Cecilio Avilés es el promotor del proyecto Imagen 3, que conjuga la música, las artes plásticas y el diseño. Se trata de unos 200 artistas que, en plena calle, dan talleres gratuitos, fundamentalmente a niños y ancianos, mientras exponen y venden sus propias obras.
El proyecto se desarrolla los fines de semana en pleno Paseo del Prado, una emblemática arteria de la ciudad, frontera de los dos barrios con mayor densidad de población. Bajo los árboles se pueden ver niños pintando, aprendiendo las técnicas del origami y abuelas tejiendo encaje de bolillo.
El proyecto tiene varias vertientes, una recreativa para que la gente aprenda a divertirse a través de la cultura y otra como aprendizaje para desarrollar algún trabajo por cuenta propia. La tercera es el autodescubrimiento y perfeccionamiento de sus cualidades artísticas.
Pero no se queda ahí, además “tratamos en los talleres de inducir, sobre todo en los niños, otros temas de educación popular como son el respeto a la diversidad, a la inclusión social, el concepto de género, el aspecto racial, el interétnico o el generacional”, nos explica Cecilio.
Participan cientos de cubanos, entre ellos más de 300 niños que vienen de todos los barrios de la capital e incluso de pueblos cercanos. Ania Lamas sale de su casa a las 8.30 AM para poder llegar a las 12.00 al taller. Ella tiene esperanzas de que el pequeño Jonathan, de 8 años, desarrolle sus cualidades, “los profesores me dicen que tiene talento artístico”, dice orgullosa.
Hay espacios también para los abuelos, “en esta zona son el 15 por ciento de la población, así que les damos su lugar y tratamos de que ellos también se puedan expresar artísticamente y aprendan técnicas que les permitan aprovechar mejor el tiempo”, relata Cecilio a OnCuba.
Caridad Alfonzo, jubilada de las Fuerzas Armadas, quiere “aprender cosas que no aprendí cuando era joven por falta de tiempo”, agrega que “aprendo a tejer encaje de bolillo en primer lugar para mi satisfacción personal”. A su lado teje María Victoria López, quien viene cada fin de semana desde la provincia de Artemisa, a 60 km de La Habana.
Desde sus casas los alumnos traen bajo el brazo bancos plegables para sentase, 4 patas cruzadas con una tela en el medio. Se sientan en círculo alrededor de los artistas y mientras reciben los conocimientos teóricos sus manos van llevándolos a la práctica.
Maira Yanes es una de las artistas plásticas que imparten talleres. “Tengo 7 alumnos fijos pero muchas veces se suman personas que pasan por aquí y también les enseño”, nos dice y explica que “enseñar es parte de una realización personal que me alimenta espiritualmente, por lo que lo hago con mucho amor”.
También los artistas “recibimos de la comunidad, mucho de lo que hacemos en este proyecto está marcado por el sincretismo pero no por el religioso sino por el humano, ese aspecto antropológico en el que un blanco camina como negro y un negro tiene la dicción de un blanco, ese ajiaco cubano”, dice el director de Imagen 3.
Finalmente Cecilio Avilés concluye que para ellos “la verdadera proyección de un artista está cuando puede impactar positivamente en otro ser humano y cuando lo logras con cientos de seres humanos la dicha que puedes sentir es enorme, no hay mejor pago para un verdadero artista”.