El director del grupo Argos Teatro, Carlos Celdrán, será el encargado del Mensaje Internacional por del Día Mundial del Teatro el próximo 27 de febrero. De esta forma es la primera vez que a un cubano se le concede el alto privilegio de ofrecer el discurso que celebra esta fecha anualmente desde 1961 y que se considera de gran tradición para el mundo del teatro.
La organización de la ceremonia está a cargo del International Theatre Institute (ITI), que selecciona anualmente por su rigor intelectual y creatividad a un representante del arte y la cultura para que pronuncie las palabras de celebración.
La elección de Celdrán es el reconocimiento a un dramaturgo y director que ha diseccionado con sus puestas en escena la evolución de la sociedad cubana, sus desgarramientos, sus síntomas de fe y sus conflictos que han permanecido en el tiempo.
El teatro de Celdrán es la evidencia de un arte comprometido con su época en todas las dimensiones que pueda encerrar esa palabra, que, de tan manida, ha perdido frecuentemente el sentido.
O sea, es una obra que sin complacencias se interna en las vicisitudes del hombre común y en la intensidad de sus diálogos con la sociedad donde vive y con sus aspiraciones para alcanzar un mejor porvenir.
Cuba, los cubanos, el tiempo, la esperanza, las frustraciones, el amor que espera, la pérdida, son, en un breve resumen, algunas de las obsesiones que ha volcado Celdrán sobre las tablas con la compañía Argos Teatro.
Para él su grupo siempre está inmerso en un work in progress, es decir, en un trabajo que se acreciente en la continuidad y va desarrollando mayor pulso mientras profundiza en todo lo que significa haber nacido en Cuba, eso sin perder sus conexiones con el universo espiritual del ser humano viva donde viva.
Celdrán, 55 años, ha llevado a escena innumerables obras, algunas de las cuales llevan la firma de Abel González Melo, uno de los jóvenes dramaturgos más lúcidos que han nacido bajo la sombrilla del teatro cubano en las últimas décadas.
Como botón de muestra se pueden mencionar piezas como Protocolo, Mecánica y Chamaco, con las que Melo establece una estrecha relación creativa con Celdrán y los miembros de Argos Teatro.
Celdrán debutó hace dos años como dramaturgo con Diez Millones, una obra muy notable dentro del teatro cubano que desde una posición autobiográfica pone sobre una corrosiva superficie una parte de la historia cubana de las últimas décadas, desde la emigración, el rechazo a la homosexualidad, los cuestionamientos al orden social o el asomo de la desesperanza.
La lectura del Día Mundial del Teatro es una distinción reservada para unos pocos y que reconoce, además, la carrera de las personalidades invitadas a pronunciarlo.
En este caso, que sea un cubano, y sobre todo un dramaturgo como Carlos Celdrán, encierra un elevado simbolismo no solo para el director de Argos Teatro, sino para todo el panorama teatral del país.
Desde la proclamación de esta fecha el mensaje ha sido leído por figuras como el francés Jean Cocteau, el estadounidense Arthur Miller, el chileno Pablo Neruda, el italiano Darío Fo, y el guatemalteco Miguel Ángel Asturias.
Los pronunciamientos siempre han estado encaminados a promover la paz y a reflexionar sobre el teatro.