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Marta Elena Feitó Cabrera, hasta este martes ministra de Trabajo y Seguridad Social de Cuba, renunció a su cargo en medio de la polémica desatada por sus declaraciones en la Asamblea Nacional sobre la mendicidad en la isla.
La ya exministra, quien negó ante una comisión parlamentaria la existencia de mendigos en Cuba —de quienes dijo que eran personas “disfrazadas”—, presentó su renuncia luego del alud de críticas generado por sus palabras, las que incluso fueron recriminadas públicamente por el presidente Miguel Díaz-Canel.
De acuerdo con una nota oficial, Feitó Cabrera “reconoció sus errores” durante un análisis de lo sucedido por parte de la dirección del Partido Comunista (PCC) y el Gobierno cubano.
En consecuencia, su solicitud “fue sometida a la consideración del Buró Político y del Consejo de Estado, donde se acordó su liberación”, una medida inédita por la celeridad con que fue tomada, al calor de los fuertes y masivos cuestionamientos, entre los que se pedía su dimisión inmediata.
La decisión, refiere el comunicado, se basó en “la falta de objetividad y sensibilidad” con que la ministra “abordó temas que centran hoy la gestión política y gubernamental, enfocada en atender fenómenos reales y nunca deseados por nuestra sociedad”.
Esta solicitud fue sometida a la consideración del Buró Político y del Consejo de Estado, donde se acordó su liberación, a partir de la falta de objetividad y sensibilidad con que abordó temas que centran hoy la gestión política y gubernamental.
— Gobierno Cuba (@GobiernoCuba) July 16, 2025
A diferencia de lo usual en otras “liberaciones” de funcionarios por parte del Gobierno, la breve nota no afirma que Feitó Cabrera pasará a cumplir “otras funciones”, y tampoco informa quién liderará a partir de ahora el ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Caída en desgracia
La caída de la ministra, quien ocupaba ese puesto desde 2019 y es miembro del Comité Central del PCC, ha sido un proceso fulminante que no sobrepasó las 48 horas desde su intervención ante los diputados cubanos.
“Hemos visto personas, aparentemente mendigos. Cuando usted le mira las manos, le mira las ropas que llevan esas personas, están disfrazadas de mendigos, no son mendigos. En Cuba no hay mendigos”, dijo entonces.
Incluso, fue más allá al cargar contra quienes limpian parabrisas y piden dinero en los semáforos y contra los llamados “buzos” de la basura en la isla, de quienes llegó a decir que “son ilegales del trabajo por cuenta propia que están violando el fisco”.
Sus palabras tuvieron una reacción inmediata dentro y fuera de la isla, y en particular en las redes sociales, donde se multiplicaron las críticas contra la ministra, los diputados que no interpelaron sus declaraciones y el propio Gobierno cubano.
Por demás, los cuestionamientos y la indignación por lo dicho llegaron tanto de opositores como de sectores del oficialismo, de intelectuales como de la población en general, y llevaron al propio Díaz-Canel a reprobar públicamente a Feitó Cabrera, aunque sin nombrarla directamente.
El mandatario, que primero consideró “muy cuestionable la falta de sensibilidad en el enfoque de la vulnerabilidad” en un mensaje en X, luego fue más directo y dijo no compartir “algunos criterios emitidos” sobre el tema en las sesiones parlamentarias.
“Es contraproducente emitir juicios como esos”, consideró en alusión a lo dicho por la ya exministra, al tiempo que afirmó que “no se defiende a la revolución cuando se ocultan los problemas que tenemos”.
“Estas personas, que a veces describimos como mendigos o vinculadas a la mendicidad, son en realidad expresiones concretas de las desigualdades sociales y de los problemas acumulados que enfrentamos”, reconoció Díaz-Canel, quien añadió que los servidores públicos “no podemos actuar con soberbia ni prepotencia, desconectados de las realidades que vivimos”.
Las declaraciones de Feitó Cabrera llegaron en uno de los momentos más críticos para Cuba en décadas. Según datos oficiales, en 2024 el Gobierno reportó 189 mil familias y 350 mil personas en situación de vulnerabilidad, una cifra significativa en un país que tiene ya menos de 10 millones de habitantes.
Diversos informes y reportes en las redes corroboran el aumento de indigentes y mendigos en las calles, un fenómeno potenciado por la inflación acumulada, las carencias multiplicadas por la crisis económica y el retroceso paulatino de las políticas de protección social en la isla que en el pasado marcaron la diferencia en la región.
Y que pasa con quienes aplaudieron sus palabras??? No habrá un análisis para conocer el por qué de tamaña insensibilidad? O con el despido de la ministra se pasará a la operación Poncio Platos??? Creo q lo ocurrido en la Asamblea pone en claro muchos problemas de humanismo y sensibilidad. No olvidemos a Martí…”con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”!!!!!!