ES / EN
- mayo 15, 2025 -
No Result
Ver todos los resultados
OnCubaNews
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
OnCubaNews
ES / EN
Inicio Cultura Cine

Gibara: cuando la fiesta eclipsa al cine

En la pequeña villa costera que un día enamoró a Humberto Solás, el Festival Internacional de Cine Pobre sobrevive entre promesas, ron y nostalgia. En su última edición, las salas vacías contrastaron con las plazas abarrotadas y los conciertos hasta el amanecer.

por
  • Frangel de la Torre Núñez
mayo 15, 2025
en Cine
0
La casuarina es un símbolo nostalgico del festival. Foto: Frangel De la Torre.

La casuarina es un símbolo nostalgico del festival. Foto: Frangel De la Torre.

Getting your Trinity Audio player ready...

Habíamos acabado de salir de las entrañas de la tierra, veníamos fríos del agua que fluye allá abajo, lejos del sol terrible. Nuestro guía era José Raúl Suárez, naturalista “de corazón” desde hace más de veinte años. Habla suavemente, como si las palabras se ajustaran a su pensamiento, y toma alcohol de una botella que cubre con una tela negra. José ha explorado varias cuevas en Cuba y tiene muchos amigos en el mundo que lo proveen de lo necesario para seguir con este oficio porque, según él, “aquí nadie nos da nada, siempre dicen que no hay”. “La naturaleza es lo más grande que hay, es algo que el ser humano no creó. Siempre pensamos que lo creamos todo, que somos los seres supremos del mundo, pero las instalaciones que hacemos no son las mejores”, va diciendo mientras caminamos.

La entrada de la cueva, a la que se accede de forma fácil y cuyo colofón es un baño en las aguas fria de sus entrañas. Foto: Frangel De la Torre.
Una de las claraboyas narturales que tiene la cueva. Foto: Frangel De la Torre.

José estuvo vinculado a los inicios del Festival Internacional de Cine Pobre, creado por Humberto Solás, y aún recuerda al hombre de cabello blanco que recorría las calles para reunir a la gente. “Eso era Humberto: un amante de los sueños que se hacían realidad”. Nos lo cuenta mientras destapa su botella, y el vaho etílico se mezcla con el olor húmedo de la cueva.

Además, fue fundador y artífice del primer festival de cine que tuvo lugar en cavernas de Cuba, que funcionaba como subsede del Festival Internacional de Lebu, en Chile. El evento, que tenía a La Cueva de los Panaderos como escenario principal, dejó de existir hace unos diez años, cuando terminó el financiamiento extranjero que lo hacía posible. Hoy es un evento olvidado, pero José le dedicó mucha pasión. Incluso logró organizar un festival más con recursos propios, gracias a la colaboración de otros amantes de la naturaleza y el cine. “Lo sacamos adelante a sangre y fuego”, dice, dándose golpecitos en el bolsillo, porque fue su dinero el que lo mantuvo en pie. “Lo sacamos a flote para que no muriera, pero ya no podíamos más. Al siguiente año tuvimos que dejarlo morir”.

Jose Raúl Suárez se define como un naturalista de corazón, que además es un apasionado de la música y hasta creó su propia banda de rock. Es un “crack de las profundidades”. Foto: Frangel De la Torre.

El último tren

De lo que fue el ferrocarril solo quedan vestigios. Gibara fue más de lo que parece; debió haber sido esplendorosa, vasta, con el puerto abierto al mundo y aquel tren cruzando el puente enorme de hierro que atravesaba el río Cacoyugüín, y luego el túnel excavado a fuerza de dinamita y pico en el corazón de la montaña. Fueron 65 años de ferrocarril, desde 1893 hasta 1958. La nave de hierro era la puerta de Holguín al océano Atlántico. 

Durante la época colonial, Gibara fue muy española. Mientras Oriente ardía bajo la lucha del Ejército Libertador, esta ciudad floreció bajo la jurisdicción de Holguín, ganándose el mote de “La Covadonga Cubana”, en recuerdo del lugar donde se desarrolló el primer episodio de la Reconquista, que puso fin al dominio musulmán de una parte de España.

