una hora a los relojes.
Este movimiento, habitual en muchos países del hemisferio norte, provocará un menor aprovechamiento de la luz natural, y con ello un aumento en el uso de electricidad en el horario de máxima demanda, refiere una nota publicada por el sitio web Cubadebate.
https://twitter.com/EnergiaMinasCub/status/1717602995116896317?s=20
Las autoridades reiteraron a fomentar el ahorro, tanto en el sector residencial como en los centros de trabajo, pues todavía el país se encuentra en medio de una crisis por los constantes déficits de capacidad para cubrir la demanda de energía eléctrica.
Los apagones en la isla volvieron a agudizarse durante el pasado mes de septiembre, y durante las primeras semanas de octubre. Esto se debió en buena medida, según la Unión Eléctrica (Une), a la escasez de combustible para la llamada generación distribuida a partir de motores diesel, generando afectaciones que llegaron a superar un déficit de 900 megawatts (MW).
En otros momentos, la crisis ha sido provocada por constantes roturas de las centrales térmicas, con más de tres décadas de explotación sin posibilidades de recibir los mantenimientos necesarios para extender su vida útil.
En medio de ese panorama se pondría fin al llamado horario de verano, que generalmente comienza a aplicarse desde el segundo domingo de marzo y hasta el primer domingo de noviembre; aunque en el Reino Unido y países de la Unión Europea (EU) se inicia el último domingo de marzo y finaliza el último domingo de octubre.
Creciente polémica
Su uso persigue la eficiencia y un mayor uso de la luz natural, pero los cambios de horario han generado polémica y cuenta con detractores de su aplicación.
Los argumentos en contra van desde los cuestionamientos a la oportunidad de ahorro de combustible que representa, hasta alegados efectos que estos cambios pueden provocar para la salud, los ciclos de sueño y la alimentación de las personas.
Esas visiones han llevado a propuestas en varios países para mantener el mismo horario durante todo el año, pero hasta el momento no se ha llegado a ningún consenso sobre el tema.