Como tributo al 500 aniversario de La Habana, se ha emplazado en la avenida de Paula una escultura monumental de la creadora camagüeyana Martha Jiménez.
La obra, titulada Contra viento y marea, se inauguró hace solo unos días en el contexto de la 13ra Bienal de La Habana, en presencia de amigos, colegas y el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler.
“Es un orgullo para nosotros ver la obra de Martha acabada, imaginada, soñada. Andar con la casa a cuestas es toda una reflexión filosófica, artística que nos deja como un legado”, afirmó Leal Spengler durante la inauguración de la escultura.
En la pieza, de más de 7 metros de altura, una mujer cargada de enseres pedalea en lo más alto de un triciclo. Aun estando en la cima y en movimiento, lleva a cuestas las funciones domésticas impuestas culturalmente.
La serie cuenta con piezas anteriores en cerámica, material que Martha domina desde hace muchos años. La multipremiada creadora conversó con OnCuba justo en una parte de su escultura que sirve como asiento.
¿Es cierto que Eusebio Leal la invitó a realizar esta obra? ¿Cómo asumió el desafío?
Mis compañeros siempre me alentaron a llevar esta pieza al gran formato. Todo artista quiere llegar al bronce y a los grandes formatos.
De cierta forma, Eusebio Leal me retó a erigirla aquí en este entorno, y le dije que claro, que con empeño todo era posible, y aquí está la pieza de gran formato, de 7.5 metros de altura y hecha en acero.
¿Por qué un triciclo gigante?
Es una figura que he utilizado en otras esculturas. En otro país realicé una pieza parecida, pero en Cuba nunca la había hecho. Esta forma parte de la serie “Con la casa a cuestas”.
Los ciclos me fascinan al igual que los círculos. Este evoca al velocípedo que tuve cuando niña, la bicicleta en la que anduve hace algnos años…
Estuvimos haciéndola durante varios meses en Bauta conjuto al proyecto de realización de Abel González. El trabajo de la forja, el modelado y la terminación fue mágico.
Martha con esta escultura nos permite, como ella, atravesar el tiempo, “ir en este inmenso ciclo, cargando nuestra propia casa, luchando contra las dificultades que impone el viento, el andar, el ir hacia adelante que es, en definitiva, el más grande desafío”, añadió la artista.
Jiménez dedicó la obra especialmente al Historiador de la Ciudad y la regaló permanentemente a La Habana por su medio milenio de fundada. “Es un obsequio de todos los camagüeyanos para Cuba y para la capital, y permanecerá aquí, como homenaje a la mujer y a la vida misma.