El Festival Internacional de Cine de New York es uno de los eventos cinematográficos de mayor prestigio en los Estados Unidos. En su más reciente edición el nombre de Cuba se mencionó cinco veces durante la gala de premiaciones. Para conocer lo que ocurrió esa noche, OnCuba conversó con Omar Franco quien obtuvo el Premio al Mejor Actor de Reparto, por su desempeño en el filme Pablo, del joven realizador camagüeyano Yosmani Acosta, el cual a su vez fue galardonado como el mejor director del certamen.
¿Cómo llega la película Pablo al Festival Internacional de Cine de Nueva York?
Pablo se comenzó a insertar por parte de su director Yosmani Acosta y del equipo de Relaciones Públicas de la misma, en varios festivales en Europa, América Latina, y en Estados Unidos se inscribió en el Festival Internacional de Cine de Nueva York; posteriormente los organizadores del evento le comunicaron a Yosmany que la película había quedado entre las veinte finalistas, con cinco prenominaciones que fueron mejor película, director, actor de reparto, historia y protagonista.
En este festival se premian diez categorías y compiten cortos animados, documentales y ficción, que es el plato fuerte; cuando se hizo el corte final de las cinco prenominaciones obtuvimos tres: mejor película, mejor director y mejor actor de reparto.
Al saber esto la alegría fue inmensa; cuando busqué en Internet y vi mi nombre ¡imagínate!, este es un festival internacional donde había actores y películas de todas partes, y solo nos superó el filme sudafricano Little one, con 5 nominaciones; esta cinta abrió el Festival y al igual que Pablo obtuvo dos premios, a la mejor actriz y a la mejor película, y es la propuesta de ese país a los Premios Oscar.
¿Qué ocurrió en la noche de premiaciones?
Yo he tenido la oportunidad de ser jurado, de estar en premiaciones, y estas ceremonias tienen su protocolo; al ser en Nueva York, sabíamos que debía ser vestuario de etiqueta, pero sin embargo creo que el evento estuvo a tono con la ciudad, ab libitum.
Nosotros habíamos ido a la inauguración muy presentables, pero para la noche de premiaciones decidimos ir lo mejor posible porque tal vez Brad Pitt puede ir con un pitusa roto, pero nosotros los cubanos no íbamos a hacer eso; acordamos buscar opciones de ropa alquilada para un día, o algo así, pero los precios eran un poco altos y al final optamos por la variante de ir con la ropa más elegante que teníamos, no muy cara , pero elegante, tampoco de frac con pajarita pero si no nos daban premios, no se fijarían en nuestra ropa, y si los ganábamos dirían tal vez que éramos sencillos en medio de todo ésto, pero ganadores.
Por otra parte cuando te premian en un festival, debes decir algunas palabras, eso nos obligó a entrenar un poco el inglés; yo sinceramente no me desvelé ni una noche en Nueva York pensando en el premio, pero sí había que destinar un tiempo a pensar en qué diríamos si nos premiaban.
En el momento en que nos entregaron los premios éramos solo cuatro cubanos allí Yosmani con su esposa, un amigo antropólogo que nos ayudó mucho como intérprete que vive allá y estudió en la universidad de Columbia, y yo, y armamos tremenda algarabía; primero me dieron el premio a mí y justamente después dan mejor fotografía y seguidamente mejor director a Yosmani, y ahí se duplicó la bulla porque de las tres nominaciones habíamos obtenido dos.
¿Cómo fue la reacción del público?
Desde que llegamos al festival los miembros del comité organizador nos decían que les había gustado mucho la película y a mí en lo personal me decían que había logrado muy buena actuación; yo pensaba que era un cumplido que el comité le hacía a todo el mundo y no le presté mucha atención, aunque me lo reiteraban cada vez que nos encontrábamos y yo se los agradecía, claro.
Cuando nos entregan los premios, el público, -que era muy internacional porque había películas de Serbia, China, Perú, España, Rusia-, se sumó a nuestra celebración y aplaudieron mucho, creo que por el escándalo que teníamos, pero al final reconocieron lo importante de este premio y eso que no sabían que si se hubiera premiado el esfuerzo, también hubiera estado nominado el filme.
A la salida de la ceremonia recibimos muchas felicitaciones y muestras de admiración y nos hicieron muchas entrevistas y muchas fotos, a lo cual no estamos acostumbrados.