El puente fue lo primero que se perdió. Cayó al río una tarde, hace muchos años. En la casa donde nos hospedamos tuvimos la suerte de observar una fotografía tomada por algún audaz fotógrafo que inmortalizó el paso de la locomotora por el puente. En la imagen, la locomotora pequeña, de vapor y con tres vagones, corre rauda por el ferrocarril de carril estrecho, atravesando el túnel hasta la terminal que ya no existe, destruida por un incendio en 1960. Nadie recuerda la última vez que el tren llegó a la ciudad. Para los visitantes, Gibara siempre ha sido una ciudad sin tren.

Aun en la pendiente, antes de descender hacia la carretera, imaginé el eco del tren y el humo negrísimo atrapado en el túnel sin respiradero. Quizá haya algún anciano que, al bajar al muelle, recuerde la última vez que vio al tren entrar a la ciudad.

Con la construcción de la carretera el ferrocaril, que era de carril estrecho, perdió protagonismo. Esta fue una de las razones del cierre. Foto: Frangel De la Torre.
En ambas márgenes del río sobrevienen los pilares de concreto que sostuvieron la estructura del ferrocarril. Foto: Frangel De la Torre.
Este es el sitio donde se erigió el inmenso puente de hierro que traía el ferrocarril a la cuidad. Foto: Frangel De la Torre.

¡Ah, el Festival!

Alex, el dueño de la renta donde nos hospedamos, nos cuenta que después de la muerte de Humberto Solás todo cambió. El Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara perseguía un objetivo supremo: alcanzar un gran nivel estético y crear nuevas oportunidades, promover intercambios culturales y estrechar lazos entre países, que dieran a conocer sus propias culturas.

Alex fue durante años trabajador de un centro gastronómico llamado El Faro —hoy en ruinas—, que atendía toda la logística del festival. Conoció a todos los directores del evento después de Humberto. Según él, hubo algunos buenos y otros no tanto, pero destaca la labor de Jorge “Pichy” Perugorría, quien logró revitalizar el evento. 

La cuidad. Al fondo, después de la bahía, la elevación conocida como silla de Gibara. Foto: Frangel De la Torre.

Según otras personas con las que hablé, hubo momentos en los que pensaron que el sueño de Solás iba a desaparecer. El momento más trágico fue en 2011, cuando el festival se trasladó al municipio habanero de Regla. El temor de que el festival no regresara mantuvo a los gibareños en vilo, porque “ya sabemos cómo son las cosas, nos dicen una cosa y pasa otra”, según contó Omar, poblador de la villa

Con el ambiente festivalero, la ciudad cobra vida. Todo el año es pasiva, silenciosa, siempre bañada por el mar azul. Pero cuando llega el festival, hay un giro que pone a todos felices y ansiosos por revivir el momento. También es una excelente oportunidad para los negocios privados de alquiler de habitaciones y el circuito gastronómico.

La inauguración de este 2025 comenzó con un desfile por la calle Independencia. Niños en hombros de adultos, mucha gente. Una mujer, que habla con dificultad, balbucea que cada año es peor. Quiero preguntarle, pero me dice que me mueva, que camine, que ya viene. —”¿Qué viene?”—, pregunto, sin mirar, y otra persona me responde: “Será guanajo”. Me aparto, y me voy bajando, arrollado por la conga.

El desfile inaugural. Foto: Frangel De la Torre.

Es gracioso ver los rostros de la gente, algunos serios, como si estuvieran viendo un acontecimiento magnífico que no quieren perderse. Lucen sus mejores ropas, al estilo de la vida provinciana, donde nunca pasa nada y el día de fiesta es el único momento para andar radiante.

Aunque hay algo de seguridad —policías y militares que aparentan vigilar— todos terminan bailando o moviendo los pies. Voy fotografiando, buscando entre la multitud el gesto exacto de aquel que solo viene a mirar.

Gibareños mirando el desfile inaugural. Foto: Frangel De la Torre.

