“Eliminado el Español de los exámenes de ingreso al IPVCE”, es el titular de una nota de Radio Guamá, emisora provincial de Pinar del Río, que cuestionaba que entre los exámenes de ingreso a la escuela vocacional de Ciencias Exactas “Federico Engels”, no apareciera el de la lengua materna.
“Para sorpresa de muchos, se mantuvo eliminada la prueba de Español, entre las obligatorias, que ahora son solo dos: Matemática e Historia”, decía la nota firmada por la periodista Nevia Sarmiento.
“¿Y la necesaria ortografía, y las elementales normas de redacción, dónde quedan?”, se pregunta.
Este texto fue replicado por otros sitios dentro y fuera de Cuba, y se regó como pólvora en las redes sociales, con no pocas críticas a la medida.
A apagar las llamas salieron Margarita McPherson, viceministra cubana de Educación, y Adalberto Revilla, director nacional de Secundaria Básica. En declaraciones publicadas este viernes en el diario Granma, ambos explicaron que no se trata de un malentendido ni de una noticia nueva, sino que “forma parte de la estrategia del Mined [Ministerio de Educación] por rescatar los objetivos fundacionales de estos centros”.
De hecho, aunque el titular de Radio Guamá hacía pensar en una medida reciente, la propia nota en su interior dejaba claro que se trababa de “modificaciones adoptadas desde el curso anterior en estos exámenes de ingreso”.
Según Revilla, “la decisión se adoptó a partir de las opiniones de los propios docentes y de las organizaciones estudiantiles”.
Regreso a la semilla
Durante un tiempo se examinó Matemática, Español e Historia, pero los directivos del Mined confirmaron que desde el curso pasado “se optó por realizar pruebas muy similares a las que se hacían cuando estos centros se inauguraron”.
Para acceder ahora a los IPVCE se realizan pruebas de Matemática e Historia, y, a elección del estudiante, de Física, Química o Biología, explicó McPherson a Granma.
La viceministra aseguró que aunque no se realiza un examen de Español, en el resto de los exámenes se evalúan la redacción y la ortografía, algo que la periodista de Radio Guamá y muchos foristas en las redes sociales consideran desatinado.
Además de realizar y aprobar los exámenes, para ingresar a los IPVCE los estudiantes deben tener un índice general de 88 puntos de los estudios de secundaria básica y 90 como promedio en Matemática y en la de ciencias que seleccionaron para examinar.
Las pruebas de ingreso están previstas para la segunda quincena de abril, en fechas planificadas por cada provincia –las de Pinar del Río tienen lugar esta semana con la participación de más de 600 estudiantes–, y el otorgamiento oficial de las plazas será el 10 de junio próximo, según el director nacional de Secundaria Básica.
Los IPVCE surgieron en Cuba en las décadas del 70 y el 80 con la idea de ser una cantera para las carreras universitarias de perfil científico y contaban con un fuerte programa docente asociado a la investigación.
Pero con el regreso de los preuniversitarios del campo a las ciudades “se fueron perdiendo muchos conceptos de los IPVCE, se deterioró la matrícula y algunos profesores también se marcharon”, según comentó el pasado año Rolando Rodríguez, director de Educación Preuniversitaria del Mined al anunciar cambios destinados a revitalizar el objetivo principal de estas escuelas, entre ellos la eliminación de la prueba de ingreso de español que por estos días aviva la polémica.
Entonces, Rodríguez explicó a la prensa cubana que como parte de esta vuelta a los orígenes, los estudiantes de los IPVCE –en la actualidad son 15 en todo el país más dos aulas experimentales en la Isla de la Juventud– recibirán “una preparación docente especial”, con más frecuencias de clases de las asignaturas de ciencias y cursos facultativos de la asignatura elegida por los alumnos, como estaba diseñado en la estrategia fundacional.
Con este fin se han realizado convenios con los ministerios de Educación Superior y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, para recibir el apoyo de las universidades y vincular a los estudiantes a centros científicos, aseguró entonces el director de Educación Preuniversitaria.
Pero hoy no corren los mismos tiempos de cuando se fundaron los IPVCE y la polémica promete seguir dentro y fuera de internet. Incluso, con faltas de ortografía.
Buena idea, retomar los orígenes. Las faltas de ortografía y las normas de redacción no dependen de que se examine o no el español, sino de la exigencia que se tenga a la hora de evaluar lo escrito al hacer el examen de historia principalmente. Hay tantas cosas para criticar en educación, que este no debería ser un tema controvertido.