Fundador de Grindr se asoma a la realidad LGBTI cubana

Foto: Susana Hernández Martin.

Foto: Susana Hernández Martin.

En casi cualquier otro lugar del mundo, algún usuario de su propia aplicación le hubiera delatado, pero en Cuba Joel Simkhai, fundador y jefe ejecutivo de Grindr (una aplicación para móviles que facilita encuentros entre hombres gay y bisexuales) pasó como otro turista ocasional que intenta llevarse en unas cuantas selfies la esencia de La Habana, caprichosamente invernal por estos días.

En el país muy pocos conocen la existencia de esta app que a través de la geolocalización, conecta a millones de miembros de la comunidad LGBTI. En Cuba su uso aún no es posible ni su existencia demasiado conocida, pero la visita de Simkhai la semana pasada demuestra que en cuanto esté la oportunidad, no dudará en aprovecharla.

Este joven empresario ya había estado en Cuba en otra oportunidad y quería regresar para comprobar los cambios que se estaban produciendo antes de que vinieran otros incluso mayores, como sucederá con lo que él considera no debe tardar mucho: el fin del embargo económico.

“Por supuesto, también me interesaba saber sobre la vida gay acá, porque cuando vine hace unos 15 años no percibí ningún ambiente de este tipo y, además, era una oportunidad para conocer cómo iba el tema de los derechos humanos y de las personas homosexuales, un área en la que uno escucha que están bastante avanzados aunque, como en todos los lugares, todavía no se logra al 100 por ciento”, aseguró.

Sobre la posibilidad –y sus propios deseos– de que Grindr llegue a Cuba, confirmó que por el momento la infraestructura tecnológica no lo permite pues requiere una conexión constante a Internet, que en la actualidad solo existe en determinados espacios profesionales o académicos y en las zonas WiFi creadas por ETECSA, a pesar de que comprobó con satisfacción la amplia presencia de smartphones en La Habana, otro requisito indispensable para el funcionamiento de la app.

Sin embargo, Simkhai está convencido de que los gays cubanos se beneficiarían de manera considerable con esta aplicación, que ya cuenta con siete años de existencia, alrededor de 5 millones de consumidores en todo el mundo y que ha reconfigurado el modo en que los hombres homosexuales y bisexuales interactúan en su búsqueda de pareja o amigos.

grindr-app

Las ventajas de Grindr no se reducen a la facilitación de “encuentros fortuitos”, dice Simhkai, sino que su misión responde a una agenda socialmente comprometida con el cambio cualitativo en la vida de su público meta.

“Para nosotros es muy importante comunicarnos con nuestros usuarios, exhortarlos a que hagan cosas diferentes: que participen en investigaciones, que aprendan sobre salud sexual y luchen por el respeto a sus derechos humanos”.

“Además somos un puente entre ellos y las organizaciones con las que trabajamos en estos mismos asuntos, muchas de las cuales necesitan hablar con los hombres homosexuales y es algo que nosotros podemos hacer fácilmente”.

Simkai se reconoció esperanzado que con su inserción en el contexto cubano, Grindr pueda colaborar en la conexión entre las personas que emplean la aplicación y aquellas instituciones que actualmente se afanan por transformar la realidad política y social del movimiento LGBTI en la isla.

La empresa que dirige promueve desde hace más de tres años la iniciativa Grindr for Equality, que como ellos mismos definen constituye un intento por impactar en el numeroso grupo de lesbianas, gays, bisexuales, personas trans y queer que lidian todos los días con el rechazo familiar, la injusticia racial, la marginalidad económica y la condena religiosa.

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