El cine se llena solo dos veces durante la semana: en la inauguración y en la clausura, cuando todos quieren entrar al Jibá —el único en toda la ciudad— lo que hace difícil el acceso.

La arrancada fue con la película cubana Fenómenos Naturales (2024), coproducida con Argentina y Francia, dirigida por el realizador cubano Marcos Díaz. La película cuenta la vida de Vilma, una joven enfermera que vive en una zona rural del centro de Cuba. Vive con su esposo, un hombre que sueña con crear cosas, pero que está convaleciente de las manos, fracturadas durante la construcción del mausoleo al Che Guevara en Santa Clara. Un día, Vilma descubre su pasión por el tiro deportivo e intenta formar parte del equipo que se está preparando para competencias importantes. Además, queda embarazada, lo que la lleva a tomar decisiones importantes. La trama se desarrolla con un toque surrealista, pero logra atrapar al espectador.

Retrato de Humberto Solás en el único cine hablititado para el festival: el cine Jiba. Foto: Frangel De la Torre.

Calles llenas, cine vacío

“Será una semana de fiesta”, me dice un señor. “Ya nadie va al cine. Solo el jurado y cinco o seis personas más”, agrega. Y es cierto. A pesar de que a la ciudad llegan cientos de personas, las salas de cine se mantienen vacías durante la semana. Nunca conté más de treinta personas. En la sala dedicada al documental solo éramos cinco. Otros espacios, como el teatro, corren un poco la misma suerte.

Los lugares destinados a talleres y conferencias solían estar más concurridos. Había prensa, fotógrafos. Participé en un taller sobre el empoderamiento femenino en la industria y los desafíos que enfrentan mujeres que han estado involucradas en grandes producciones. Una de ellas era Helena Núñez, supervisora de vestuario en importantes proyectos internacionales de cine y televisión, como la mundialmente conocida serie Juego de Tronos.

La fiesta le ha ganado el pulso al festival, que en esta última edición, celebrada entre el 15 y el 19 de abril pasado, estuvo más pobre donde Humberto lo vio rico: en su verdadera esencia, el cine. Hay consenso sobre una baja en la calidad de la programación. No están llegando obras sorprendentes; algunas son recicladas, ya conocidas por el público. Pero, como me dijo un ebrio documentalista, “siempre habrá algo que valga la pena y dé el salto de calidad”. No puedo saber si lo hubo: regresamos a La Habana dos días antes de la clausura. 

Estampas de Gibara durante el Festival. Foto: Frangel De la Torre.

La fiesta

Las noches son el plato fuerte del festival. Una personalidad afamada me cuenta que esto es usual en festivales, como el de Málaga, en España. La fiesta se traga al cine, dice, por imposición de los patrocinadores, que al no recaudar en las salas, montan un espectáculo paralelo para generar ingresos. ¿Y qué pasó en Gibara, entonces?

En la plaza de la ciudad se levantan quioscos y aparatos de diversión. “Es el único momento del año en que pasa esto, por eso aprovecho para sacar a la niña a dar una vuelta y montarse en los caballitos”, me dice una mujer.

Los jóvenes y adolescentes son mayoría. Llevan botellas de ron en la mano y las beben con la habilidad de un marinero. Hay dulces, olor a fritura, churros rebosantes de dulce de leche. También hay niños pidiendo dinero. Varios se nos acercan. Uno me mira desde la distancia y se acerca. Le doy algo, pero antes le pido un retrato. 

La noche avanza rápido. Los vendedores se cansan y los borrachos yacen tirados en las esquinas de las calles silenciosas de la parte alta de la ciudad. Algunos parecen haber perdido la vida.

En la segunda noche, durante un concierto en la plaza, una banda toca. El público se reduce a medida que avanza la noche. Solo quedan unas treinta personas. En el borde de la tarima, un viejecito muy sucio y sin dientes corea a todo pulmón, como si dejara el alma: “Hay gente que va a la mata y no tumba el coco, aunque va a la mata…”

En la azotea del hotel más importante de la ciudad se reúne la “realeza” festivalera. Descorchan vinos, beben ron y cerveza. Parecen felices. Aquí se viene a disfrutar, a tomar, a bailar y a bañarse en las playas. Es divertido ver las cosas desde dentro y saber que nadie sabe quién eres; todos están eufóricos de poder volver a Gibara otro año. La fiesta en el hotel termina. Debo decir que el único derroche permitido es el de alcohol.

