Olivia de Havilland, la célebre actriz estadounidense conocida sobre todo por su papel de la bondadosa Melanie en Lo que el viento se llevó, murió hoy en París a los 104 años.
La morena de ojos grandes era una de las últimas estrellas de la era de los estudios y la última sobreviviente de los protagonistas de Lo que el viento se llevó. Ganó el Oscar por To Each His Own (Vida íntima de Julia Norris) y por The Heiress (La heredera).
Estrenada en 1939 y basada en la novela de Margaret Mitchell sobre la Guerra Civil, Lo que el viento se llevó suele ser mencionada como una de las películas más taquilleras de la historia del cine. Hoy se le ha criticado por la manera como retrata a los negros del sur de Estados Unidos.
Con su cabello oscuro, De Havilland proyectaba tanto suave ternura como fortaleza interna o audacia picaresca. Protagonizó junto a Errol Flynn varios dramas y películas históricas. Fue una memorable de Marian en Las aventuras de Robin Hood. Pero De Havilland a veces deseaba roles más difíciles, sintiendo que sus cualidades físicas la dejaban encasillada en personajes dulces y románticos.
Su frustración la llevó a demandar a la Warner Bros en 1943 cuando el estudio trató de mantenerla atada al contrato después de que caducara, alegando que la habían suspendido por rechazar ciertos roles.
Su amiga Bette Davis había tenido un problema parecido en los años 30, pero de Havilland ganó su pleito cuando el Tribunal de Apelaciones de California falló que ningún estudio tenía el derecho de prorrogarle el contrato a un artista sin su consentimiento.
En 2008, de Havilland recibió la Medalla Nacional de las Artes y dos años después la Legión de Honor de Francia.
La mejor actriz! EPD