La fotógrafa holandesa Sanne Derks participó recién en el festival Visa pour l’image, en Francia. Su muestra, de tema cubano, obliga desde el principio a ciertas evocaciones virgilianas, aunque sea solo por una frase (“la maldita circunstancia del agua por todas partes”) que, a propósito, trae a colación otra de Sarmiento (“la inmensidad por todas partes”). La exposición se titula “Manifiesto del agua”.
“Soy de Holanda, donde hay un montón de agua y siempre viene a la pluma sin problemas —me dice cuando hablamos este sábado vía Whatsapp—. Pero, cuando fui a Cuba en 2017 llamó mi atención la gente de Trinidad, que con baldes acopiaba agua. Quería entender cuál era la problemática, aunque yo entonces trabajaba el tema del cambio climático. Quería saber, a pesar de las limitaciones, cómo se maneja el derecho al agua en Cuba”.
El trabajo de Derks, quien reside en la ciudad de Arnhem, ofrece un breve fresco de ciertas circunstancias cotidianas acarreadas por el racionamiento del agua potable en Cuba, país donde al menos 380 564 personas carecen de redes de acueducto, según los datos suministrados por Antonio Rodríguez, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos durante el programa Mesa redonda el pasado 5 de agosto.
En las imágenes captadas por ella, disponibles también en la red, se pueden observar personas acopiando agua en baldes o recipientes plásticos que colocan directamente en la boca de la tubería de una pipa. También logró captar una de estas pipas, o camiones cisternas, cargadas de agua potable pasando frente al capitolio y, así mismo, a una brigada de salud pública fumigando el interior de una casa para fulminar al mosquito aedes aegypti.
“Esas brigadas de salud me interesan mucho. Van casa por casa revisando los recipientes donde la gente acumula el agua. Era algo muy interesante para mí”.
Lo suyo no es un muestrario pensado para turistas, aun siendo ella misma una profesional de paso por un país lejano al suyo. “Yo quería mostrar lo que no es tan obvio”, advierte, y así mismo subraya el contraste de una imagen que quedó en su memoria: “Un señor estaba bañándose en una piscina, con mucha agua limpia, mientras tanta gente padece por el suministro”.
Las imágenes de esta serie, cuyo valor principal, para mí, es el testimonial, estuvieron expuesta hasta el pasado 27 de septiembre en la Capilla de los Dominicanos, en Perpiñán. Además de la interacción con los participantes y asistentes, Derks tomó como un “gran honor” el hecho de haber logrado imponerse con el tema ante unos 4000 proyectos que aspiraban a ganarse un espacio en la muestra.
Annonce : Le Couvent des Minimes sera accessible le week-end du 26 et 27 septembre de 10h à 20h ! Infos : https://t.co/wQHBFDbbmW#visapourlimage2020
— Visapourlimage (@Visapourlimage) September 25, 2020
Esas fotos fueron tomadas durante dos de los muchos viajes que ha realizado a la Isla, y aunque visitó casi todas las provincias, logró conmoverse más con la realidad de algunos pueblos del interior, como Trinidad, tal como ha dicho:
“El problema me pareció mayor allí. El acueducto es antiguo y no está preparado para la cantidad de personas que llegan atraídas por el turismo. Recuerdo que ponían dos horas de agua, y luego no había más servicio hasta pasados cinco días.”
Los propios datos oficiales dan cuenta de este problema. En el programa antes citado, el presidentes del Instituto de Recursos Hidráulicos advertía que unos mil doscientos poblados tienen que recibir hoy el servicio de agua potable a través de pipas, y esta dificultad parece agudizarse en territorios como Las Tunas, Holguín o Villa Clara.
El dato ha sido actualizado esta semana, cuando se habló del tema en una reunión presidida por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz.
Allí se informó que al menos 816 685 personas reciben agua a través de pipas, una cifra menor a la registrada ocho años atrás, cuando casi 3 000 000 tenían acceso al agua por esta vía, según declaraciones de la vicepremer ministra Inés María Chapman Waugha recogidas por Radio Rebelde.
Por eso, sobre cada una de estas fotos sobrevuela también todo el tiempo el artículo 76 de la Constitución cubana, donde se suscribe que “Todas las personas tienen derecho al agua” y que el Estado “crea las condiciones para garantizar el acceso al agua potable y a su saneamiento”.
Para la propia Derks el gobierno tiene un deber y el pueblo puede reclamar por ese derecho fundamental como lo es el acceso al agua potable. No por gusto, la Organización de Naciones Unidas reconoce este derecho desde 2010, algo que Cuba ha ratificado y aplaudido desde su proclamación .
Derks ha abordado el asunto desde una perspectiva científica, porque “mis temas siempre son antropológicos”. Esa misma visión, de igual modo, le hace advertir la creatividad que caracteriza a los cubanos para sobreponerse a una realidad de carencias y limitaciones.
“Pese a la circunstancia la gente sigue siendo creativa”, dice, y enseguida menciona una cantidad de objetos no muy comunes para una holandesa, pero demasiado presentes para la realidad de un cubano donde quiera que se encuentre ya: mangueras, pipas, cubetas, baldes, ollas, pomos.
Es cierta y profética la frase de Virgilio Piñera: la maldita circunstancia del agua por todas partes; aunque, a veces, para tenerla, lo cual ya es una suerte en este mundo de hoy, alguien debe recopilarla durante días, semanas o meses como bien cuentan estas fotos que han sido vistas del otro lado del Atlántico.