La siembra de tabaco en Pinar del Río debió ser “reajustada” a la baja por dificultades que se arrastran desde el paso del huracán Ian, que afectó severamente a ese sector agrícola.
A la campaña tabacalera 2023-2024 en el principal territorio productor de la isla no le será posible llegar a la meta planificada el año pasado, por lo que tuvo que reajustar el plan y extender el cronograma de siembra hasta el 20 de febrero.
Según Granma, no estuvo a tiempo la reconstrucción de las casas de cura (secado), necesarias para asumir las 12 905 hectáreas que se habían planificado inicialmente. Como consecuencia, hasta el momento solo se han plantado más de 7 700 y el propósito es lograr 10 200.
El medio señala que las 4 776 casas de cura que se han vuelto a levantar y las 620 en fase de terminación, no permiten aspirar a más, aun cuando se ha trabajado “intensamente” en el corte y el tiro de madera para recuperar la infraestructura dañada por Ian en septiembre de 2022.
Osvaldo Santana Vera, coordinador del Grupo Empresarial Tabacuba en la provincia, explicó que se concertó la siembra con los campesinos de mayores resultados históricos y en las mejores vegas, a fin de sacar “el máximo provecho posible” a la cosecha.
Son en total unos 6 000 productores, ubicados, en lo fundamental, en el macizo tabacalero de Vueltabajo, que incluye los municipios de Pinar del Río, Consolación del Sur, San Juan y Martínez y San Luis, en los que se obtiene el tabaco con calidad para la exportación.
Santana Vera afirmó que a cada empresa estatal del ramo se le indicó aplicar el cultivo del rebrote en las áreas sembradas hasta el cierre del mes de noviembre, en busca de una mayor producción sobre la misma área. Y “todas las empresas, dijo, disponen de los insumos y el combustible necesario para concluir la campaña”.
Tras los efectos de Ian, la recuperación de la infraestructura tabacalera demorará al menos dos años. Para la campaña 2024-2025, el grupo Tabacuba tiene previsto alcanzar las 14 000 hectáreas, una cifra cercana a lo que se sembraba en años anteriores al paso del huracán.
La temporada de siembra tabacalera —que también se desarrolla en otras regiones del país— abarca en Pinar del Río 780 hectáreas destinadas al tabaco tapado (con tela), que aporta las hojas para la elaboración de los afamados puros habanos. En el resto se plantaron variedades como burley y Virginia, ambas utilizadas en la fabricación de cigarrillos.
El pasado año, Cuba presentó problemas con la disponibilidad de la madera que se necesita para la construcción de casas de cura natural de tabaco. Además, se afrontaron dificultades con la transportación de la madera por falta de combustible y el estado técnico de los equipos de corte.
El paso devastador de Ian golpeó fuertemente la infraestructura del sector tabaquero en Pinar del Río, donde dañó el 90 %, unas 10 000 de las alrededor de 12 000 casas de cura natural de ese territorio, de acuerdo con datos oficiales.
El tabaco, uno de los principales renglones exportables de Cuba, es el cuarto mayor por ingresos de Cuba y ocupa a unos 200 000 trabajadores, que han llegado hasta los 250 000 en el pico de la cosecha.