La transformación iniciada en Cuba es, hasta el momento, un cambio esencialmente económico, y sus consecuencias también pueden apreciarse en el creciente interés que despierta la enseñanza de materias relacionadas con la contabilidad y las finanzas entre los más diversos sectores de la sociedad.
El anuncio de la apertura de matrícula para la segunda edición de curso básico y gratuito en todo el país, respaldado por el Ministerio de Educación y la Asociación Nacional de Economistas y Contadores, consiguió la respuesta de miles de cubanos, quienes el próximo 28 de septiembre volverán a las aulas para “fajarle a los números”.
“Hasta el mes de marzo los conferencistas impartirán temas sobre activos fijos, nóminas, sistema tributario, caja, inventarios, planificación y manejo del combustible; entre otros asuntos”, comenta a OnCuba Leomar Castillo, especialista en la dirección provincial de Educación en Cienfuegos.
“Inscribimos a mil 456 personas en toda la provincia (la tercera más pequeña de Cuba) aunque creemos que la cifra baje un poco, porque algunos vinieron pensando que otorgábamos un título de técnico medio o algo así, y este curso en realidad solo otorga currículum”, apunta Leomar.
El interés en Cienfuegos fue constatado en otras partes de Cuba, según reportes de agencias de prensa locales. Por ejemplo, en Villa Clara la mayor parte de los mil 500 alumnos serán trabajadores por cuenta propia y cooperativistas; mientras en Camagüey la cifra de matriculados ronda los dos mil.
“La aparición de nuevos agentes privados y cooperativos contribuye al interés que florece en la sociedad cubana por el conocimiento de elementos esenciales de economía”, le comentó a la agencia Prensa Latina la Doctora en Ciencias Josefina Torres, vicepresidenta de Superación de la filial camagüeyana de la ANEC.
Pero no solo se suman recién iniciados en los negocios independientes de la gestión estatal, sino incluso profesionales que necesitan bagaje económico para trabajar mejor.
Por ejemplo, Rocío Acuña, una joven abogada cienfueguera que labora como asesora jurídica en varias empresas estatales y que observa a la capacitación por comenzar como la opción más cercana para incrementar sus conocimientos económicos, escasos durante la formación preprofesional.
“No tengo tiempo para volver a la universidad y además es muy difícil obtener una plaza para estudiar la Licenciatura en Contabilidad por el curso para trabajadores, así que dedico unos meses a este camino y al menos me doto de herramientas básicas”, comenta.
Aunque el propósito primigenio de la capacitación es reforzar también los conocimientos de los jóvenes graduados como técnicos en los institutos politécnicos del país, que ahora se inscriben en masa para recibir más clases.
Fuentes del Ministerio de Educación sitúan el origen de esta iniciativa en un estudio que demostró severas lagunas en la formación de esos muchachos, quienes luego de cuatro años de enseñanza no desempeñan con calidad su trabajo en los sitios donde los ubicaron.
Luego de la primera edición los directivos decidieron ampliar el alcance de los cursos básicos. El asunto había sido anteriormente tratado también por el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel, quien aboga por popularizar el acceso a la enseñanza de economía dentro de una sociedad escasamente formada en esa materia y abocada de lleno a entenderla para conseguir mejores oportunidades de vida.