Más allá del público presente en la premiación, puedo decirte que cuando proyectaron la película durante el festival, cinco personas de Harlem, que fue donde paramos en Nueva York, fueron a ver la película, dos de ellos no sabían exactamente dónde estaba Cuba, pero la vieron completa y luego nos felicitaron; y eso es importante, porque son personas de una cultura completamente diferente y no creo que haya cosa mejor para un artista que eso, que hayan entendido esa historia que les es ajena; esto para mí significó mucho.
¿Había cubanos en el público?
El día de la premiación no, no tuvimos la suerte de que fuera ningún cubano, de los que pensamos iban a asistir, pero gracias a la película, en la noche de los premios, en Nueva York, Cuba se mencionó cinco veces.
¿Cómo fue el tratamiento que se le dio al filme por parte de los organizadores del evento, de la crítica y la prensa?
El tratamiento que se le dio a la película fue meramente artístico y hubo una especial coincidencia; Pablo y Little one, que fueron las dos cintas más premiadas, tratan el mismo tema de la violencia contra la infancia y la adolescencia, y además los cuatro actores premiados no fueron de raza blanca; no creo que el festival se lo haya propuesto porque no había ninguna jornada a favor de la niñez, ni de la raza.
¿En qué consiste el premio?
En la estatuilla, ésta que ves aquí, a la que algunos llaman el “Oscarito”, salvando la distancia, claro; es materialmente eso, pero ciertamente resulta ser como la llave de una puerta porque las relaciones que establecimos Yosmani y yo con directores y productores fueron muy buenas con vistas a trabajos futuros.
Por otra parte somos invitados permanentes al Festival y para mí fue muy importante las relaciones que establecí con actores de Dinamarca, Serbia, Sri Lanka, culturas que son bastante lejanas pero cuando comienzas a hablar con esos actores reafirmas que el arte es un lenguaje universal.
¿Existe algún proyecto de distribución internacional para Pablo?
La película se produjo de manera independiente con apoyo del ICAIC, el cual tiene los derechos de distribución en el país y ojalá se vea pronto en Cuba; el tema de la distribución internacional está en manos del director pero como está inscrita en otros festivales es estratégico crear un currículo, no desesperarse en proyectarla en algún país, porque los eventos cinematográficos te exigen que no haya sido exhibida; en ese momento se encuentra ahora el equipo de realización, no entregarla a ninguna distribuidora y seguirla presentando en festivales, de hecho se espera que otros confirmen, no solo en Estados, sino también en Europa y América Latina.
Todos los que participamos en la cinta no estamos ciegos, a pesar de haber sido premiada sabemos que tiene errores, los lógicos de una ópera prima, y todos tuvimos una primera vez en todo, periodistas, artistas, pintores, músicos todos en todo.
No obstante, de todas las personas que han visto la película y que nos han hablado luego, -y yo vivo en un barrio, yo vivo en Mantilla-, nadie tiene dudas de que el personaje que encarno, Rogelio, es detestable y de esa maestra que aparece, comentan que es una profesora mala, por tanto desde el punto de vista humano y social esto le da a la película un valor y una transcendencia; no es que el cine se haga para que la gente aprenda, no es que deba ser didáctico, pero en el fondo la película me ha ayudado a mí a hacerme mejor persona y mejor padre, pero además ha ayudado a la gente a ver lo que no debe ser; la película de Yosmani es ésta, otra sería , el padre bueno , la maestra buena y todo bueno, pero esa sería otra película.
En una entrevista reciente a propósito del premio declaró que éste resultaba para usted un desafío, ¿por qué?
Yo me formé como actor bajo la tutela de Armando Suárez del Villar , no trabajo para premios, éstos llegan o no; trato de esforzarme mucho, me entrego mucho, pero no para los premios; este año me entregaron el Caricato de Mejor Actor en cine cubano, fue el cuarto Caricato que recibía pero de todas maneras me sorprendió mucho.
Yo respeto mucho a los jurados nuestros, pero éste premio tiene una relevancia importante, sale del marco de los ojos nuestros, lo otorgan personas que no te conocen y que además en mi caso se sorprendieron de que mi vida se hubiera movido en la escena cubana más en el humor que en el drama, de esa dualidad, y de que el premio lo recibiera por una actuación dramática, aunque en mi opinión el humor es una escuela y es una cosa muy seria.
