El próximo 11 de junio Haydée y Pablo Milanés realizarán un concierto juntos por primera vez. Pero no se trata de un dúo reciente: sus primeros “ensayos” se remontan al Nuevo Vedado de principios de los 80, cuando un padre generoso y ya con un nombre en la cultura cubana hacía segundas voces a su hija pequeña igual que si acompañara a una diva.
Entonces Pablo solía hacer descargas en su casa, a veces en el patio, a veces en la sala… Haydée se aprendía las canciones, los coros, y cantaba. No demoró en comenzar a estudiar música. “Ahora que soy adulta me imagino que quizás los molestaba un poco; pero yo sentía que no me podía perder esas cosas”.
Una noche estuvo el Guayabero, y a la niña la mandaron a la cama porque ya era hora; pero desde el cuarto en la oscuridad sentía el movimiento de la fiesta y la música, así que se escabulló y, colándose entre los sillones de la casa asomaba una cabecita curiosa, y miraba. Y escuchaba.
Killing me softly fue su primer “hit”. Por aquellos años en su casa sonaban también Steve Wonder, Elis Regina, Gal Costa, Gilberto Gil, Chico Buarque, Elena Burque y, por supuesto, mucha música de su padre. “Para mí fue lo más cercano, sus discos fue lo que más escuché. Y también componiendo”.
“Él se ponía –igual que hace ahora– en una mesita con una grabadora, la tradicional de casete, y se grababa con la guitarra, e iba escribiendo y tocando y corriendo para atrás y así. Yo a veces lo importunaba y él me decía ‘Mami, estoy componiendo una cosa’. Yo me quedaba viéndolo y pensando: ‘Cómo será eso de hacer una canción'”.
¿Cómo era la experiencia de verlo después sobre un escenario?
Disfrutaba mucho verlo en los conciertos. Era muy emotivo para mí sentir que era mi papá el que estaba ahí cantando y que la gente lo aplaudía y lo admiraba. Mi mamá siempre estaba sentada al lado mío y yo veía que a veces lloraba con algunas canciones. “¿Por qué estará llorando mi mamá?”
También estuve en muchos ensayos, pruebas de audio, reuniones del grupo… Los veía conversando sobre arreglos, canciones, discos. Y siempre quería estar metida en todas esas cosas.
Un día le encargué una canción para mí, tenía 5 o 6 años. Le dije “¿Por qué tú no me haces una canción?” Y unos días después yo llegué de la escuela y me dijo: “Te tengo una sorpresa”.
Era Son para despertar a una negrita.
¿Cuál fue su reacción cuando le contaste tu idea de este trabajo conjunto?
Quiero hacer un disco de tus canciones donde cantemos juntos– le dije. Y donde quiero incluir muchas canciones que no son tan conocidas, que tú no cantas nunca y que yo pienso que la gente tiene que conocer porque son muy bellas.
A él le pareció bien, me hizo algunas recomendaciones, algunas observaciones, pero al final me dijo haz lo que tú quieras, termina de hacer la selección, escoge tú cómo será la instrumentación, llama a los músicos que tú quieras…
Otra de las cosas que quería lograr con este disco era traer las canciones de mi padre a la esencia, que yo pienso que está fundamentalmente en el uso de la guitarra, que es el instrumento con que él las compuso, y del que se ha alejado un poco. Así que le propuse devolverlas a la guitarra como instrumento acompañante, como raíz de sus canciones en cuanto a sonoridad, dulzura, ritmo… Le pedí que tocara la guitarra. Y va a tocar.
En este proyecto él ha cedido mucho, se ha dejado llevar, aun siendo líder porque está acostumbrado a hacer las cosas a su forma; pero pienso que ha confiado en mí y eso también es una alegría. Estamos en un encuentro donde, independientemente de la relación padre e hija, ya existe una relación entre colegas, entre músicos, entre cantantes; donde por supuesto él es el maestro y yo la discípula.
¿Es difícil cantar con él?
