A sus 33 años, Eider Luis Pérez ha transitado por varias profesiones y provincias cubanas. Pero finalmente, ha triunfado como humorista en La Habana.
“Nací en el central Costa Rica, en Guantánamo –cuenta a OnCuba–, y lo primero que quise ser fue deportista. Pasé mi secundaria básica en la EIDE de la provincia como pelotero. Pero después que entré a la Vocacional, el béisbol pasó a un segundo plano. Entonces me incliné por las humanidades y obtuve la carrera de Historia cuando terminé el preuniversitario.”
Su formación como artista empezaría en la Universidad de Oriente (UO), en Santiago de Cuba, aunque antes, durante el año de servicio militar que pasó en La Habana, comenzó a enamorarse del teatro. En Guantánamo solo había asistido a funciones del grupo humorístico Komotú y las puestas a las que asistió en la capital le confirmaron el camino.
En la Universidad de Oriente, Eider se unió a un grupo de artistas aficionados al teatro dramático. Sin embargo, Andrés Caldas y Ramiro Herrero, fundadores del Cabildo Teatral Santiago, se percataron de su talento para la comedia y le sugirieron escribir guiones vinculados al humor. Fue así que escribió su primera obra, “La casa de Bernarda Calva”, una parodia a la obra clásica de Lorca.
A partir de entonces se tomaría el humor muy en serio. Su carrera le ayudaría a conformar su arsenal como humorista.
“La carrera de Historia es muy abarcadora y amplió mi diapasón de conocimientos –comenta Eider. Le agradezco mucho, por ejemplo, a un curso optativo de Antropología porque me ayudó a conocer el comportamiento humano y ha sido muy importante a la hora de perfilar mi trabajo como humorista”.
Fue precisamente en la universidad, como artista aficionado de la Facultad de Ciencias Sociales, que Eider participó en la fundación del grupo Etcétera. En ese momento pareció solo un divertimento, una manera de canalizar su gusto por el teatro y el humor mientras terminaba los estudios de Historia. Pero una vez finalizada la universidad, Etcétera no moriría.
“Cuando me gradué me fui a vivir a Holguín porque mi esposa es holguinera –cuenta. Por suerte, otro de los miembros del grupo, Nelson Osorio, que hoy no está en Cuba, también era de allá y mantuvimos el dúo. Raúl Ernesto Boza, el otro fundador, era de Bayamo, pero venía a Holguín y contábamos con un espacio fijo en las dos provincias. Casi todas las provincias orientales han aportado a mi vida.”
El Festival Nacional del Humor Aquelarre dio a conocer al grupo más allá del oriente cubano. Comenzaría entonces el reconocimiento del público.
En 2014 Etcétera ganaría el premio a Mejor espectáculo del año con “El Circo al Sol”. Entonces, los miembros actuales del proyecto –sus otros dos integrantes son Venecia Feria y Yasser Velázquez– decidieron trasladarse para La Habana. El objetivo era –sobre todo– llegar a la televisión.
“Nosotros siempre decimos que somos un grupo de Holguín que radica en la Habana para estar más cerca de la televisión”, explica riendo Eider.
No existe una escuela para humoristas en Cuba y todo lo aprendido por él ha sido en la práctica escénica. Gracias a eso, dice, ha ganado “un poquito de maña” para aventurarse a escribir los guiones del grupo, además de asumir la dirección.
Ponerse en la piel del actor resulta fundamental para su trabajo como guionista.
“No me desligo del actor a la hora de escribir –asegura. Constantemente pienso como el texto puede llegar a la escena, y creo que es una ventaja escribir y ser actor del grupo a la misma vez. Escribir para la televisión es diferente aunque tengo ahora la posibilidad de escribir y actuar para un programa televisivo, Canal Etcétera, del canal Habana, que ideamos nosotros”.
Los textos de Eider no solo pueden verse sobre el escenario. Ha publicado Sobras escogidas con Ediciones La Luz, de Holguín, y textos suyos aparecen en dos antologías de la editorial Tablas Alarcos: Para dos en escena y Humor en el cercano Oriente.
Desde su experiencia, el humor cubano necesita una inyección de juventud. “Hay pocos jóvenes interesados en hacer humor –comenta– y el Centro Promotor del Humor tiene las puertas abiertas para todo el que se sienta en condiciones de hacerlo. Ser joven no es una impedimenta para asumir el humor, al contrario: es una virtud y una ventaja porque la rebeldía propia de la edad te hace experimentar y correr riesgos.
“Como jóvenes entendemos mejor algunas cosas de nuestro tiempo, como los cambios tecnológicos, las transformaciones que experimenta la sociedad cubana, y eso podemos aprovecharlo en el humor. Por ejemplo, en nuestro último espectáculo Manicomio, el primer sketch ocurre en un sistema androide donde las personas van a compartir el estrés. Ese sistema androide es una muestra de que nos estamos acercando a la tecnología.”
Para Eider existe una generación de humoristas, que viene de los 80 y los 90, que legitimó una forma de hacer que se ha convertido en una guía. Cualquier tipo de experimentación que los jóvenes hagan puede parecer cuestionadora e incluso enfrentar la incomprensión del público.
“Los jóvenes tenemos que afrontar eso –opina. El que tenga una preocupación estética, el que tenga un compromiso con el humor, tiene que saber que lo ya logrado no es el punto final sino que hay que ir más allá, aunque sin faltar el respeto a la herencia recibida. Eso lleva trabajo, lleva dedicación.”
A pesar de los éxitos, Eider no se detiene. Su ambición, como director y escritor, de estrenar con un espectáculo por año con el grupo Etcétera.
A estas alturas, y a pesar del camino recorrido, no sabe definirse de otra manera que como humorista. “El trabajo de historiador casi ni lo ejercí y escritor solo lo soy en el humor –asegura. Así que soy sencillamente humorista que escribe. No me imagino de otra manera”.
* soy sencillamente humorista que escribe.* Tiene mucho mas valor que eso.En cuba hay muchos jóvenes con talento interesados en hacer humor. Pero por diversos problemas… nos alejamos de ese camino. Eider es mucho mas que eso.Es como un guía. Yo tuve la oportunidad de conocerlo y pude sentir la energía que trasmitía. Soy como muchos de esos que han saltado el charco. Pero desde lejos pienso en cuba y me pregunto: Que llevara Etcétera al aquelarre?