Luego, la celebración continúa allá en los muelles de la ciudad, donde han recluido la sesión de jazz que ameniza las noches. Un joven y talentoso músico me cuenta en la mañana que su concierto fue “una verdadera porquería”. Pusieron en el mismo espacio a un DJ y a su banda. Además, la calidad del audio era pésima. 

La fiesta dura hasta el amanecer; termina con cuerpos revolcados en la arena y gente nadando en las aguas de la bahía.

La fiesta continuaba hasta el amanecer. Foto: Frangel De la Torre.

Los gibareños

Todos en Gibara aman su ciudad. Y puedo percibir que se saben descendientes de un pasado esplendoroso. Por eso están agradecidos con Humberto Solás. No fue por casualidad que el director quedó atrapado por la magia de la Villa Blanca de los Cangrejos. Esa grandeza de la tierra radica allí, perdura, no ha muerto. 

Estampas de Gibara durante el Festival. Foto: Frangel De la Torre.
Estampas de Gibara durante el Festival. Foto: Frangel De la Torre.

El legado de aquellos españoles que levantaron Gibara y la colmaron de riqueza late en cada uno de los corazones de esta gente noble y valiente: los que sacan sus sillones en la tarde para atrapar la brisa del mar; los vendedores que empujan sus carretillas bajo el sol ardiente; los pescadores que sueltan las velas de sus botes cada tarde y regresan de madrugada con la suerte de la captura. En las viejas casonas destruidas, en ruinas, olvidadas —y que seguramente terminarán por desaparecer— también palpita ese legado.

Gibareños. Foto: Frangel De la Torre.

Durante la inauguración del festival se repitieron, un año más, las promesas de rescatar el antiguo teatro. No pude entrar: está cerrado, lleva años en reparaciones. El teatro es, quizás, el último monumento del esplendor gibareño. Todos lo sienten así. Ojalá que los políticos y la administración lo sientan tanto como Luisito, el valiente recogedor de desechos, que sueña con cantar como Elvis Crespo en el teatro, para toda su ciudad.

Luisito, recogedor de basura y amante de Elvis Crespo, desea cantar para toda su cuidad cuando esté restaurado el teatro. Foto: Frangel De la Torre.
Etiquetas: cine cubanoFestival de Cine Pobre de GibaraPortada
Noticia anterior

Etecsa asegura haber resuelto la falla técnica que afectó la telefonía móvil en Cuba

Siguiente noticia

Putin no hablará con Zelenski en Turquía: las negociaciones quedan en el aire

Frangel de la Torre Núñez

Frangel de la Torre Núñez

Bayamo 1991. Historiador, Sociólogo, Productor de televisión, alumno de fotografía, creador de contenido para redes y editor.

Artículos Relacionados

Pablo Milanés_película
Cine

Película sobre Pablo Milanés se estrenará en prestigioso festival de cine en Reino Unido

por Redacción OnCuba
mayo 13, 2025
0

...

El cine Yara durante el Festival de Cine de La Habana. Foto: Kaloian / Archivo.
Cine

Abierta convocatoria a la edición 46 del Festival de Cine de La Habana

por Redacción OnCuba
mayo 5, 2025
0

...

Pedro Almodóvar junto. la cantante Dua Lipa en la ceremonia de entrega del Premio Chaplin. Foto: X @DUA_INSIDER.
Cine

Almodóvar asegura que el gobierno de Trump será recordado como “una catástrofe”

por Redacción OnCuba
abril 30, 2025
0

...

El Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara es un evento reconocido en el circuito fílmico alternativo. Foto: ACN.
Cine

Cierra Festival de Cine de Gibara con premio a ficciones de Cuba, España, Puerto Rico y Turquía

por Redacción OnCuba
abril 21, 2025
0

...

