En poco más de un mes se cerrará un ciclo político en Cuba. El enroque de poder que el país vivirá a partir del próximo abril ha sido cuidadosamente organizado entre la dirigencia histórica de la Revolución que aún prevalece –combatientes del proceso insurreccional, militares y civiles– y los nuevos cuadros políticos de mayor rango–cincuentones– que lograron llegar a ser lo suficientemente confiables como para acarrear, sin dudarlo, el valor político más cotizado para la ideología dominante en Cuba hoy: la continuidad.
Acaba de votar organizadamente, sin sediciones ni rifirrafes notables, el 82,9 por ciento del padrón electoral. Es cierto que la participación bajó unos siete puntos respecto a la votación de 2013, pero todos esos votos que siguen siendo una amplísima mayoría, serán interpretados, no por gusto y otra vez, en su valor refrendario.
De nuevo el pueblo de Cuba extiende un cheque en blanco. Y nuevamente el argumento de que esa multitud se conduce por miedo o por los mecanismos de la vigilancia y el control, vuelve a ser muy impreciso.
Las barajas que están hoy en el juego no son muchas. Desde hace años Raúl Castro ubicó en nuestra imaginación el escenario que ya comenzó a desarrollarse: no serían estrictamente las “razones biológicas” las que provocarían lo que algunos llaman el “postcastrismo” y que no es mucho más que una etiqueta para conversar sobre algo que no conocemos.
Contraria a la determinación imprevista de la muerte o la enfermedad inhabilitante, el jefe, gentil, con la ayuda de la Comisión de Candidatura encargada de no interrumpir el estado basal de la Asamblea Nacional, y la comprensión de sus compañeros directos y subordinados, se retira o se queda con una fracción del poder anterior (no pequeña, por cierto, al frente del PCC) para dar paso a alguien más (y más joven), aunque esa persona, quien sea, no acumule un fuerte liderazgo propio.
Miguel Díaz-Canel Bermúdez es el blanco del mayor número de apuestas y especulaciones, aunque no el único.
Pero que no sepamos nosotros a ciencia cierta quién encabeza la lista no es grave. Igual se lograrán los planes del traspaso de poder. En definitiva la ley electoral vigente prevé que la decisión que podría llevar a Díaz-Canel, o a otro, a los cargos de presidente del Consejo de Estado y presidente del Consejo de Ministros que la Constitución convoyó en 1976, no emana directamente del pueblo sino de la selección que realice la Asamblea Nacional.
No obstante, el pueblo no está fuera de esto. No del todo. El proceso eleccionario que acaba de ocurrir en Cuba le da un empujón a quien haya sido escogido para ser el sucesor: toda vez que los electores saben conscientemente, o lo han introyectado, que en Cuba no hay ni habrá sorpresas y han aprendido a bordar el paño de la paciencia con los hilos de “la lucha” cotidiana.
La gente suele conocer, o intuir, que sus votos, unidos o fragmentados, autorizan y legitiman de forma indirecta una distribución de poder y un modelo de gobierno cuyos nortes se mantendrán en sus rasgos esenciales después del 19 de abril. Los ciudadanos cubanos parecen saber distinguir consensuadamente entre lo que quieren arriesgar y lo que no, por más que algunos efectos de la prudencia fastidien al común de los mortales.
No se puede figurar el futuro si no se parte de esta terca realidad, que es mucho más precisa e indomable que cualquier otro deseo o interés personal, sea del color o el signo político que sea.
Gracias, no recuerdo desde cuándo no leía un artículo escrito en español de verdad, “con ñ” en esta revista.
