El Premio Nacional de Cine 2019 fue conferido a tres relevantes figuras que se desempeñan en diferentes ámbitos del séptimo arte: el productor Miguel Mendoza, el sonidista Jerónimo Labrada y el director de fotografía Livio Delgado.
Desde su ingreso en el ICAIC en 1961, Livio Delgado ha trabajado en más de 50 obras como director de fotografía, entre ellas las representativas Cecilia, La muerte de un burócrata, Retrato de Teresa, Una novia para David, y Ciclón.
Mendoza, por su lado, pertenece al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos desde 1959 y ha participado en más de 40 obras entre largometrajes, mediometrajes, video clips y series de televisión. Sus experiencias de más de medio siglo las ha compartido en talleres y conferencias tanto en Cuba como en otras partes del mundo.
Mendoza es una de las personalidades clave en la producción cinematográfica y sus servicios han sido muy solicitados a lo largo de décadas por notables directores del país.
El destacado productor ha intervenido, por ejemplo, en clásicos como Memorias del Subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea; La primera carga al machete, de Manuel Octavio Gómez; Manuela, de Humberto Solás, y la igualmente icónica Soy Cuba, de Mijail Kalatosov.
El expediente creativo de Jerónimo Labrada Hernández habla por sí solo. Labrada grabó la mayoría de las obras del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, trabajó en discos de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Leo Brouwer, Sergio Vitier, Frank Fernández, Sara González, e Isabel Parra, entre otros, fundó la Cátedra de Sonido de la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y participó en cerca de cincuenta Noticieros Icaic Latinoamericanos, dirigidos por Santiago Álvarez.
Labrada ha puesto su talento como grabador al servicio de títulos como 90 millas al revés y 79 primaveras, ambas de Santiago Álvarez; Al sur de Maniadero, de Octavio Cortázar; Guardafronteras, de Rogelio París, y Los dioses rotos, de Ernesto Daranas, entre muchas más.