Unión Europea Cuba
Cine

Unión Europea convoca a laboratorio cinematográfico para jóvenes en Cuba

por Redacción OnCuba
abril 16, 2025
0

...

Ver Más
Siguiente noticia
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla a los medios en el Kremlin, Moscú, el 14 de mayo de 2025. Foto: Alexander Nemenov / EFE / POOL.

Putin no hablará con Zelenski en Turquía: las negociaciones quedan en el aire

El presidente Donald Trump firma una serie de decretos relacionados con la sanidad en el despacho oval en la Casa Blanca en Washington (EE.UU.). Foto: EFE/EPA/JIM LO SCALZO / POOL.

Trump vs. jueces federales

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

La conversación en este espacio está moderada según las pautas de discusión de OnCuba News. Por favor, lea la Política de Comentarios antes de unirse a la discusión.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Lo mejor de OnCuba, cada semana. ¡Únete a nuestra comunidad!

Más Leído

  • Balitas de gas licuado en Cuba. Foto: Cupet / Facebook.

    La odisea del gas licuado en Cuba: comercialización en Villa Clara y Sancti Spíritus, pero escasez en otras provincias

    242 compartido
    Comparte 97 Tweet 61
  • Turismo cubano: más que el honor en juego

    161 compartido
    Comparte 64 Tweet 40
  • ¿Quién podría ser el próximo presidente de Cuba?

    527 compartido
    Comparte 211 Tweet 132
  • Tribuna Antimperialista de La Habana se alquila para eventos, ¿o no?

    191 compartido
    Comparte 76 Tweet 48
  • “P’alante, p’atrá” y viceversa: la transición económica cubana sufre de ataques de pánico

    40 compartido
    Comparte 16 Tweet 10

Más comentado

  • ¿Quién podría ser el próximo presidente de Cuba?

    527 compartido
    Comparte 211 Tweet 132
  • 8 preguntas a Rodrigo García

    23 compartido
    Comparte 9 Tweet 6
  • El sector privado cubano no se ha debilitado, al contrario

    429 compartido
    Comparte 172 Tweet 107
  • Otro comercio en dólares: inauguran tienda mayorista para el sector empresarial en Cuba

    737 compartido
    Comparte 295 Tweet 184
  • Turismo cubano: más que el honor en juego

    161 compartido
    Comparte 64 Tweet 40

Cannabidiol

  • Sobre nosotros
  • Trabajar con OnCuba
  • Política de privacidad
  • Términos de uso
  • Política de Comentarios
  • Contáctenos
  • Anunciarse en OnCuba

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

No Result
Ver todos los resultados
  • Cuba
  • Cuba-EE.UU.
  • Economía
  • Cultura
  • Cartelera
  • Deportes
  • Opinión
  • Podcasts
  • Videos
  • Especiales
Síguenos en nuestras redes sociales:

OnCuba y el logotipo de OnCuba son marcas registradas de Fuego Enterprises, Inc, sus subsidiarias o divisiones.
© Copyright OnCuba Fuego Enterprises, Inc Todos los derechos reservados.

Consentimiento Cookies

Para brindar las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como cookies para almacenar y/o acceder a información del dispositivo. Dar su consentimiento a estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o identificaciones únicas en este sitio. No dar o retirar el consentimiento puede afectar negativamente a determinadas características y funciones.

Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario con el fin legítimo de posibilitar el uso de un servicio específico solicitado explícitamente por el suscriptor o usuario, o con el exclusivo fin de realizar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferences
The technical storage or access is necessary for the legitimate purpose of storing preferences that are not requested by the subscriber or user.
Estadística
El almacenamiento o acceso técnico que se utilice exclusivamente con fines estadísticos. The technical storage or access that is used exclusively for anonymous statistical purposes. Without a subpoena, voluntary compliance on the part of your Internet Service Provider, or additional records from a third party, information stored or retrieved for this purpose alone cannot usually be used to identify you.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad o para rastrear al usuario en un sitio web o en varios sitios web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}