Cito textualmente: “Miguel Díaz-Canel Bermúdez es el blanco del mayor número de apuestas y especulaciones, aunque no el único”. Descontando la matriz étnica o racial que pueda estar solapada o no en la afirmación anterior, que sería genial, si algo quedó claro hace mucho tiempo es que no hay enroque alguno en la dinámica lúdica del poder político en Cuba. Hay peones avanzados que son lanzados al sacrificio necesario. Piezas de intercambio que acabarán siendo chivos expiatorios. Hablar de relevo generacional o histórico es más que ingenuo, malintencionado. Es presuponerle buenas intenciones a un grupo de señores que han hecho lo que han querido durante décadas, y que simplemente ahora, ante la inminencia de la muerte, y sobre todo por ello, apuestan por dejarlo todo bien atado. No está ocurriendo un proceso de regeneración democrática sino de amoldamiento del poder a un panorama inexorable en que cierto liderazgo “indiscutible” está desapareciendo de a poco, muriendo, sin que se avizore en el horizonte ningún “heredero” natural de ese supuesto prestigio acumulado durante mucho tiempo. Miguel Díaz Canel Bermúdez es una rata de laboratorio, sometida a un ensayo clínico. Lo ha sido y lo será siempre. Su deber es correr dentro de la noria una y otra vez para transmitirnos la sensación energética de que algo de mueve, pero justo en el mismo lugar. Cualquier cambio o transformación que ocurra no será una iniciativa resultante de su genialidad y madurez política, sino de acatamiento de órdenes precisas emanadas de los círculos de poder, que permanecerán rigiendo tras bambalinas. Que dejen de ocupar cargos políticos determinantes no significan que hayan cedido un ápice de su capacidad de dominación de las decisiones y los tiempos políticos. Es la explicación de por qué, según lo que plantea la autora: “Los ciudadanos cubanos parecen saber distinguir consensuadamente entre lo que quieren arriesgar y lo que no, por más que algunos efectos de la prudencia fastidien al común de los mortales”. Nunca había leído una definición más acabada y contundente para referirse al miedo instaurado en el imaginario colectivo.
El Partido “es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
Todo lo demás no es mas que paisaje.
Estaba esperando más cifras y algunas tablas comparativas con las elecciones anteriores.
Muy bueno el video. Se ve claro como la gente responde sabiendo que nada de lo que sucede en Cuba ellos lo deciden. Todos responden a la espera de ordenes de arriba. Muy triste como perdimos nuestra voz y voto. El articulo muy bueno también. Felicidades a Oncuba, es lo que necesitamos. Aunque cada articulo sobre el futuro o comentario nuestro, siempre se queda incompleto, porque la solución al futuro de Cuba es una incógnita gigante!!
Milena
Algunos comentarios sobre tu texto.
1- Dices que lo “dominante” hoy en Cuba es una “ideología” cuyo valor más importante es “la continuidad”. Pienso que confundes un grupo/élite con un conjunto de valores, propuestas y representaciones sobre como ordenar la sociedad. En Cuba hay un poder concentrado más que una ideología coherente. Y en caso de ser esta la que ordene los comportamientos del poder, si su valor máximo es “la continuidad” entonces no sería precisamente una ideología “revolucionaria”.
2- En efecto un 82 % -o algo más, cuando oficialmente se ajusten las cifras finales- sería un orgasmo para cualquier clase político en el mundo. Pero, en el caso cubano, creo que ese descenso es algo que, modestamente, casi con recato para desterrar los optimismos excesivos, debería dar que pensar. Sobre todo si es tendencia..pero bueno, imagino que de eso se ocuparán los que “cortan el bacalao”. Como dato histórico solo recuerdo que las votaciones en la RDA de 1989 o el Iraq pre 2003 también rozaban cotas siderales de apoyo a los mandantes.
3- Señalas que “el argumento de que esa multitud se conduce por miedo o por los mecanismos de la vigilancia y el control, vuelve a ser muy impreciso”. Estoy de acuerdo: es multifactorial. Hay miedo, control, alguna efervescencia o lealtad -sobre todo en sectores envejecidos y del interior- pero también -y esto me atrevo a decir que es quizá el elemento mayoritario, desidia. La gente votando con los pies, mientras puede, ejeciendo “la salida”….algunos (aunque tercos y no derrotados) ejerciendo “la voz” y muchos, con poco entusiasmo y aún menos autonomía, la “lealtad”.
