Quentin Tarantino, se sabe, es uno de los directores más transgresores de Hollywood. Su carrera está llena de ejemplos que demuestran que el estadounidense ha querido llevar el cine a una dimensión más allá de los patrones al uso, de los cánones establecidos.
Filmes como Pulp Fiction, o Reservoir Dogs ponen de manifiesto esta práctica inicialmente experimental de un director que, con un vasto conocimiento de los entramados cinematográficos de la industria, ha logrado crear sus propios códigos para desarrollar su carrera. Tanto que, sin renunciar a la incesante maquinaria de Hollywood, de la cual es parte fundamental, ha engrosado la lista de los directores de culto a nivel internacional.
El ejercicio de la violencia desmesurada a veces desde una mirada burlesca, a veces como una especie de invitación a indagar en las zonas más oscuras del ser humano, es una de las marcas de casa en el cine de Tarantino.
Como ocurre con muchos creadores que tratan de empujar los límites, su obra puede amarse u odiarse con todas las fuerzas. En cualquier caso, nadie puede quedar impasible ante un cine que por momentos es un golpe al estómago o un recordatorio de la pertenencia a una civilización marcada por el espíritu más brutal de la violencia, que Tarantino naturaliza como si tratara de que la entendiéramos como otro apéndice de la vida. Y realmente, por más que nos pese, muchas veces lo es.
Su nueva película, Érase una vez en Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood) no es la excepción de la regla, sino más bien la confirmación de que Tarantino, para ser Tarantino, no puede dejar de apostar todas sus cartas en la mesa de la desmesura ni en la ruleta maldita de los sentimientos humanos más perturbadores.
Para tener una idea: la trama del filme arranca seis meses antes de los asesinatos en el verano de 1969 protagonizados por la secta llamada “La Familia” y liderada por Charles Manson, quien obsesionado con la música de Los Beatles y frustrado porque nunca llegó a asomarse a la fama como músico, llegó a decir que mandaba a matar por culpa del cuarteto británico. Aquellas muertes conmocionaron Estados Unidos, dieron un tiro de gracia a la generación hippie y los cadáveres legados por la locura cayeron como una losa sobre los ideales de paz y amor de un movimiento que vio cómo la oscura influencia de Manson sobre un grupo de jóvenes terminó en masacre.
Tarantino presentó la cinta en el Festival de Cannes y su recibimiento fue una ovación que parecía interminable. El cineasta además ofreció una conferencia de prensa acompañado de parte del elenco, los célebres Brad Pitt y Leonardo DiCaprio junto a la actriz Margot Robbie. El estreno coincidió con los 25 años de Pulp Fiction, una de las obras más recordadas en la filmografía de Tarantino.
Los periodistas, según reportes de diversos medios acreditados en Cannes, le dispararon al director con preguntas que por momentos le tensaron en rostro.
“¿Por qué sigue la fascinación por la historia de los asesinatos de Charles Manson?”, le preguntó un reportero sobre el sombrío personaje que murió en 2017 en una prisión estadounidense, dejando uno de los testimonios más turbulentos de la historia contemporánea. Su legado se cuenta en decenas de cadáveres entre los que se aparecen Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polansky, quien se encontraba embarazada cuando “El Mesías”, como se autocalificaba Manson, mandó a asesinarla en su casa junto al grupo de amigos con los que compartía en una fiesta, así como el empresario Leno LaBianca y su mujer, Rosemary.
Manson no participó activamente en los crímenes, pero si dio las orientaciones precisas para que se llevaran a cabo.
“Nos sigue sorprendiendo la forma en que Mason logró someter al grupo de jóvenes porque es de no creerse: Y mientras más investigas, en lugar de volverse más claro, cada vez se pone más oscuro… Creo que la incapacidad de entender lo que pasó es lo que genera la fascinación”, respondió el director según señala el sitio mexicano Sensacine.
Leonardo DiCaprio interpreta en el filme a Rick Dalton, una antigua estrella de televisión del mundo del western que no logró entrar con éxito al cine. En sus declaraciones, DiCaprio habla sobre su identificación con el personaje y lo que representa. “Tengo muchos amigos en la industria y sé lo afortunado que soy en tener esta oportunidad en la vida”, dijo la estrella de Hollywood.
Sobre su trabajo junto a Brad Pitt mencionó: “Brad no es sólo un actor increíble, también es un profesional, así que cuando Quentin nos puso en situaciones en las que teníamos que improvisar, sabíamos tanto de nuestros personajes que fue increíblemente fácil trabajar con él. Creo que creamos un lazo cinematográfico”.
Brad Pitt se unió por primera vez a DiCaprio en este filme. El dueto, como era de esperarse, ha disparado las expectativas por la cinta, que será estrenada próximamente en el circuito internacional.
“Veo a los personajes como dos partes de un mismo individuo: uno que sigue luchando contra las circunstancias de la vida y otro que ha llegado a aceptar el lugar que le tocó.”, aseguró Brad Pitt, cuya carrera ha sido una de las más icónicas en el séptimo arte estadounidense desde aquel recordado papel de ladrón en Thelma y Louise.
El actor no reservó elogios a su compañero de fórmula. “Es muy fácil cuando sabes que tienes a lo mejor de lo mejor al otro lado de la mesa para replicarte; es tranquilizador. Y como Leo decía, tenemos las mismas referencias, hemos pasado al mismo tiempo por esta carrera y nos reímos mucho recordando experiencias similares…”.
Margot Robbie ocupa el centro de la trama. La actriz interpreta a Sharon Tate. “Ella es el pulso de la trama, así que yo quise que fuera luz y honrar su memoria.”, dijo Tarantino sobre la ex esposa del director de cine polaco.
Tarantino aseguró que no le pidió permiso a Polanski, de 85 años, para representar ese trágico momento de su vida mientras declaró que es “fan” de obras suyas como la estremecedora película de terror El bebé de Rosemary.
El estadoundiense fue cuestionado por la violencia contra las mujeres mostrada en Once Upon a Time… El director prefirió no acercar detalles de trama y solo describió a las seguidoras de Mason como “inquietantes”.
Brad Pitt le dio una mano al ofrecer más argumentos sobre una de las críticas que ha despertado la cinta.
“Si analizas la época, 1969, cuando los asesinatos de Mason, verás que estaba en su apogeo el amor libre, había mucha esperanza, muchas ideas nuevas desarrollándose; así que la masacre de Sharon Tate y las otras personas se vivió como un recordatorio de que el lado oscuro de la humanidad seguía presente y que la inocencia estaba perdida, creo que eso es lo que la película resalta hermosamente.”