El Tribunal Provincial Popular de Matanzas sancionó a 12 personas por diversas ilegalidades relacionadas con la sustracción de azúcar en el central Mario Muñoz Monroy de Los Arabos, municipio ubicado al este de la provincia yumurina, donde se logró recuperar la totalidad de los productos robados.
De acuerdo con una nota publicada por el periódico Girón, cinco de los acusados que entraron ilegalmente a los predios del principal central matancero recibieron penas de prisión “por la gravedad del delito”, mientras los otros siete fueron sancionados “de forma combinada con privación de libertad que incluye la reclusión domiciliaria y multas establecidas en consonancia con el valor de los productos robados”.
A estos castigos se suma el “trabajo correccional sin internamiento bajo el estricto control y vigilancia del juez de ejecución y las demás organizaciones que participan en la tarea”, explica la propia nota del medio provincial.
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Los delitos cometidos “afectaron la productividad del complejo agroindustrial y la canasta básica de la población”, la cual ha sufrido una considerable disminución de la entrega de azúcar en los últimos meses.
Siete de los involucrados en los hechos eran trabajadores del Mario Muñoz, quienes se apropiaban del azúcar en sus respectivos turnos laborales o colaboraban con personal ajeno al centro para sacar el producto de los almacenes.
Según el reporte de Girón, “el hecho más reprobable” lo cometió un joven de 23 años que trabajaba como custodio del central. El acusado fue contactado por un grupo de delincuentes que le ofrecieron la suma de 3000 pesos cubanos para dejarlos entrar en el almacén y sustraer tres sacos de azúcar refino, producto que se ha llegado a comercializar en el mercado informal a más de 100 pesos cubanos por cada libra.
“En presencia del joven custodio, uno de estos malhechores accedió al interior del almacén y extrajo tres sacos de azúcar refino, que equivalen a 150 kilogramos (kg), valorados en 1 848,90 pesos cubanos, a razón de 12,33 pesos el kg”, detalla Girón, que precisa que el hecho fue denunciado por uno de los directivos de la empresa durante un recorrido.
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“Por la gravedad de los hechos y su impacto económico, se le impuso al acusado la sanción de cuatro años de privación de libertad efectiva, internado en un centro del Minint. La pena está apegada al límite mínimo del delito, ya que se tuvo en cuenta su carencia de antecedentes penales, colaboración y buena conducta”, explica el medio sobre la sentencia, la cual puede ser apelada por el acusado al Tribunal Supremo Popular.
El periódico Girón añade que en estos casos se actuó con severidad al tratarse de delitos con alta incidencia en los territorios y que dañan “considerablemente el desarrollo político, económico y social del país”.
De acuerdo con el medio, en Los Arabos se ha producido un incremento del delito, la corrupción y la indisciplina laboral, provocando “el incumplimiento de los planes productivos”. Sin embargo, no todos los casos llegan a los tribunales, por lo que se debe hacer un trabajo más serio en la identificación y denuncia de los delitos para ser castigados con la rigurosidad necesaria.
El robo de azúcar no es un tema nuevo en Los Arabos. En marzo pasado, la emisora Radio 26 informó que desde el inicio de la zafra en diciembre del 2022, un total de 35 trabajadores del Mario Muñoz habían sido separados de sus puestos por este delito. De ellos, “16 se desempeñaban en puestos calificados, dígase puntistas, estibadores, operadores del área de evaporación, algunos con 15 y 20 años en el central”.
“Este asunto del robo de azúcar no nos deja trabajar, nos pasamos más tiempo detrás de los ladrones que en las cuestiones propias de la industria”, expresó a Radio 26 el director del central, Jorge Santana.
El directivo explicó que los robos se estaban produciendo en cualquier horaria del día, aprovechando los cambios de turno, y no en la noche, como sucedía en años anteriores. “Vienen por lo general en grupos, encapuchados y con armas blancas, y logran sustraer decenas y hasta cientos de sacos diariamente, a pesar de que hemos reforzado la vigilancia”, precisó.
Santana reconoció en aquel momento que muchos de estos actos se realizaban en complicidad con algunos trabajadores, que no enfrentaban a los ladrones y tampoco alertaban a la administración.
“Hemos interrumpido muchas operaciones y rescatado cantidades considerables del producto. Al final, sin embargo, nos velan y ante el menor descuido entran al central. Infinidad de veces han picado la malla y abierto boquetes en la cerca de mampostería. Mientras muchos azucareros se la pasan innovando, adaptando piezas y haciendo maravillas día y noche para que esto marche, debemos dedicar energía para enfrentar esta compleja situación.
“Esta lucha es de todos los días y todavía no se ha hecho el primer juicio para condenar a los bandidos. Hay trabajadores que se nos han ido debido a las amenazas; no vi algo así en ninguno de los otros centrales en los cuales he estado. Esto hace tanto daño como los inconvenientes tecnológicos que hemos sufrido desde el inicio de la zafra”, expresó en marzo Jorge Santana.