Reyes de España se despiden de Cuba tras visita a Santiago

En Santiago de Cuba, los reyes homenajearon a los soldados caídos durante la guerra hispano-cubano-norteamericana de 1898, que marcó el fin del imperio colonial español.

El Rey Felipe y la Reina Letizia posan para una foto junto a la placa expuesta en honor a su visita en el Castillo San Pedro de la Roca del Morro, el jueves 14 de noviembre del 2019, en Santiago de Cuba. Foto: Yander Zamora/POOL/EFE.

Los reyes de España Felipe VI y Letizia finalizaron este jueves su visita de Estado a Cuba, la primera de un monarca español a la Isla, la cual concluyeron en Santiago, la segunda ciudad en importancia del país y capital cultural e histórica de la región oriental.

Tras viajar desde la capital cubana hasta Santiago en horas la tarde, se dirigieron directamente al Castillo del Morro para homenajear al almirante Pascual Cervera y a los marinos españoles que fueron derrotados por Estados Unidos en la batalla naval de la guerra hispano-cubano-norteamericana de 1898, que marcó el fin del imperio colonial español.

Fue quizás el acto más emotivo de todos los que protagonizaron los reyes desde su llegada a La Habana el pasado lunes.

La heroicidad de su lucha pese a tener casi por seguro que sucumbirían ante la flota estadounidense que contaba con muchos más efectivos y mejores barcos y armamento, fue reconocida incluso por los vencedores de esa contienda paralela a los movimientos independentistas cubanos.

Los reyes recorrieron la fortaleza que nunca se pudo tomar por mar y desde la que se observa la bahía en la que fueron masacrados los buques españoles en aquella batalla del 3 de julio de 1898, que tenía como objetivo la toma de Santiago por parte de las tropas estadounidenses.

Felipe VI y doña Letizia escucharon las explicaciones de los responsables de la conservación de este espacio sobre el desarrollo de los acontecimientos, posaron ante una placa que recuerda a partir de ahora su presencia en ese lugar y regalaron en nombre de España el cuadro de Juan Arias titulado “El mar que nos une” y que simboliza la unión que representa el Atlántico entre los pueblos español y cubano.

Con un solemne toque de oración y con los reyes ante las banderas de España y Cuba, se recordó a los caídos en esa batalla mientras que un relator aseguraba que “la heroica actuación de los miembros de la Armada Española, guiada siempre por la lealtad y el amor a España, será siempre recordada como un ejemplo de coraje, valor y honor”.

Los reyes se acercaron hasta los muros de la fortaleza para observar desde ellos las aguas en las que permanecen hundidos los barcos españoles, una circunstancia que llevó a Felipe VI a comentar en su visita que le gustaría algún día bucear en la zona en la que se encuentran.

Un busto del almirante Cervera –que fue más recientemente protagonista de una polémica al decidir la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, retirar su nombre de una calle– ha sido testigo de este acto. Un acto al que, junto al que protagonizó después en las lomas de San Juan, el rey aludió en su discurso de la cena que ofreció al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel.

Felipe VI defendió la democracia española y Díaz-Canel reivindicó la soberanía cubana

El monarca explicó que su presencia en la que fue la primera capital del Gobierno de la Corona en Cuba quería ser un homenaje a los españoles, cubanos y estadounidenses caídos allí en 1898. Y dijo que tendría bien presentes las palabras del padre de la patria cubana, José Martí, de que aquella fue una guerra sin odio.

Desde el Castillo del Morro, los reyes se trasladaron hasta las lomas de San Juan, escenario el 1 de julio de 1898 de la batalla más sangrienta de la guerra contra los Estados Unidos en territorio cubano, y presidieron otro homenaje ante el memorial en recuerdo a los españoles allí caídos.

Ante ese monolito y tras escuchar las palabras del relator en las que se ensalzaron el heroísmo y sacrificio de quienes perdieron la vida en ese lugar, se colocó una corona de laurel a sus pies como muestra de homenaje.

Tras un recorrido por el parque que recuerda lo ocurrido en aquella fecha de 1898, los reyes, acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se trasladaron hasta el aeropuerto de Santiago dando por concluido su viaje de Estado a Cuba.

Este propio jueves, los reyes visitaron la sala del Museo Nacional de Bellas Artes, donde estará expuesto durante un mes uno de los icónicos autorretratos de Francisco de Goya, y recorrieron el Centro de Inmunología Molecular de La Habana, una de las instalaciones punteras del país en materia de investigación contra el cáncer, último acto de su agenda antes de partir a Santiago.

Antes, Felipe VI se reunió en privado con el ex presidente de Cuba Raúl Castro, una vista de cortesía sobre la que el canciller español Josep Borrell comentó que se habló “de todo”.

“Ha sido un diálogo abierto, franco y sin cortapisas, pero el diálogo de un rey no es el trato de un presidente del Gobierno”, dijo Borrell.

Tras marcharse de Cuba, Felipe VI, viajó a Washington con carácter privado para acudir a los actos conmemorativos del centenario de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Georgetown –donde el rey cursó durante dos años, de 1993 a 1995, un máster de Relaciones Internacionales–, mientras la reina regresó a España.

EFE / OnCuba

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