Carlos Solar, nacido el 3 de octubre de 1984 en La Habana, tardó poco en ganarse el cariño del público cubano. Producciones para la pequeña pantalla como En tiempos de Amar, Asuntos Pendientes, Rompiendo el Silencio, ConCiencia, entre otras, han mostrado de sobra su capacidad interpretativa.
Las ganas de seguir probándose como actor todavía lo entusiasman.
Abandonar tu formación como Licenciado en Fisioterapia y Rehabilitación para iniciar una carrera artística implicó mucha valentía. ¿Cómo lidiaste con la incertidumbre de una transición profesional?
Dejar la carrera era algo que sabía que vendría de un momento a otro. Tenía claro antes de graduarme de Fisioterapia y Rehabilitación que quería ser actor. Sentía que la pasión por actuar era más fuerte. Pero, como no tenía formación profesional como actor, se me hacía muy difícil la contratación y de hecho llegué a actuar contratado como utilero o tramoyista.
Es algo que el gremio debería corregir. Quienes tienen talento y no pasaron por escuelas de arte, como en mi caso, a veces se encuentran esas trabas burocráticas por el camino. La decisión de hacer transición profesional, para mí, fue también forzada porque los coordinadores de la carrera de Fisioterapia… me llamaron a la dirección y me dijeron que debía decidir. Mis ausencias estaban perjudicando el funcionamiento de mi departamento.
Decidí seguir adelante con mi sueño de ser actor y la directora del Policlínico en el que hacía prácticas, que me tenía mucho aprecio, fue muy comprensiva conmigo.
¿Qué te cautivó de la actuación?
Creo que es, de todas, la que me permite explorar incluso otras manifestaciones artísticas a través de los personajes que interpreto. Como actor puedo ser un artista plástico, por ejemplo, un músico, bailarín. Esa infinita capacidad de transformación es lo que me apasiona de la interpretación.
Tu participación en la telenovela en Tiempos de amar fue decisiva para tu carrera. ¿Qué recuerdas de aquella experiencia?
Cuando me propusieron el personaje ya tenía claro, sin leer el guion, que haría la novela. Tenía 30 años, había realizado el sueño de hacer cine y, sin embargo, no había tenido la oportunidad de estar en una telenovela a pesar de haber asistido a muchos castings. Sin duda fue un momento decisivo y agradezco eternamente a Ernesto Fiallo y a Julio César Ramírez por la oportunidad.
¿Qué personaje consagró tu carrera?
Me queda mucho, pero mucho, por hacer para ser un actor consagrado; pero el personaje que interpreté en la serie Rompiendo el Silencio, del director Rolando “Chino” Chiong, es de lo más complejo que he realizado como actor.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de ser autodidacta en esta profesión?
No me siento un actor autodidacta ya que fui instruido por profesores de teatro. Recibí clases, como quienes estudian en escuelas de arte, aunque no estuve formalmente matriculado en una. La desventaja de esta formación es que es muy difícil que te contraten como actor, porque solo los egresados de instituciones formales son reconocidos como actores profesionales. No obstante, considero que la profesionalidad va más allá de un título. Tengo muchos compañeros y conozco a muchos colegas en este país con carreras fabulosas que no han cursado escuelas de arte.
El teatro ha formado parte de tu trayectoria. ¿Con qué opinión te gustaría que saliera una persona que haya acudido a ver una obra tuya?
Me encantaría que percibieran que lo di todo, aunque les haya gustado más o menos mi desempeño.
Has dicho alguna vez que la adversidad es una aliada. ¿Los momentos difíciles sacan lo mejor de un actor?
Los momentos difíciles nos hacen crecer como personas, nos hacen reinventarnos, volvernos más creativos, sabios. En la interpretación, estas virtudes pueden ser buenas herramientas.
Has expresado tu admiración por el actor Luis Alberto García…
A Luis Alberto lo he admirado y visto como un referente siempre. Cuando estaba en el técnico medio, una amiga me dijo que estaban grabando algo de la televisión en casa de su familia. Fui a curiosear y descubrí que era la grabación de Santa Camila de La Habana Vieja.
