El festival de cine que merecemos, (¿tendremos?)

Se acerca diciembre y muchos cinéfilos esperan poder disfrutar del Festival Internacional de Cine de La Habana, ahora que vuelven a flexibilizar las medidas por la COVID-19 en Cuba.

Jóvenes asisten a la primera parte del 42 Festival de Cine de La Habana en diciembre de 2020. Foto: habanafilmfestival.com

Cuando a finales del 2020 se decidió realizar la edición 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL), muchos respiraron aliviados, además  de disfrutar de uno de los eventos culturales más emblemáticos del país, era la posibilidad de retomar algo de la vida cotidiana, luego de que el coronavirus nos impusiera una “nueva normalidad”.

En ese momento el comité organizador, atendiendo a la situación epidemiológica impuesta por la COVID-19, decidió efectuar el evento en dos partes: una primera (del 3 al 13 de diciembre) donde se exhibirían películas fuera de concurso, y luego la segunda parte (del 11 al 21 de marzo), con los audiovisuales en competencia por los corales.

Si bien la primera experiencia del evento transcurrió con cierto éxito, salvo ciertos fallos con la llegada de varios de las películas en exhibición, el festival pasó la prueba de fuego con una programación que se alternó entre el cine y la televisión, alternativa que de seguro se mantendrá en la venidera edición.

Y es ahí donde se mantiene la duda de miles de cinéfilos este año: ¿Tendremos Festival? Todo parece indicar, a juzgar por las más recientes medidas anunciadas por el gobierno cubano, que para diciembre podremos disfrutar de lo mejor del cine de la región, aunque las interrogantes son varias en este momento.

Edición 42.1, Festival 43… ¿ambos?

La segunda parte, o dosis como anunciaba la campaña comunicacional del 42 FINCL, dejó en pausa 100 películas a reproducir, divididas en las categorías de ficción y documental (divididos en largometrajes, medios y cortos), así como el apartado de animación y el concurso de óperas primas. Son materiales previstos para proyectarse en salas de cine o televisión, lo cual supondría un ahorro económico y menos dolores de cabeza para el equipo organizador, a la hora de escoger nuevos filmes para la competencia.

Festival de Cine de La Habana: primera dosis

Películas como Nuevo orden (Michel Franco, México), Las mil y una (Clarisa Navas, Argentina), Isabella (Matías Piñeiro, Argentina), Tengo miedo torero (Rodrigo Sepúlveda Urzúa, Chile), Fauna (Nicolás Pereda, México-Canadá), Todos os mortos (Caetano Gotardo y Marco Dutra, Brasil-Francia), figuraban entre las favoritas para alzarse con el tan ansiado Coral a Mejor Película.

De igual manera se esperaba el regreso del cineasta cubano Rolando Díaz con su docudrama Dossier de ausencias, filme en competencia por República Dominicana, donde filmó el reconocido realizador cubano, ausente del circuito del festival desde hace más de dos décadas.

Otra variante pudiera resultar agrupar estas películas pendientes del festival pasado, con otras producciones estrenadas este año, donde el circuito internacional de festivales ha retomado su habitual curso, donde el cine latinoamericano ha estado presente, así no dejaremos pasar por alto producciones de alta factura para este año.

Si bien la agenda del 42 festival estaría más ajustada con un exceso de filmes, no sería del todo descabellado esta propuesta, con un programa híbrido donde se puedan apreciar películas lo mismo en salas de cine, en la televisión nacional e incluso vía online.

En el caso de este último recurso mencionado, sabemos las carencias y dificultades en Cuba con el acceso a Internet, pero siempre pudieran buscarse alternativas eficientes, como la posibilidad de descarga de materiales fílmicos, o la inclusión de algunos filmes en el conocido Paquete Semanal, a fin de cuentas, no son pocas las películas en competencia para el 42 festival que ya se pueden adquirir por esta vía desde hace ya meses.

Más allá de la competición oficial, habría que considerar otros apartados del evento que siempre atrae público, como es el caso de Panorama Internacional, donde se puede tener cierto referente de lo que ha sucedido en todo el año en los principales eventos del séptimo arte, como son los la Berlinale, los Festivales de Cannes, Venecia, San Sebastián, entre otros.

Filmes como Sundown (Michel Franco), Spencer (Pablo Larrain), El hoyo en la cerca (Joaquín del Paso), Una película de policías (Alonso Ruizpalacios), La caja (Lorenzo Vigas), Noche de Fuego (Tatiana Huezo), Marinheiro das montanhas (Karim Aïnouz), Competencia Oficial (Mariano Cohn y Gastón Duprat), El otro Tom (Rodrigo Plá y Laura Santullo), son algunas de las producciones de realizadores latinos más publicitadas este año en festivales importantes, que pudieran tener algun espacio este año, para no dejar pasar la oportunidad de disfrutar estas producciones en los cines de la capital.

También sería oportuno rendir homenaje a las grandes figuras del cine cubano que nos han dejado este año: Juan Carlos Tabío, Enrique Pineda Barnet, Lourdes Prieto, Enrique Molina… y otros que merecen no ser olvidados en este festival.

Siguiendo con el cine cubano, también han sido varias las producciones que han aplazado su estreno desde 2020, mientras otras han logrado terminar y se encuentran listas para estrenarse, una oportunidad que no debe pasarse por alto para luego evitar tener que cancelar estrenos. Si el FINCL es el mayor evento de cine del país, es lógico que las películas nacionales se estrenen como parte del programa, y no esperar a alguna que otra fecha significativa, disminuyendo la posibilidad de mayor afluencia de público.

Cine cubano entre Mambo Man y El último balsero (+Podcast)

Otra variante pudiese ser la extensión por más de 10 días del festival, para así permitir mayor cantidad de proyecciones en las salas de cine, pues el público cubano está ansioso de volver a disfrutar en la gran pantalla de películas, luego de un año de ausencias a estos espacios. Tampoco sería del todo justo tener que renunciar al buen cine a causa (una vez más) del coronavirus, y los formatos extendidos e híbridos para los festivales de cine en el resto del mundo, son las opciones más factibles.

Sabemos que lo más probable es que el país no cuente con los recursos para sostener parte del FINCL online, pero esto tiene que dejar de ser una excusa porque si algo nos ha enseñado esta pandemia es que el mundo digital está cada vez más presente en nuestras vidas, y las personas han aprendido a disfrutar del arte en estas plataformas.

No podemos seguir estancados en el tiempo con enormes cines vacíos, dependiendo de la piratería para consumir buen cine extranjero que casi siempre llega primero a las salas de los hogares antes que a las salas de cine, aunque esta variante ha resultado un bálsamo para aplacar los deseos de consumir cine internacional, en un panorama aun incierto en la programación habitual de las salas de cine del país, realidad que aun no cuenta con un futuro prometedor.

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