Vittorio Garatti aterrizó, de nuevo, en Cuba. De nuevo con bocetos bajo el brazo y una obra en la cabeza. Como hace más de cuarenta años, en la expectativa de ver su proyecto-sueño realizado, terminado por fin. Garatti, junto a Roberto Gottardi y el cubano Ricardo Porro, concibió las Escuelas de Arte de La Habana, la de Ballet y la de Música fueron las suyas. Las de Porro fueron concluidas en 2009. Las de Gottardi y Garatti permanecen entre ruina de lo construido y proyecto de terminación. Espacio con llagas de tiempo, de indolencia. Y espacio cargado de la esperanza de sus muchos amantes.
Vino esta vez para inaugurar, el viernes 7 de marzo, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam la exposición Vittorio Garatti: Obras y Proyectos.
“Es un hombre extraordinario”, comenta Jorge Fernández, Director del Centro Lam y curador de la exposición. “Se ha implicado mucho en lo que hace. Si tuviera que definirlo, es la perseverancia, la resistencia, el hecho de creer en lo que hace, el hecho de no dejar de soñar y eso es lo que lo ha mantenido vivo”.
La exposición se describe como un recorrido por todo lo que ha hecho: “Están sus dibujos, que tienen una composición erótica muy especial. Están unas modelaciones en 3D de cómo quedaría la escuela, la maqueta nueva que hizo del Teatro para Música, que es una catedral. Vittorio me dice que él sueña con que un día se interprete en ese auditorio Altagracia, de Carlos Fariñas, que no es cualquier música: es una cabalgata y está dedicada al Che”.
Según el propio arquitecto, en declaraciones a Prensa Latina, esta es la mayor de las exposiciones suyas porque reúne todas sus facetas laborales. “Estoy emocionado por el homenaje que pone a gran escala mi trabajo, ofreciendo detalles a quienes lo conocen y dándolo a conocer a las nuevas generaciones”, dijo entonces.
Garatti desarrolla ahora el proyecto El Anillo del Caribe, que conectará a los países insulares y caribeños por vías marítima y ferroviaria. Trabajó en Cuba hasta 1974. Y debió irse “soñando siempre con la terminación de sus proyectos”, asegura Fernández. Las escuelas son extremadamente transgresoras, al trabajar ese concepto de arquitectura orgánica, que se autogenera; trabajar desde la forma y lo social, por eso se inspiró también en la obra de Lam, El tercer mundo, La jungla… La arquitectura de Garatti anticipó muchas cosas: el posmodernismo, muchos conceptos que se manejan hoy en la arquitectura”.
Están, además, las referencias que lo inspiraron. “Desde este urbanismo de John Willis, de 1760, La Alhambra, Francesco Borromini, Alberti… También le interesan esos arquitectos que desgraciadamente han tenido que sufrir el dejar sus proyectos truncos, de no poder terminarlos, por disímiles razones, desde financiamiento hasta desidia e incomprensiones”.
“Vittorio es un hombre de la utopía, como Tatlin, que diseñó ese gran monumento, esa gran espiral y nunca se pudo hacer. Quizás Rusia no estaba preparada para un edificio de ese calibre, que estaba transformando tantas cosas. La arquitectura quizás tiene ese “pecado” de la inversión, del presupuesto”, concluye Fernández, también Historiador del Arte.
¿Estaba Cuba preparada para la arquitectura de Garatti?
Jorge Fernández: No estaba Cuba. Ni el mundo. Él cuenta que cuando fue a Italia y mostró el proyecto y la gente no lo entendió. Siempre pasa con las obras que son transgresoras. En aquel momento había también muchas diferencias estéticas, empezando por los propios arquitectos; y a veces las diferencias estéticas se traspolan a lo político, y empiezan discusiones políticas que no tienen sentido. Vittorio, además, es un comunista convencido y nunca ha dejado de serlo. Sin embargo, aquí no se entendieron esas escuelas como había que haberlas entendido. No hubo una sensibilidad, excepto la que tuvo el propio Fidel, quien ha dicho públicamente que a él lo trataron de convencer de que las escuelas no eran funcionales, de que era imposible terminar aquello, y que tuvo que enfrentar discusiones porque había mucha gente en contra de las escuelas.
¿Qué perspectivas hay de que se terminen ahora?
JF: Estamos en un momento complejo y este es un proyecto que requiere inversión. Creo que lo más importante es que en Cuba haya una sensibilidad en todas las esferas, primero hacia la escuela, hacia la importancia de poder terminarla, y después empezar a buscar los financiamientos, la ayuda. Vittorio sabe que Cuba sola no puede asumir el costo de esa escuela, tiene que existir una voluntad para crear un movimiento internacional para buscar financiamiento. Intentarlo, por qué no intentarlo. No se puede dejar de pensar en el futuro por las contingencias del presente.
Foto: Alejandro Ramírez Anderson
Tomado de Cubadebate