Por dos años consecutivos, la directora cubana Xiomara Calderón ha visitado Alemania para hacer algo que se le da muy bien: teatro. En ambas oportunidades viajó como parte de Act to Connect, proyecto que dirige la docente alemana Jana Richter, quien enseña en el Centro de Medios de la Universidad Otto-von-Guericke de la ciudad de Magdeburg.
La vez anterior, en 2015, Xiomara presentó una versión de Ruandi, la conocida obra del Premio Nacional de Teatro Gerardo Fulleda León, quien también viajó a Alemania para el estreno.
En esta ocasión, la directora teatral cubana impartió un taller de actuación, del cual surgieron las historias que luego contaría Wir sind wir (Nosotros somos nosotros), obra que presentó en Magdeburg los días 22 y 23 de julio. El taller fue el resultado de la cooperación entre la organización comunitaria Kulturanker e.V. y la Universidad Otto-von-Guericke.
El tema escogido por la teatrista es, además de interesante, actual: la vida de las personas refugiadas antes, durante y después de su huida, así como su inserción en los países de acogida, especialmente en Alemania.
La puesta se basó en textos escritos por Thierno Amadou Oumou Bah, David Lott, Hamid Husseini y Herbert Besten, quienes además actúan en la obra, junto a estudiantes de la clase de Jana Richter y otros niños y jóvenes refugiados que viven en Magdeburg, capital de la provincia Sajonia Anhalt, al este de Alemania. En la mayoría de los casos, era la primera vez que estas personas se acercaban a las tablas.
Wir sind wir es una obra contundente, basada en la improvisación y el testimonio, de la que es imposible salir como se entró. Nadie permanece indiferente, por ejemplo, a la vida de Amadou Oumou Bah, que no puede de ninguna manera regresar a su Mali natal pues ni siquiera sabe si su familia está con vida.
Este joven cuenta su propia historia en el francés colonizador, a voz en cuello. Atraviesa altas vallas de alambre de púas, duerme en el bosque al amparo de casuchas de nylon que la policía destruye cada día. Venciendo muchos obstáculos llega a España pero sabe que tiene que abandonar rápido la península, pues si la guardia lo apresa no podrá irse a Alemania, país que teóricamente brinda mejores condiciones de vida a las personas refugiadas. Una buena mano le compra un ticket y pisa suelo alemán. Ahí comienza otra lucha por su subsistencia.
Wir sind wir sobrecoge, emociona. También una obra feliz. Se juega, se danza y se comparte ilusiones, en una Alemania que se les presenta a los refugiados como su tabla de salvación ante la guerra que viven sus países de origen.
Música alemana interpretada en vivo, cubana –de Buena Fe–, y persa, que es bailada por jóvenes de esa procedencia, resulta la guinda del pastel de nacionalidades y culturas que es Wird sind wird.
Y como esta es una puesta de primeras veces, ¿será Xiomara Calderón la primera teatrista cubana en dirigir una obra sobre personas refugiadas interpretada por ellas mismas? Supongo que sí. Se abre entonces un nuevo camino en el que ella resulta pionera. Y como tal debería ser reconocida en Cuba.
Wir sind wir es una obra valiosa, que sitúa a los espectadores frente al drama humano de los refugiados. Su puesta en escena conecta a Xiomara –y con ella al teatro cubano– con uno de los temas más significativos y urgentes del mundo contemporáneo.