“Dolor y gloria” de Pedro Almodóvar fue la absoluta triunfadora de los Premios Goya el sábado al alzarse con siete galardones que incluyeron mejor película, mejor director y mejor actor protagonista, para Antonio Banderas.
La obra más personal del maestro manchego del cine hasta la fecha le mereció además el premio al mejor guion original, así como honores a la mejor actriz de reparto, Julieta Serrano; mejor música original, a Alberto Iglesias, y mejor montaje.
“Me di cuenta de que estaba escribiendo sobre mí mismo y del paso del tiempo… No sabía si iba a continuar porque no estaba seguro de querer exponerme hasta ese punto. Pero continué, y ahora me alegro muchísimo”, dijo Almodóvar al recoger el premio por su guion.
Banderas, nominado en cinco ocasiones previas pero hasta ahora sólo con un Goya honorífico, vio reconocido su trabajo en un lugar muy especial: su ciudad natal, Málaga.
“Nunca he tenido la oportunidad de conocer a un cineasta en particular, pero a un artista en general, con la lealtad que tú le tienes a tu cine. Nunca, nunca jamás, te has traicionado por nada”, dijo el actor refiriéndose a Almodóvar, con quien mantiene una relación profesional de varias décadas. “No podía pasar de otra manera. Tenía que encontrarme contigo para llegar hasta aquí”.
Banderas, que antes de pasar por la alfombra roja actuó en su espectáculo teatral “A Chorus Line”, añadió: “No solamente estoy vivo, sino que me siento vivo”, recordando que se cumplían justo tres años desde que sufrió un ataque cardíaco.
Belén Cuesta fue reconocida como mejor actriz protagonista por su papel en “La trinchera infinita”, donde da vida a Rosa, la esposa de un “topo” –como se conoce a quienes vivieron escondidos por miedo a las represalias de la dictadura– que estuvo oculto en un zulo en su casa durante 30 años.
“Gracias por darme esto aquí esta noche, porque aquí en casa es muy emocionante”, señaló Cuesta, que también es malagueña.
“Mientras dure la guerra” de Alejandro Amenábar, que llegó a la ceremonia como la máxima candidata con 17 nominaciones, se llevó apenas cinco Goyas y en su mayoría en categorías técnicas.
Almodóvar y Banderas competirán en dos semanas en los premios Oscar, donde “Dolor y gloria” está nominada a mejor largometraje internacional (categoría antes conocida como mejor película en lengua extranjera), y Banderas a mejor actor.
La otra representante española a los Premios de la Academia de Hollywood, la cinta animada “Klaus”, no corrió la misma suerte y se quedó sin premio. El Goya fue para “Buñuel en el laberinto de las tortugas”.
Con el auditorio en pie, María Estévez y Celia Flores recibieron el Goya de Honor a su madre, Pepa Flores “Marisol”, quien tras una exitosa carrera como niña prodigio se apartó de los focos hace 35 años y no asistió a la ceremonia.
“Solamente queremos decirte, querida mamá, que desde ese lugar en calma que has conseguido y que tanto te ha costado, esta profesión, la que te ha visto crecer, te otorga este reconocimiento tan bonito”, dijo Estévez, que llamó a su hermana Tamara a acompañarlas sobre el escenario. “Disfrútalo y sé muy feliz porque, querida Pepita, este Goya es para ti”.
En esta, su 34ta edición –que aunque no fue tan combativa como en años anteriores estuvo salpicada de reclamos a la falta de presencia femenina entre los nominados– los Goya premiaron la veteranía. Julieta Serrano, de 86 años y que encarna a la madre del protagonista de “Dolor y gloria”, recibió una de las ovaciones más largas de la noche al recoger su premio a la mejor actriz de reparto, el primero en su palmarés pese a su dilatada carrera.
“Gracias a Pedro Almodóvar por crear ese personaje tan entrañable que me ha traído un reencuentro tan feliz y unos recuerdos tan enormes de nuestras vivencias de tantos años”, dijo Serrano.
Benedicta Sánchez, que debutó en el cine por la puerta grande a sus 84 años, se alzó con el primer premio de la noche, a mejor actriz revelación, por su interpretación de una aldeana en “O que arde” (“Lo que arde”) de Oliver Laxe.
“La vida te da sorpresas y esta es una muy grande en toda mi larga existencia”, dijo una nerviosa Sánchez, que agradeció a su hija por haberla presentado al casting de la película, una cinta independiente rodada con actores no profesionales en la montaña gallega. En su despedida, pidió a sus nietos que “no se olviden de la yaya”.
Eduard Fernández, uno de los rostros más reconocidos de las pantallas españolas, logró el Goya al mejor actor de reparto –el tercer “cabezón” de su carrera– por su interpretación del general José Millán-Astray en “Mientras dure la guerra”. Y un emocionado Eric Auquer se llevó el premio al actor revelación por encarnar a un narcotraficante en “Quien a hierro mata”.
El premio a la mejor película iberoamericana fue para la representante de Argentina, “La odisea de los giles” de Sebastián Borensztein, sobre la venganza de un grupo de amigos que sufre una estafa en el “corralito” de 2001 en el país suramericano.
El de mejor película europea fue para la francesa “Les misérables” de Ladj Ly, también nominada al Oscar, que relata las tensiones entre dos bandos enfrentados por el control del distrito de Montfermei en París.
Belén Funes, la única mujer entre los ocho realizadores nominados, ganó el Goya a la mejor dirección novel por “La hija de un ladrón”, que aborda la relación de una madre joven con su padre recién salido de prisión.
Alberto Ruibal, autor de la canción “Intemperie” de la película homónima de Benito Zambrano, se llevó el premio a mejor canción original. Ruibal, que lanzó un mensaje contra los abusos a menores, tema central del filme, cerró sus agradecimientos interpretando a capella los versos que le valieron el reconocimiento.
Zambrano, junto a los hermanos Daniel y Pablo Remón, ganó el Goya al mejor guion adaptado por su trabajo con la novela homónima de Jesús Carrasco, que cuenta la huida de un niño para escapar de los abusos que sufre en un pueblo del campo andaluz durante la postguerra.
La Academia del Cine española seleccionó además a “Ara Malikian, una vida entre las cuerdas”, como mejor documental. La película sobre el violinista libanés Ara Malikian, quien asistió a la ceremonia, también fue dirigida por una mujer: la española Nata Moreno.
La gala echó a andar con un número musical protagonizado por el rapero Rayden, la actriz Ana Mena, y los humoristas Andreu Buenafuente y Silvia Abril, los conductores de la ceremonia, que hizo un repaso a los orígenes y la evolución del cine en España, con un guiño especial a la irrupción de las plataformas digitales y a la situación política y social del país. Contó con cameos de lujo de varios de los nominados.
Al escenario del Palacio de Deportes José María Martín Carpena, reconvertido para acoger a los cientos de invitados a la ceremonia, subieron también Pablo Alborán y Jamie Cullum, quien puso música al homenaje a las personalidades del cine fallecidas en el último año.