En Remedios se establecieron las primeras viviendas a finales de 1515, pertenecientes al caballero Vasco Porcallo de Figueroa. El mismo que contribuyó a la fundación y fomento de las villas de Trinidad, Sancti Spíritus y Puerto Príncipe.
En 1545 el pueblo tenía su ayuntamiento. El primer gobierno local tomó posesión el 24 de junio, día de San Juan Bautista. En 1843 se le confirió el título de Ciudad. Pero la fundación del Centro histórico urbano de San Juan de los Remedios data de 1578.
Ciudad de flamboyanes, calles irregulares, con grandes aleros protectores del inclemente sol veraniego. Y de una fascinante la Plaza Mayor, la única de Cuba con dos iglesias: la de Nuestra Señora del Buen Viaje y la Parroquial Mayor de San Juan Bautista. Un ejemplo de la belleza de la arquitectura colonial española, de excelentes edificios, paseos y parques.
Y cuna de Alejandro García Caturla, uno de los exponentes de la música contemporánea cubana y uno de sus más célebres y reconocidos compositores. Su casa natal, convertida en museo, conserva numerosos objetos vinculados a su quehacer artístico.
Allí se celebran una de las fiestas más importantes de Cuba: las parrandas remedianas. Cuenta la tradición que el joven sacerdote Francisco Vigil de Quiñones, preocupado por la ausencia de feligreses a la Misa del Gallo, tuvo la idea de que los muchachos del pueblo salieran a la calle y despertaran a los vecinos con ruido de pitos, matracas y latas, dejándolos sin otro remedio que abandonar sus camas y acudir a la convocatoria.
En 1851 se formaron dos grandes grupos de barrios rivales: El Carmen y San Salvador, el primero liderado por Doña Chana Peña, y el segundo por Doña Rita Rueda, quienes comenzaron a estructurar el festejo que ya contaba con cantores y músicos que tocaban guitarra, bandurria, arpa, quijada de caballo, botijuela, corneta, clave y tambora.
Sobre las diez de la noche del 24 de diciembre se inauguran las parrandas remedianas con el saludo, la música y los fuegos artificiales; a las doce tiene lugar en el escenario central de la plaza la Misa del Gallo, y entre las dos y las cuatro de la madrugada desfilan las carrozas.
Las parrandas fueron declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Durante siglos el cumpleaños de Remedios se celebró con una representación estructurada en torno a la captura de un güije, especie de demonio travieso, feo, peludo y cabezón que habitaba la poza de la Bajada.
Un grupo de siete Juanes sale en un carro de madera, tirado por bueyes, en busca del pequeño diablillo, a la medianoche, hasta que capturan al extraño ser y lo conducen encadenado dentro de un saco.
Según la tradición, los jóvenes conducen al güije ante la cruz en manos del sacerdote que oficia la misa del alba, entonces rompe las ataduras y huye, para iniciarse su búsqueda el próximo año.