Los Stones en Cuba mirados por nosotros

Foto: Roberto Ruiz

Foto: Roberto Ruiz

El pasado 24 de marzo aterrizaban en Cuba Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts, un día antes de su concierto en la Ciudad Deportiva y apenas dos después de que Barack Obama volara desde el mismo aeropuerto.

La llegada de las estrellas era la culminación de un mega despliegue que los cubanos habían empezado a ver hacía ya un par de semanas antes cuando comenzó a montarse el escenario.

Tratándose de un concierto que los propios Rolling Stones consideraron “histórico”, evidentemente tendría un prolijo registro en video. Sin embargo, hubo un ángulo que sus cámaras difícilmente captarían: el nuestro.

¿Cómo vivimos los cubanos ese corto y atronador paso por la Isla? ¿Cómo guardamos la memoria? ¿Cómo la contamos ?

Con Stones pa´ti, un mediometraje de 40 minutos, Eduardo del Llano se propone recrear esa mirada y hacerlo en toda su diversidad, con un mosaico de diferentes testimonios en un producto sin ánimo de lucro, hecho “por fans para fans”.

https://www.youtube.com/watch?v=fWtiPWXcggo

“Quise documentar desde nosotros. Espero que así se reciba y  funcione dondequiera que haya un cubano o donde haya curiosidad por saber cómo se vivió”, explica.

“En algún momento ellos sacarán un DVD, un BluRay –o ambas cosas– del concierto de La Habana. Puede ocurrir en un año o más; pero esa sería la visión desde Los Rolling Stones: la llegada, la escena… con una calidad tecnológica con la cual  no podemos competir. Pero tampoco es el propósito”.

De hecho, Del Llano reunió foto fija, lo mismo profesional que de aficionados, pixelada o HD; tomas realizadas con equipos sofisticados y teléfonos celulares; material de diversa calidad y distinto formato.

Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz

Hay fragmentos de los propios Stones, Mick Jagger hablando en español y celebrando “tiempos que están cambiando”; un corte donde alguien le dice en un inglés apurado: “In the name of the people of Cuba, thank you very much”. Aparecen también momentos del concierto, “los más emotivos” precisa Eduardo.

“Quise buscar lo que significó para nosotros. También porque me he encontrado gente en la calle, sobre todo joven, que todavía no tiene la dimensión de que es uno de los grandes nombres del rock y la cultura mundial en los últimos 60 años. Por eso interpelé a algunas personas mayores que han vivido todo este tiempo en Cuba y saben lo difícil que ha sido que llegáramos a aquí”, comenta.

Entre ellos se encuentra Guille Vilar, quien interrumpe su entrevista cuando cuenta que lloró en el concierto: “No quiero seguir hablando del tema porque me pongo mal”, confiesa.

Foto: Roberto Ruiz
Foto: Roberto Ruiz

Otros entrevistados son el musicólogo Joaquín Borges Triana, los comentarios de Juanito Camacho a propósito del concierto, los de los músicos Luis Manuel Molina y Ernesto Blanco, y el realizador británico Julien Temple, por ejemplo. Qué prejuicios pesaron sobre el rock and roll y sus seguidores en Cuba y cuál era el contexto de estos conflictos, son dos de los temas abordados.

El valor de este testimonio trasciende a Los Rolling Stones en sí, ya que, como explica Del Llano, “nunca habíamos visto nada así en Cuba, un espectáculo de esa envergadura, con esos efectos visuales, con esas dimensiones…”. El escenario alcanzó unos 20 metros de altura, hubo siete pantallas y ocho repetidores de sonido. Todavía no hay consenso sobre el número de personas que asistieron, pero se calcula en más de 1 millón.

Así se ve el escenario de The Rolling Stones en Cuba.
Escenario de The Rolling Stones en Cuba.

Para que se repita algo como esto, dice, tendría que venir Paul McCartney o Bob Dylan. Ojalá ocurra –aún puede ocurrir–, pero no hay muchos más nombres de esa talla en la historia del rock.

Stones pa´ti, con edición de José Lemuel (Pepito), mezcla de sonido de Velia Díaz de Villalvilla, posproducción de Rafael Rigau y Carlos Manuel Quesada, es un cuento, colectivo, sobre los cubanos que vivieron el primer mega concierto en la Isla, con Sus Satánicas Majestades como fondo musical. Y un coro de público.

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