Sobre lo que los ciudadanos cubanos (creen que) deciden o (según nuestras elucubraciones) avalan, sigue siendo arriesgado hacer proyecciones en ausencia de una mínima fuente de testimonios, evidencias y análisis recogidos con algo de rigor
Por demás un texto oportuno y sugerente, no pierdas el ritmo
Ese ultimo parrafo, junto a la ultima oracion resumen algo que nadie piensa mucho, y no habia visto escrito antes. Gracias, parecen saber que arriesga o que no!
Pobre DCanel o cualquier otro; estará bajo el microscopio escudriñador del asilo y otros francotiradores!
Esto es un editorial de Granma? Este panfleto no merece el mas minimo comentario!!!!
Buen texto, como siempre.
Al regimen cubano le importa poco el destino de su pueblo.A los mandamases le importa poco si el pueblo tiene medicinas.Su prioridad son los negociados con los intereses corporativos.
Elecciones? Elegir? En una boleta q estan los elegidos x el pcc y q recibiendo un voto el candidato puesto a dedo x los dueños d la finca va a ir pa la asamblea igualito q el coja mas crucecitas, es decir q todos van a ser asambleistas alzamanos? Ya empieza mal un artículo cuando se toma tan a la ligera un término tan importante.
Da asco este artículo.
El partido comunista, la revolución, el gobierno, el parlamento y los líderes históricos se mantienen porque la represión garantiza tal grado de paz (sepulcral) que los vecinos de Los Altos, aun teniendo todas las excusas que han utilizado alrededor del mundo, no han necesitado neutralizar los cohetecitos que tiene el ejército cubano.
Si esa “quietud ciudadana” se altera, se acabó el abuso. Y los abusadores lo saben.
Cuba sera libre cuando los cubanos entendamos que es mejor un final espantoso que un espanto sin fin.
Cuál ciclo político cerrará?,los octogenarios pondrán a sus fieles peones a pelear en el coliseo con las manos atadas, para ir decantando susecivamente la incompetencia de sus gladiadores.
A mi me maravilla la cantidad de analistas de la realidad cubana q se gastan el tiempo verborreando aquí, todos tienen la razón, jajaja, los pitonisos de la política.
Leyva Caballero, eres el clásico representante a la cámara de cualquier parlamentucho latinoamericano, tomas la palabra, mareas y mareas con toda una fraseología wikipediana, de lecturillas de prólogo de cualquier libro, manipulas a tu antojo, dices frases rimbombantes q no dicen nada, ametrallas metáfora tras metáfora hacieno gala de un conocimiento inmenso, sientas cátedra, dices lo q va apasar pq de pitoniso te pasas, al final, casi nadie te entiende y casi nunca das en el clavo y sobre todo, al final, siempre al final, aquí hacemos lo q nos da la gana, a ti lo único q te queda es el recurso del pataleo, jajaaja, ah, pobrecillo, das pena.
A ver, el bicitaxista, q no hay programa político?? y los lineamientos?? q se discutieron hasta ka saciedad y más allá, q en la cuadra, en el trabajo con el sindicato, en la admistración, en todos lados se discutió eso, ese es el programa en líneas generales. Aquí no hay campañas políticas de lso candidatos, no la shay desde hace 60 años, lo q pasa es q uds están viendo demasiadas series y novelitas por el paquete, acaben de aterrizar, se están enfermando de los nervios.
Q no se sabe??? ay mi madre, aquí todo el sabe q es Díaz Canel, por favor, no inventen más. No obstante, la ley dice q es el parlamento quien elige al consejo de estado y su presidente, y eso es or medio de la representatividad, los delegados q escogimos en las elecciones nso representan en esa elección, e sun mecanismo de democracia indirecta en este caso depsués de haber hecho las propuestas directas en la base.
A ver si leemos un piquitín más eh??
Ah, Rolandín, espero tu prolija respuesta llena de lo mismo.
Para Rivas. Desde Cataluña, con amor. Un beso: http://www.diariodecuba.com/cuba/1521366780_38079.html
Descripción gráfica de un (r) evolucionario disciplinado.
