Hace un año la Primera Bienal Internacional de Diseño de La Habana abrió la convocatoria del concurso Design Havana, para promover en la Isla el diseño de muebles y luminarias ecostostenibles. El 28 de febrero de 2017 terminó el plazo de admisión con un total de 37 proyectos de los cuales fueron seleccionados cinco finalistas y un ganador, anunciados recientemente durante la XIV Semana del Diseño en Cuba.
“El Concurso Design Havana es el primer paso del proyecto EcoArt en Cuba. Nuestro objetivo era inculcarle a todos los diseñadores cubanos las ideas de ecosostenibilidad. Además tiene como propósito interconectar el diseño que se hace acá con otras tendencias mucho más internacionales y enseñar el saber hacer de lo ecosostenible, tecnológica y culturalmente”, dijo Pino Fortunato, presidente del jurado y director ejecutivo de EcoArt Project, una institución radicada en Nueva York que trabaja por la conjunción entre arte, diseño y desarrollo sostenible.
Las luminarias y muebles seleccionados por el jurado –conformado por expertos en diseño, arquitectura y estilo y comunicación de Italia, Cuba y Estados Unidos– fueron construidos teniendo en cuenta la elección y abastecimiento del material, el reciclado del mismo y el desmontaje de la pieza.
Los cinco proyectos finalistas, según dijo a OnCuba Fortunato, eran entre todas las propuestas los que más se ajustaban a los parámetros de calidad en el diseño, uso contemporáneo de líneas y acabados y combinación entre mobiliario y luminaria.
“Pero no solo tuvimos en cuenta el terminado del producto sino el concepto que está detrás del diseño, todo lo que viene con la composición, el diálogo y el fundamento que lo respalda. Y además del objeto analizamos la persona, investigamos un poco el historial de los concursantes viendo lo que ha hecho hasta ahora e imaginando lo que podría hacer después”, agregó Pino.
Las cinco piezas finalistas del concurso permanecen expuestas desde el pasado 10 de mayo en la galería Lab26, en el Vedado:
“Franca y mogote”, de Adrián García Álvarez: Mesa y silla construida de mármol cubano con madera de haya. Es una combinación de ambos materiales. Se eligió la haya porque es un tipo de madera económica y fácil de ensamblar. Las botellas que conforman la lámpara están inspiradas en mogotes del paisaje del occidente del país.
“Tumbona de Hormigón Ligero”, de Jorge Gustavo González Boffil: Silla para exteriores hecha con madera de teca, la cual se emplea en muebles de exterior debido a su durabilidad natural en condiciones climáticas extremas. Además tiene un barniz de teca que la hace resistente y también placas de hormigón ligero. Si la pieza se rompe es muy fácil volver a construirla porque está hecha por el método de fundición.
“Cohn”, de Lisandra Buiria Sanabria: Lámpara construida con recortes de madera caoba. Las letras del título de la pieza representan Carbono, Oxígeno, Hidrógeno y Nitrógeno, los componentes principales de la madera. La autora se inspiró en la estructura química del material, incluso la disposición de los elementos de la lámpara responde a esas composiciones y su distribución en la tabla periódica. Se trata de una construcción fundamentalmente artesanal, con piezas sobrantes de madera que fueron dispuestas y pegadas, de ahí su valor ecológico.
“Sit down”, de Osmay Manuel Cabrera Carrazana: Butaca con librero en su parte trasera, que funciona como valor agregado de la silla. La esencia fundamental del mueble es que el usuario se sienta cómodo y entre en contacto con el medio ambiente, aunque está diseñado lo mismo para interiores que exteriores. La estructura general es de acero lo cual garantiza la seguridad, así que la madera solo cumple una función estética. Construida con 23 piezas de acero y 43 de madera, de las cuales 29 pueden ser tomadas de recortería.
“Cosmos”, de Amalia Martínez Caballero. Multimueble con lámpara intercambiable y banquetas, construido totalmente con una plancha pleibo. La idea de la autora era construir una pieza multifuncional y que se pudiera colocar en cualquier lugar, pero pensado sobre todo para espacios pequeños.
Esta última pieza fue la ganadora del primer concurso Design Havana. El premio del certamen consiste en una residencia en Italia, en la cual la diseñadora habanera Amalia Martínez Caballero recibirá un curso de diseño personalizado en Roma y Salandra.
A propósito de la elección de “Cosmos” como obra ganadora, Amalia contó las intenciones de su proyecto: “Básicamente mi idea fue aprovechar la plancha pleibo al máximo. La forma está inspirada en los planetas, la posibilidad que tienen de girar sobre su propio eje y algunos de emitir luz. Además las banquetas me recordaban a los Sputnik, primeros satélites lanzados al espacio por la Unión Soviética. De ahí viene el nombre, porque el estante englobaba un poco todo esto”.
“Además se aprovecha completamente o la plancha pleibo, de hecho todas las piezas que conforman el estante salen de ahí, incluso las sustracciones circulares que se hacen al mueble son las que luego se utilizan para el soporte de la banqueta. Los cajones están todos separados para que el usuario pueda ponerlo de maneras diversas y acomodarlo de acuerdo a sus necesidades”.
¿En qué estilo está inspirado el diseño?
Realmente buscaba que fuera un mueble que visualmente no se estableciera dentro de ningún estilo en específico, para que perdurara más, porque estamos hablando de un mueble ecológico que queremos durara y tenga el menor impacto posible sobre el medio ambiente. Entonces si lo hago sobre un estilo determinado la gente copia la idea, lo compra y lo bota. Mi pieza puede perdurar en el tiempo y es ideal para cualquier espacio.
Design Havana, que comenzó siendo un taller de intercambio cultural, con sus primeros resultados tangibles se ha convertido ya en el proyecto pionero del diseño eco sostenible en Cuba –según explicó Fortunato: “Nuestra filosofía es ir un paso más allá, no quedarnos solamente en ideas y conceptos sino llevar a la realidad las obras de mobiliarias”.
Del 8 al 12 de mayo, durante cinco días la XIV Semana del Diseño en Cuba ocupó diferentes espacios de la ciudad, propiciando el intercambio y la promoción del diseño en la Isla, haciendo énfasis en la importancia de la Gestión del Diseño en el sector estatal, cooperativo y privado, la gestión de marcas y la relación entre diseño y otras especialidades como la comunicación, la economía y la arquitectura.
En el Centro Hispanoamericano de Cultura el evento concluyó el pasado viernes con la entrega del Premio Honorífico en Gestión del Diseño a Mirta Muñiz Egea y el Premio Nacional de Diseño 2017 a Carlos Alberto Masvidal Saavedra.
El jurado de este último entregó el galardón a Masvidal por su trayectoria profesional de más de tres décadas como diseñador de revistas, libros, periódicos, identidades visuales y campañas publicitarias en sitios como las revistas Bohemia, Alma Mater, Nuestra América, Revolución y Cultura, la Editorial Boloña, Gran Caribe y Habanos S.A.
mmccchhh.. mi abuelo era carpintero-.. y sin diploma de diseño hacia cosas mas funcionales y bellas que esas
El diseñador es un pensador visual: https://oncubanews.com/cultura/carlos-zamora-el-disenador-es-un-pensador-visual/
Yoan,seguro las obras de su abuelo no eran sostenible.
Cuba esta pagando el precio de la desinformación! Con soluciones ingenuas, y descubriendo el agua fría!
Si la sostenibilidad implica esos diseños, estamos fritos