Los relojes deberán atrasarse una hora este domingo en Cuba, cuando comience a regir el “horario normal”. El atraso, que las autoridades recomiendan realizar “exactamente a la una de la madrugada”, hará que este 4 de noviembre tenga una hora más, que los cubanos podrán aprovechar en su descanso de fin de semana.
Esta práctica pone fin cada año en la Isla al llamado “horario de verano”, instaurado en el mes de marzo con la intención de aprovechar más la luz solar y ahorrar energía eléctrica. Por tal motivo, en los próximos meses se espera una mayor demanda del servicio de electricidad, en especial en el horario de la noche, debido a que oscurecerá más temprano.
Ante este escenario, las autoridades cubanas han pedido aumentar el ahorro y “que tanto en los hogares como en los centros de trabajo se adopten medidas encaminadas a utilizar en ese horario sólo los equipos e iluminación necesarios”.
La Oficina Nacional para el Control al Uso Racional de la Energía, encargada del ahorro eléctrico en la Isla, resaltó “la necesidad de concientizar a cada cubano sobre el uso racional de la energía eléctrica” ante los “nuevos desafíos” del cambio horario, en una nota divulgada en los medios de prensa cubanos, en la que también pidió mayor control a las empresas y entidades estatales.
El cambio de hora no es una práctica única de Cuba, pues muchos países del hemisferio norte la utilizan con el mismo objetivo.
En Estados Unidos, por ejemplo, también deberán atrarse los relojes este domingo, aunque no en todos sus territorios. Hawai, Samoa estadounidense, Guam, Puerto Rico, y las Islas Vírgenes estadounidenses y la mayor parte de Arizona no observan la temporada de ahorro de energía, por lo que sus residentes tendrán un día normal, de 24 horas como los del resto del año.