Rivas, a mi no me gusta cómo Rolando escribe, pero tiene toda la razón. Las selecciones de Cuba son un circo
El comentario/opinion de Rolando Leyva ha estado muy genial.
Vamos a ver cuales son las cifras finales de la eleccion del 11 de marzo, por supuesto que no se quedará en el 82.9% declarado, de seguro será mayor, como pasó en las elecciones de delegados de barrio de noviembre de 2017, que subió de un 82.05% a solo una hora del cierre, a 85.9% al siguiente dia y finalmente y en un aparente acto de magia revolucionaria a 89.02%, para que no fuera inferior al precedente de 2012. Claro que estaba la nueva ley migratoria que justifica una menor asistencia a las urnas (dado que hay cientos de miles de cubanos viviendo en el exterior y que figuran aun en los listados de electores), pero la posibilidad de crearse la duda de un menor entusiasmo revolucionario no podía ser admitida. Como pasaba con las marchas, que cada dia iba más gente cuando en realidad iban menos, hasta que la cordura ocupó su debido lugar y se detuvieron afortunadamente. Si no hay manipulacion de cifras, que ojala no las haya habido, entonces hay una desastrosa cadena de distribución de información. Los que vivimos en Cuba sabemos de la desidia o desinterés de buena parte de la ciudadanía ante esos eventos, pero debemos admitir que al final de cuentas, la gente va y vota y legitima su voto aunque siga despotricando, quejándose y maldiciendo el sistema que les gobierna. La Asamblea Nacional, con el triste record invicto de miles de votaciones unánimes (que solamente pudieran ser igualadas por la Asamblea Constituyente Venezolana), al extremo de que algunos la conocen como Los Niños Cantores de La Habana (oh, sublime humor corrosivo), será la encargada de escoger el Consejo de Estado que a su vez escogerá al nuevo presidente de la nación y que no puede ser otro que Diaz Canel, pues si no, nos han estado tomando (más) el pelo en este último año. También deberá ser escogido un nuevo Presidente de la Asamblea, que ojalá no sea renovado Lazo en aras de darle un toque de mayor credibilidad y soporte intelectual a ese cargo, que por demás necesita de un mayor debate, o para decirlo con más exactitud, de debate, así a secas). Claro que no debe haber grandes cambios con esos relevos, pero ya de por si un cambio generacional imprime otra óptica, quieranlo o no sus mismos protagonistas, y solo queda esperar por los cambios, a lo Luis Fonsi al menos.
Rivas , que lindo escribes y describes el infierno , una pregunta solamente y responde si no eres un troll ,seguro que ya no vives en cuba , así mi herma cualquiera es comunista, disfrutando del capitalismo y a justificando la dictadura, vamos deja la lectura y ponte para las cosas ..
Lo más importantes es lo que en esta revista señalo Julio Cesar Guanche “Es de esperar que la nueva legitimidad provendrá más de la calidad de su performance institucional –respeto al Derecho, democratización estatal (desconcentración y descentralización), eficacia de la gestión gubernamental, inclusión social en la toma de decisiones, protección de derechos, control gubernamental– que de la cualidad de la historia personal del futuro mandatario.”
La mayor vulnerabilidad del país es depender de la voluntad de una u otra persona como mandatario y la falta de una institucionalidad que garantice el pleno ejercicio del poder económico y politico de la sociedad, y esa es la realidad a la que tenemos que aspirar y no a la de los cubanoamercanos aliados a Marco Rubio y compañía , como muchos de los que aqui escriben esperan ansiosamente bajo el nombre de democracia
Viva Cuba y su Parlamento, por supuesto que es una escalera al cielo
A los holguineros no se nos olvida el gobierno desastroso de Díaz-Canel en Holguin,cuando ordenaba echar a la basura miles de litros de leche,para que los campesinos no pudieran vender su remanente de producción,causa esta por lo que se ganó el apodo del Condom,pobre cubanos lo que les espera con este tipo despótico y con ansias de poder.