Sin duda, el teatro, el audiovisual, el ballet y las artes visuales son expresiones culturales de sobrada convocatoria en Camagüey. Pero hay otra tan relevante como ellas que pese al esfuerzo de quienes la practican y defienden, aún no alcanza la atención que merece: la historieta.
Para robustecerla fueron creadas las Jornadas ArteCómic, amparadas por el Consejo de las Artes Plásticas de dicha provincia. Según Alfredo Fuentes Fernández, su organizador principal, cada año, además de destacar los valores de la historieta nacional, las Jornadas se dedican a un país o zona cultural extranjera; con ello se busca propiciar el intercambio y el reconocimiento de ambas partes. En ese sentido han merecido la atención los creadores Juan Padrón y Orestes Suárez, al igual que naciones como Japón, España, Bélgica, Francia, Italia y la región de Quebec.
El encuentro, que se realiza siempre en el mes de julio (esta vez del 6 al 9), no se limita al hecho competitivo —en el que se premian las obras y, en ocasiones, los guiones— porque comprende también la proyección de películas, documentales, animados, torneos de videojuegos, cosplay; así como conferencias, talleres de creación (ilustración digital, stop motion, guion, diseño de arte…) y conciertos dibujados (singular mezcla de la música con el noveno arte).
Tampoco faltan las presentaciones de libros, pero dependen de los vaivenes de la producción editorial de historietas que, como se sabe, está muy deprimida; del interés de las editoriales por participar en la cita y sobre todo, de gestiones personales.
Las Jornadas ArteCómic procuran involucrar a personas con un rango de edad lo más amplio posible, muy a pesar de que en Cuba la narrativa gráfica para adultos es nula. Esa carencia busca suplirse de algún modo con las funciones del cine 3D, que tiene buena concurrencia no solo por lo atractivo de disfrutar filmes con tales características, sino además por lo confortable de la sala, climatizada y con oferta gastronómica a la mano. Lo cierto es que desde hace mucho tiempo este sitio —que forma parte del Circuito para la Exhibición, Desarrollo e Investigación de los Nuevos Medios— es una muestra de lo que puede lograrse a favor de la cultura cuando se combina la iniciativa privada con entidades estatales.
Concursantes de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus y Holguín acuden regularmente, lo cual propicia un necesario intercambio que rara vez ocurre con esa magnitud fuera de este evento, que ha logrado mantenerse pese a las adversidades, sobre todo de financiamiento y hospedaje.
Los reconocidos dibujantes Héctor Saroal, Arturo Palacios, Osvaldo Pestana (Montos), Alexander Izquierdo, Noel Cabrera, Irán Hernández, Ángel Velazco, entre otros, han formado parte de la nómina de conferenciantes. Ivette Ávila, quien no parece cansarse nunca de compartir sus conocimientos, los ha ofrecido como animadora de stop motion, manifestación que ha ido cobrando otra vez notoriedad gracias a su trabajo perseverante con niños y adolescentes.
La presencia de editores es menor porque apenas los hay de cómics. No obstante, las conferencias “Breve repaso a la historieta hecha en Sancti Spíritus. Avatares de la edición (1979-2015)” y “Gugulandia, un clásico olvidado de la historieta cubana”, impartidas por este redactor, han mostrado los entresijos del trabajo editorial, tan importante y poco valorado. En este punto, ArteCómic debería considerar homenajear al veterano Manolo Pérez, uno de los máximos defensores del género desde hace medio siglo, que se ocupó de editar en los años 80 las revistas Cómicos y Pablo.
Son asiduos los Estudios de Animación Anima, de Holguín, con Andrés Aguilera García, creador de juegos para dispositivos móviles; la Vitrina de Valonia, institución habanera que alberga revistas y libros de cómics, liderada por Lysbeth Daumont Robles, quien siempre trae consigo exposiciones de excelente factura, posibles por la cooperación de las embajadas en nuestro país; y Ediciones Luminaria, casa editorial de Sancti Spíritus que cuenta con dos títulos publicados: Los hijos del Quasar y Yakro. El primero, una recopilación de trabajos de muchachos de esa localidad; el segundo, la edición íntegra de la obra homónima de Orestes Suárez, cuya parte final permaneció inédita más de dos décadas.
El necesario acercamiento de los jóvenes lectores a las antiguas producciones nacionales es posible por la disposición del coleccionista David Jaime Saladrigas Viamonte. Más de una vez ha proporcionado selectos ejemplares de su impresionante colección de ¡Aventuras!, Din Don, Pionero, Historietas MC, Fantásticos, Muñequitos, para ser exhibidos. Es lastimoso que esas revistas puedan perderse para siempre por no contar su propietario con los medios tecnológicos que le permitan digitalizarlas.
Aunque las Jornadas ArteCómic han tenido un póster que las identifica cada año y las bases competitivas apenas varían, debe señalarse que el trabajo de promoción insuficiente ha sido en buena medida su punto débil.