El próximo domingo 6 de noviembre se restablecerá el horario normal en Cuba, por lo que a la 1:00 de la madrugada de ese día los relojes deben atrasarse una hora, según informan medios oficiales en la Isla.
Debido al incremento de la demanda de electricidad que caracteriza a este horario, la Oficina Nacional para el Control al Uso Racional de la Energía (Onure) realiza un llamado a encender solo las luces y equipos necesarios, de acuerdo con una nota publicada en el sitio web oficial Cubadebate.
https://twitter.com/energiaminascub/status/1579870299516194816?s=21&t=ccH_DYP28go2lcsgkw5m1g
Con la instauración del horario normal aumenta el uso de la luz artificial, fundamentalmente en el llamado pico eléctrico nocturno, entre las 05:00 p. m. y las 9:00 p.m.
Cuba regresa al uso del también llamado “horario de invierno” en medio de una de las más profundas crisis energética, provocada por las constantes roturas en las centrales termoeléctricas que integran el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y la poca disponibilidad de combustibles para ser utilizados en la generación con medios alternativos que no emplean el crudo nacional.
Durante las últimas jornadas el país ha experimentado un deficit de generación de energía eléctrica en torno a los 1 500 megawatts (MW), que se acentuado con la salida del SEN por avería de la Central Termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras, el mayor y más eficiente bloque unitario del país ubicado en la occidental provincia de Matanzas.
Los molestos apagones han sido una de las causas del malestar de la población, que además enfrenta el impacto de la crisis económica que ha profundizado la pandemia, las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense y el poco éxito de las medidas gubernamentales para salir de la compleja situación.
En su más reciente parte la Unión Eléctrica (Une) informó que este martes se afectó el servicio por déficit de capacidad de generación durante todo el día, hasta llegar a los 1 442 MW en el horario pico, de ellos 114 MW por los daños ocasionados por el huracán Ian.
Los cambios de horarios se remontan a la década del 70 del siglo pasado, cuando algunos países determinaron adelantar los relojes una hora para aprovechar mejor la luz natural y disminuir el consumo eléctrico.
Cincuenta años después se ha generado un fuerte debate sobre la conveniencia de mantener el llamado horario de verano y disfrutar de sus beneficios durante todo el año.