Recuerdo que ver a Luis Alberto y a Luisa María Jiménez llegar y convertirse en sus respectivos personajes me resultó pura magia. Esa noche fue inolvidable. Si llego a conseguir en mis interpretaciones algo de lo que vi aquel día, estaré más que complacido.
Tienes experiencia conduciendo programas de participación. Bailando en Cuba fue uno de ellos. ¿Si te ofrecieran otra oportunidad en la conducción, la asumirías?
Soy un actor atrevido. He aceptado el reto cuando me han dado la oportunidad. Bailando en Cuba fue un programa hermoso que, me parece, quedó en deuda con el público. Es uno de los proyectos más lindos en los que he participado. Ahora estoy convocado a repetir la experiencia como presentador en un proyecto que, casualmente, dirige una de las personas que hacía posible Bailando en Cuba. No adelantaré nada hasta que se concrete.
El cine es el medio con el que más te identificas. ¿Qué te ha aportado el séptimo arte como actor?
El cine es como una maquinaria de relojería. Su perfecto engranaje produce la magia. Las oportunidades que he tenido en el séptimo arte han sido, para mí, como las Olimpiadas para los deportistas.
¿Qué es lo más difícil de sobrellevar en el ritmo de vida de un artista?
Llevo una vida normal. Creo que lo complicado es que varios proyectos se junten. A veces hay tiempos muertos. En otras ocasiones todo se cruza y la rutina se vuelve estresante.
Lo otro es que en nuestro país se necesitan representantes reales en el gremio; no esos fantasmas, como las agencias, que en la práctica no nos representan en nada. Más que ayudar crean trabas burocráticas, cobran un porciento y no los ves más durante las grabaciones. No velan realmente por tus intereses como artista, por eso creo que tener una estructura de representación seria evitaría muchos momentos incómodos a los actores a la hora de negociar proyectos.
Actualmente estamos disfrutando de tu participación en la telenovela Asuntos Pendientes. ¿Qué fue lo más desafiante del proceso de conceptualización de Gerardo, tu personaje?
Gerardo fue muy agradecido. Al inicio yo no tenía claro por dónde empezar a crear este personaje. Me dejé llevar por las pautas que me daba el director Felo Ruiz en el trabajo de mesa. Luego, en el rodaje, me fue sorprendiendo cómo Gerardo empezó a fluir. Otra sorpresa para mí fue que durante el proceso de grabación no tuve realmente conciencia de cuán incómodo podría resultar el personaje para el público. Cuando lo veo en pantalla me sorprendo.
¿Estás satisfecho con los resultados que has obtenido hasta este momento de tu carrera o crees que si hubieras hecho las cosas de otra manera te habría ido mejor?
Me siento agradecido por las oportunidades que me ha dado la vida. Hago lo que me apasiona y tengo mucha fe en que buenos proyectos están por venir. Por mi parte, me ocupo de estar preparado para batear cuando la bola venga rápida, eso es lo importante. A veces ansiamos las oportunidades y luego no estamos listos para enfrentarlas.
Pues yo pensaba que su sueño era ser director de su UEB
Muy Buen Actor Carlos Solar,E Interpreta Con Mucha Naturalidad, Tanto Personajes Positivos, Como Negativos, Me Gustaría Verlo Por TV, En Algún Personaje de Comedia.
Me gusta mucho su desempeño como actor, es muy convincente.
La prueba está en lo muy odiado de su personaje de Gerardo en la actual novela Asuntos pendientes. Totalmente creíble!
Lo felicito y le deseo mucho éxito en futuros proyectos.
“Carlitín” ha sido tu mejor personaje, desde el niño travieso hasta el joven profesional, que sale y entra de su modesta casa familiar con humildad a pesar de sus logros como “artista”, es más que un simple actor.
¡Felicidades!
Landy