La frecuencia con que se les encuentra en las calles hacía sospecharlo, pero ahora los números confirman la tendencia: un 36 por ciento más de norteamericanos han viajado a Cuba en los primeros meses de 2015 con respecto a igual período de 2014.
Datos ofrecidos por el investigador cubano José Luis Perelló a la agencia Associated Press revelan que del 1 de enero al 9 de mayo, 51 458 estadounidenses han visitado el archipiélago, cifra muy superior a los 37 459 de la etapa precedente. Perelló es profesor de la Universidad de La Habana y accede a cifras oficiales del Ministerio del Turismo, por tanto, si dice que 38 476 visitantes volaron directo desde los Estados Unidos mientras otros 12 982 llegaron por terceros países, sus revelaciones son dignas de todo crédito.
La afluencia se estaba haciendo sentir desde hace semanas en las calles e instituciones cubanas, pero sobre todo en la infraestructura hotelera de la capital del país, destino principal de los grupos de visitantes que llegan bajo algunas de las 12 licencias generales dispuestas por la Administración Obama como parte de su cambio de política hacia la Isla caribeña.
No deja de ser significativa la confirmación de que México, Bahamas, Jamaica y las Islas Caimán son las rutas alternativas usadas por los estadounidenses para entrar a Cuba con fines turísticos, ante la sostenida negación de su gobierno a permitirles realizar esa modalidad de viaje directamente.
Los flujos de aseguramientos a los hoteles y la resistencia de los trabajadores del sector han estado a prueba durante todo este tiempo, al experimentar una temporada alta que no decae (vencido su límite propio desde la primera quincena de abril). Estos miles de norteamericanos se suman al aumento en casi 200 mil viajeros de las cifras globales del turismo cubano en estos inicios de 2015, reafirmación inequívoca del atractivo acumulado por la historia, el paisaje y las gentes de este país.
La interacción de los cubanos con los viajeros norteños se vuelve cada vez más natural. Decenas de banderas de las barras y las estrellas ondean sin conflicto junto a las ya establecidas de Canadá, España, Gran Bretaña o Francia, en instalaciones hoteleras y extrahoteleras, mientras que incluso algunos vendedores de granizados ofrecen sus refrescos bajo la sombra de la insignia, como encomendándose a los nuevos tiempos.
Viajeros célebres
Dentro de la cifra incrementada de visitantes provenientes de la Unión hay que contar, por relevancia, a un número creciente de actores políticos y celebridades.
Los más recientes: cuatro senadores demócratas de varios estados, que llegaron a La Habana para promover sus posturas en el acercamiento “tecnológico” y la interacción “artística”. Entre ellos Tom Udall, senador por Nuevo México, que acaba de presentar una iniciativa en el Congreso norteamericano para facilitar la negociación de empresas de telecomunicaciones e Internet con el gobierno cubano.
La propuesta, nombrada en inglés Cuba Data (Ley de Progreso Digital y de las Telecomunicaciones en Cuba) recorre los pasillos al mismo tiempo que otra patrocinada por Marcos Rubio, que pretende obligar al gobierno cubano a pagar reclamaciones como paso previo al restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la flexibilización de viajes y el comercio entre los dos países.
Udall y sus colegas Al Franken (Minnesota) Raul Grijalva, (Arizona) y John Larson, (Connecticut) recorrieron la capital cubana de incógnitos, pues aunque llegaron el sábado 23 hasta el momento no se ha conocido de su regreso a los Estados Unidos o con quiénes se encontraron. OnCuba confirmó que la comitiva sostuvo diálogos con los organizadores principales de la Bienal de La Habana, pero no ha trascendido ningún otro detalle.
Otros de los visitantes “famosos” que engrosan los por cientos incrementados en el flujo de estadounidenses son los nietos de Ernest Hemingway (John y Patrick) motivados por poder participar en el Torneo de Captura de la Aguja que lleva el nombre del célebre escritor.
A su llegada a La Habana los hermanos comentaron a la prensa que “ahora es más fácil para los americanos venir aquí. Hemos venido en barco desde Cayo Hueso para mostrar a los americanos que las cosas están cambiando, que muy pronto será aún más fácil viajar aquí y disfrutar la Isla, la cultura, la gente”.
Quizás en el futuro sea más fácil; pero desde ya suman miles los que no quieren esperar.