El ICAIC, el Fondo de Fomento y la restauración del cine cubano

Nacido como respuesta a reclamos iniciados hace siete años, este Fondo de Fomento del Cine Cubano culmina un proceso de reconocimiento legal a un grupo de actividades que, de manera individual o colectiva, han venido dinamizando al cine cubano en los últimos años.

  Nosotros tenemos la experiencia, pero perdimos el sentido,

un acercamiento hacia el sentido restaura la experiencia.

T.S.Eliot.

 

La convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano publicada ayer por el ICAIC en su portal digital CUBACINE, significa un impulso para el nacimiento de una nueva época de relaciones creativas, productivas, empresariales y culturales de la realización cinematográfica en Cuba.

Nacido como respuesta a los reclamos iniciados hace siete años en la primera Asamblea Abierta de Cineastas realizada el sábado 4 de mayo de 2013 en el Centro Fresa y Chocolate, este Fondo de Fomento del Cine Cubano culmina un proceso de reconocimiento legal a un grupo de actividades que, de manera individual o colectiva, han venido dinamizando al cine cubano en los últimos años. Se abre un nuevo escenario de relaciones interactivas y horizontales entre los cineastas, los modos de producción independientes y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

Cambia (el cine cubano) todo cambia

Anunciada en días de pandemia y confinamiento, esta primera convocatoria del Fondo de Fomento supone la revalorización y el reconocimiento de la función social del cine y sus creadores, y un desplazamiento del ICAIC hacia nuevas labores que, a partir de este momento, amplían y diversifican su responsabilidad institucional. Corresponde a la Oficina del Fondo articular y reglamentar las categorías a concurso; convocar un comité de selección que incluirá a dos evaluadores extranjeros por cada categoría; administrar el financiamiento de los proyectos seleccionados, y darle seguimiento y asistencia técnica y legal, a la realización de las creaciones que resulten beneficiadas.

Precedido por la creación de los registros de Creadores Audiovisuales y Cinematográficos Independientes y de los Colectivos de Creación Audiovisual y Cinematográfica, el Fondo abre un escenario de estímulo y democratización de la actividad cinematográfica. A nivel estructural, resulta una superación de prácticas institucionales de promoción y producción de proyectos que, por falta de preparación y rigor artístico y productivo, terminaron lacerando, en los últimos años, la calidad de varias películas cubanas.

Al Fondo de Fomento del Cine Cubano concurrirán los proyectos cinematográficos con sus diseños de producción y en igualdad de condiciones y oportunidades de ser elegidos por sus atributos artísticos, su viabilidad productiva y la previsión promocional y comercial de su resultado creativo. Con estas condiciones cobrarán protagonismo y responsabilidad los Productores Creativos que para acompañar y desarrollar el proyecto de un Director, tendrán que prever y presupuestar todo el ciclo de gastos y recuperación financiera que recorre una película desde la idea inicial hasta su promoción, participación en festivales y distribución comercial.

La fuente de financiación de esta primera edición procederá únicamente del Presupuesto del Estado, pero es previsible que esto se dinamice en futuras ediciones con otros contribuyentes y con las ganancias que puedan aportar las ventas de las películas que se produzcan por esta vía. Hoy las películas no suelen realizarse con una sola fuente de financiación y lo normal es que las producciones favorecidas por el Fondo tengan que completar su financiamiento con otros aportes y patrocinios. En este sentido los Fondos, en casi todos los países, aseguran un aporte inicial al presupuesto total del proyecto y es labor de los Productores encontrar los coproductores o socios financieros que los completen.

El dinamismo que la irrupción del Fondo supone para el cine cubano debe contribuir a impulsar un clímax de desarrollo técnico profesional y de oficios y servicios cinematográficos que enriquecerá el mercado laboral del gremio y terminará interactuando con el resto de la economía cubana y sus formas de producción y servicios, estatales y privados.

Basta cerrar los ojos por un instante e imaginar la energía y el enjambre creativo que esta convocatoria va a fomentar para entender el alcance de su importancia cultural, social y política.

Que esta primera edición convoque a concursar en las modalidades de: Escritura de Guion, Desarrollo de Proyectos y Postprodución en las categorías de Ficción, Documental y Animación, notificando además que pronto será anunciado el apoyo a las instancias Productivas; deja entrever un pensamiento sistémico que se propone impulsar y financiar al mismo tiempo diferentes momentos creativos y productivos de la realización de películas.

Esto no va a provocar un milagro, pero sí va a sentar las bases para revitalizar el ecosistema creativo y cultural del cine cubano y la irrupción de nuevos actores que, interactuando entre si, van a contribuir a la posibilidad de su renacimiento.

Para entreverle un futuro a nuestro Cine, necesitamos actualizar los principios con que se articulan nuestras producciones, desarrollando nuevas relaciones creativas y empresariales que garanticen la gestación y la finalización de los proyectos.

Toca a los Cineastas Cubanos concurrir al Fondo y darle vida y prosperidad. Nos corresponde a todos velar por su crecimiento y su salud, estimulando y acompañando su funcionamiento democrático y desarrollando junto a nuestras energías artísticas, un pensamiento empresarial desde y para la cultura que viabilice, sostenga y dé impulso a sus prestaciones.

Enrique (Kiki) Álvarez, cineasta. Foto: Gabriel Guerra Bianchini

Hay que volver a los cines, hay que revalorizar nuestras Salas de Cine, nuestras hermosas Salas de Cine que son únicas en el mundo. Ellas forman parte de nuestro patrimonio y no deberíamos escatimar esfuerzos económicos y políticos para restaurarlas y preservarlas en sus dimensiones y valores arquitectónicos, además de dotarlas de una tecnología de punta que les devuelva su esplendor y su función como santuarios del cine y la cultura. Sin exhibiciones de calidad, no podemos aspirar a fomentar un cine de calidad. Recuperar espectadores, recuperar ciudadanos para la cultura, rediseñar a nuestras ciudades para el consumo cultural y para el ocio de sus habitantes, deberá ser el fin que nos una a todos.

Estoy hablando de un desarrollo sostenible, de ecología social, y de ir restaurando, paso a paso, nuestra cinematografía nacional.

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