El Festival de Cine de La Habana en Nueva York (HFFNY, por siglas en inglés) programó homenajes por separado a Nicolás Guillén Landrián y Tomás Gutiérrez Alea, dos exponentes de un cine experimental, incómodo y cuestionador de la Cuba socialista.
Como parte de los reconocimientos se presentara La mirada oculta: una retrospectiva de Nicolás Guillén Landrian (1938-2003) para la cual se restauraron una decena de cortometrajes que el público neoyorquino podrá ver por primera vez y de forma gratuita en la Universidad Hoftra en Long Island, apunta la agencia española EFE.
Guillén Landrián, quien también fue pintor y escritor, realizó 18 documentales, entre ellos Coffea Arábiga (1968), considerada una de sus obras maestras, y Taller de Línea y 18 (1971).
Fallecido de cáncer en el exilio de Miami en 2003, Landrián tuvo una vida llena de episodios dramáticos, que fueron desde experiencias carcelarias bajo acusaciones de terrorismo hasta internamientos y electrochoques en pabellones psiquiátricos, pasando por expulsiones y readmisiones en el Instituto cubano de Cine (Icaic).
“Muy probablemente Landrián sea el cineasta con mayor influencia en el cine cubano del siglo XXI. Y no se trata solo de ese morbo que la censura siempre genera, sino de la singularidad de su mirada, entre un cine marcado fundamentalmente por el realismo”, dijo a OnCuba Ernesto Daranas, en diciembre pasado.
El cineasta, quien estuvo al frente de un proyecto que rescató del pudridero en que se hallaba la filmografía del autor de Ociel del Toa, otro de los clásicos de Guillén Landrián, presentó en el Festival de La Habana su documental Landrián, en torno a esos esfuerzos de rehabilitación, trufados con testimonios de colaboradores del cineasta maldito y de su viuda, Gretel Alfonso.
Ernesto Daranas: “La censura es un acto de abuso de poder, de ignorancia, de soberbia”
Por su parte, La risa y la rebelión: El cine libre de Tomás Gutiérrez Alea (1928-1996) será la muestra más amplia que se haya concebido en el certamen neoyorino de la obra del afamado cineasta cubano, amigo de otras celebridades de la gran pantalla como el español Carlos Saura y el estadounidense Sidney Pollack.
Sus películas clásicas Fresa y chocolate, primer filme cubano nominado al Óscar a Mejor Película de Habla no Inglesa; La muerte de un burócrata, Los sobrevivientes, La última cena, Una pelea cubana contra los demonios y el cortometraje El arte del tabaco fueron restauradas por el Departamento de Archivos de la Academia estadounidense de Cine para esta ocasión.
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De acuerdo con un comunicado de The American Friends of the Ludwig Foundation of Cuba, que organiza el festival, esta muestra ofrece una oportunidad de sumergirse en los trabajos innovadores de uno de los cineastas más famosos de Latinoamérica.
Otras propuestas cubanas
Destaca, además este año, la iniciativa Armonías de las Américas: Celebrando a leyendas de la música latina pasadas y presentes, un homenaje a la música latina, que incluye el estreno en Nueva York de La leyenda de Arsenio; el documental Santa canción y la película biográfica colombiana Rebelión sobre el famoso cantante Joe Arroyo.
La leyenda de Arsenio es un documental dirigido por el cubano Rolando Almirante que tiene como hilo conductor a Regla Travieso, hija del importante tresero y compositor cubano Ignacio de Loyola Rodríguez Scull, conocido como Arsenio Rodríguez (Güira de Macurijes, Cuba, 1911 – Los Ángeles, Estados Unidos, 1970), considerado el modernizador del son cubano y uno de los padres de lo que se llamó la salsa, género que mezcla ritmos caribeños y cubanos y que arrasó en los ambientes neoyorkinos a partir de los años 70.
El material de Almirante registra, además, testimonios de la familia habanera del músico, así como de amigos y colaboradores en Nueva York y Puerto Rico, además de expertos musicales cubanos.
Por su parte, Santa Canción, del realizador Juan Carlos Travieso, se adentra en los entretelones del festival Longina canta a Corona, que cada año tiene lugar en la central ciudad de Santa Clara, dedicado a la canción trovadoresca.
“Mi propósito no fue nunca hacer un documental que recogiera solamente la historia del evento. Me interesa mucho el porvenir, el futuro, y todo lo que pasa hoy con la trova, que es Patrimonio, pero todavía no está lo suficientemente cuidada. Falta mucho para que haya un trabajo consecuente a favor de su promoción y la preservación”, dijo Travieso a la prensa.
18 obras en competencia
El festival (www.HFFNY.com) proyectará en sus pantallas el documental Aldo Baldin: Una vida de música sobre la trayectoria del famoso tenor brasileño (1945-1994), y el corto documental ¿Y la calle qué?
Igualmente, podrán verse cortometrajes, como La gran obra (Espana-EE.UU.), del cineasta español Alex Lora y ganador del Gran Premio del Jurado en el reciente Festival de Sundance.
Con una oferta de historias de suspenso, aventura, justicia social, expresión musical y romance, -que llegan desde Cuba, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú, Panamá, Uruguay, entre otros- las películas que participan en esta edición han conseguido el reconocimiento internacional, recibiendo prestigiosos premios, enaltece el comunicado del certamen.
Un total de 18 películas competirán en las diversas categorías por el Havana Star Prize y los ganadores se conocerán durante la ceremonia de clausura.
El remate del festival lo colocará el documental Igualada, del colombiano Juan Mejía Botero, que sigue la trayectoria durante la campaña electoral de Francia Márquez, quien en 2022 se convirtió en la primera vicepresidenta afrodescendiente de Colombia.
Creado en el año 2000, el Havana Film Festival de Nueva York es un proyecto del American Friends of the Ludwig Foundation of Cuba (AFLFC), una organización sin fines de lucro, dedicada a la construcción de puentes culturales entre Estados Unidos y Cuba a través de programas artísticos.