En general es difícil el trabajo de hacer dúos porque cada cantante tiene su ritmo, su fraseo; uno rubatea más, otro entra más en el tiempo fuerte de la canción… Mi papá, por ejemplo, rubatea mucho, como Omara, como Elena. El ritmo lo echan para adelante o para atrás, mueven la estructura de la canción, la aguantan un poco o de pronto sueltan… juegan con la canción. Es una musicalidad a veces un poco difícil de seguir, pero pienso que es un ejercicio muy bueno para mí. Yo tengo mi propio fraseo, entonces se trataría de acomodarme un poco al suyo. Nunca dejo de aprender con él.
En este concierto vamos a hacer canciones muy lindas, que no son casi conocidas por el público, y que le están quedando bellas. Estoy disfrutando mucho hacerlas juntos. En algunas yo le hago segundas voces a él, y en otras él a mí… Nuestras voces empastan muy bonito, realmente. Tenemos un vibrato muy parecido, los timbres también… Pienso que la genética influye de alguna manera.
A propósito de la genética, ¿cómo asumes tu condición de música y cantante y a la vez hija de Pablo Milanés?
Siempre lo tuve como un patrón a seguir como artista en cuanto a calidad, autenticidad, su tradición de lo cubano… Pero también tenía el temor de que se me encasillara como la hija de Pablo o que yo fuera a querer hacer lo mismo que él hiciera, solamente cantar sus canciones o cantar con él nada más. Entonces lo que hice fue romper con todo eso, empezar a trabajar con Ernán López-Nussa en cosas diferentes, usar la voz como instrumento, empecé a cantar canciones de Descemer Bueno… Traté de que se me conociera como Haydée y no como Haydée Milanés.
Pienso que fue positivo en ese momento porque estaba tratando de encontrarme, mi camino, mi estilo, mi espacio. Pero ya al pasar de los años realmente llega el momento en que tengo que hacer algo con mi padre. Realmente tengo deseos de cantar sus canciones, que forman parte de mi vida y de mi formación.
Este es el momento idóneo para hacerlo, pienso que ya encontré mi estilo, me siento madura, preparada para enfrentar este reto; porque lo es, es fuerte para mí trabajar con esa obra, de un artista importante dentro de la música cubana del siglo XX, uno de los más representativos de la música popular, quien, a la vez, tengo la fortuna de que sea mi padre.
Video: Denise Guerra, Ismario Rodríguez
Maravilloso
Preciosa entrevista. Mis sinceras felicitaciones, Mónica…
Pablo ademas de ser buen musico es un gran ser humano,a Hayde la conoci desde pequena y creo que es la que sin duda alguna heredo su parte musical.
Estimada Haydee cantas muy lindo felicitaciones. A tu padre Pablo, lo escuchado desde hace mucho tiempo, el es un muy buen compositor y un buen interprete.
Quisiera tener el gusto de poder estar en ese concierto, que por demas quedará para la historia un clásico de la trova Pablo milanés y unos de sus frutos Haydee Milanés, excelente idea de dedicarle ese concierto a su padre no sabe cuanta emoción siento al respecto, por lo demas la conocí en unos delos concierto de Pablo, cuantas ternura desvorda esa pequeña, para ella y toda su bandales les auguro un futuro envidiable por muchos jóvenes como ella, felicidades Haydee por tu brillante idea .No podia ser de otra manera.
Grandes. Mi admiración.
!Qué bueno que hayan decidido reunirse en un gran concierto! Será un gran espectáculo. Los Milanés ya están acostumbrados a robarnos el corazón con sus interpretaciones. !qué viva la buena música! Haydée gracias por tu disco Palabras, magnífico.
Lindos, bellos, únicos, excelentes fotos, gratos recuerdos, una ocasión para la memoria de este pueblo. Pablo, gracias querido Pablo…
¡!!Enhorabuena!!!
Guardo gratos recuerdos de esa época; Haydeé era una niña muy afinada y con muy corta edad recordaba no sólo las melodías de algunas canciones brasileñas, sino también se atrevía a cantarlas en una jerga muy particular que imitaba bastante bien al lenguaje original. Siempre ha sido talentosa y bella, le envio mis mejores bendiciones y energías para que siga así.
La idea del concierto me parece genial…algunos lo esperabamos ¡Deseo que sea todo un éxito!
Amo a Pablo!!!!!!!?