Ayer Rudy Mora estrenó su primer largometraje de ficción en el cine Charles Chaplin de La Habana. Una película que venía haciendo ruido en Cuba desde hace varios meses. El espectáculo de la premier fue un acontecimiento cultural. Allí estaban los actores, los niños de La Colmenita, el equipo de realización del filme, los técnicos y una sala repleta de invitados.
Un rato antes de que comenzara la función logré pasar con Alain, el fotógrafo de la revista, al lugar en el que se escondían Carlos Alberto (Tin) Cremata y sus niños colmeneros. Ellos tenían preparado una pequeña función que luego sirvió de obertura al estreno del filme.
Entre la algarabía de los niños, Tin nos comentó: “desde que estrenamos la obra hace algún tiempo nos propusimos hacer la versión cinematográfica; y se nos ocurrió que nadie como Rudy podría contar esa historia porque él es una especie de mago del audiovisual”.
“Son dos lenguajes diferentes, de modo que no estamos viendo una grabación de la puesta en escena. Y sin embargo emplea otros códigos, pero me siento muy feliz con el resultado”.
Olo Tamayo, el niño que interpreta a Lapatún, estaba escondido detrás del grupo vestido de ratón para la puesta. Cuando lo encontramos nos dijo que él se parecía a su personaje. “Tengo sueños que a veces me da miedo contarle a los adultos porque soy muy callado. Después que terminé la película me di cuenta que los sueños son una cosa muy bonita que uno no debe esconder”.
Ernesto Escalona, a quien conocíamos ya por su protagónico en Habanastation, interpreta a Peco, uno de los que investiga la veracidad de la historia de Lapatún. “Mi personaje es muy juguetón y divertido. Conocí nuevos actores, gente que me ayudó a entender mejor el cine y por eso creo que recordaré siempre el rodaje de este filme”.
Minutos antes de que comenzara la función encontramos a Silvio Rodríguez sentado junto a su familia en la sala. “Fue idea de Tin ponerle mis canciones a la puesta en el teatro y Rudy adoptó esta modalidad para su película. A mí me atrajo también su idea de que hiciera un personaje. No tiene texto, más bien juega con el simbolismo que trasmite la historia. Es bonito el resultado porque con mucha poesía, Rudy nos invita a soñar. La cinta es una defensa a quienes piensan diferente”.
No nos alcanzó el tiempo para más. Los niños de La Colmenita salieron a escena. Unas ratas piratas intentaron robar el rollo a los habitantes de la Isla del Coco donde vive el Capitán Plin, pero los isleños lograron rescatarlo y entregarlo al proyeccionista. Así se dio paso a la película.