Es un desafío, porque estoy siendo consecuente con los que me ayudaron a formarme como actor como Suárez del Villar por supuesto, Luis Alberto García y René de la Cruz, -los mayores-, Hilda Oates y todo los que me han ayudado en mi carrera, no solo directores y actores; pudiera mencionarte a Omara Portuondo que cuando empecé a hacer humor ella siempre me decía “ ese es el camino”, y también muchos otros y el reto está ahora en no defraudar en los próximos trabajos que tenga que hacer a esas personas y a todos los cubanos que se han sentido contentos con el premio, en Cuba y en el extranjero.
¿No conocía Nueva York, verdad?
No, pero esto que te voy a decir creo que es común no solo a los cubanos, sino a cualquiera en el mundo; el ser humano ha visto tantos audiovisuales de esa ciudad que no creo que sea tan ajena, cuando llegas y comienzas a verla, te empiezan a venir a la mente películas, seriales o simplemente fotos que hayas visto.
Yo entré por Queens desde donde se ve Manhattan y esa imagen de los edificios, casi todos la tenemos en el “disco duro”, y nos alojamos en los clásicos edificios de ladrillos rojos por fuera que me recordaban El Padrino; otro tanto me pasó en el Parque Central, donde por cierto me pasé dos horas y no me encontré ningún cubano y al cabo de ellas vi a Mayito Rivera, lo cual me dio una tremenda alegría, ahí también formamos una bullita cubana.
Pero te repito no es tan ajeno lo que estás viendo, el Downtown, Broadway, Times Square Garden, cualquiera que ha visto un poco de cine, sobre todo, tiene esas imágenes como referente, ¡ah, el metro! en esas estaciones se han filmado muchas películas.
Pasamos tres días de lluvia, y en una ocasión una temperatura de 15 grados que para ellos no es frío pero nosotros tuvimos que ponernos abrigo, en momentos en que aquí en Cuba había mucho calor, sobre todo porque se decidía la serie de béisbol entre Villa Clara y Matanzas.
¿Qué otros cubanos encontró en Nueva York?
A Gian Capote, el pintor, al hijo de Xiomara Laugart; a alguien que es prácticamente cubana, que es Estela Bravo y a los compañeros de la misión diplomática en Nueva York.
¿Qué puede comentar sobre sus experiencias con la prensa estadounidense?
Durante el festival hay una cobertura constante y tuvimos muchas solicitudes de entrevistas, al punto que uno a veces teme repetirse, pues más o menos siempre son las mismas preguntas porque es un solo tema de interés.
Luego el 25 de junio fuimos invitados Yosmani y yo a un programa del canal 41 de Miami que se llama Sevcec a Fondo y que conduce el uruguayo Pedro Sevcec; ésta era la única entrevista que por cuestión de tiempo yo podía dar porque tenía el compromiso de regresar para filmar una novela aquí en Cuba, y resultó muy interesante porque fue totalmente artística, y pudimos exponer al público de Miami nuestra experiencia en el Festival de Nueva York; coincide que Pablo había sido presentada en el Festival Internacional West Palm Beach, en una función especial en el Cine Tower de La Pequeña Habana y el 27 de julio se proyectó como parte d ela programación de Mega Cine.
Esta entrevista fue muy buena, muy coloquial y con mucha inteligencia y respeto por parte del conductor, al que le agradezco que el público de Miami, que siguió los pasos de la película, pudiera conocer nuestras declaraciones.
¿Cómo le fue en Miami en sentido general?
En Miami me fue muy bien, me encontré con muchos amigos, sobre todo humoristas que están trabajando allí; por el poco tiempo que estuve decidí que nos reuniéramos de regreso y estuvimos juntos Ariel Mancebo, Eddy Escobar, Conrado Couly (Boncó) , Alexis Valdés, Iván Camejo, Pablo Garí, Zulema Cruz, yo creo que ellos tomaron el premio como de ellos, incluso me hicieron una fiesta una noche en que ya prácticamente tenía que regresar y pasamos dos o tres horas muy buenas, hablando de arte y haciendo humor por supuesto de aquí y de allá, y disfrutando que un humorista igual que ellos, salido de Cuba, obtuviera un premio que también estaba dedicado a ellos, pues con todos los humoristas me he retroalimentado; en Miami me fue muy bien y fue muy bueno que ellos fueran a felicitarme y a compartir conmigo la alegría que yo traía.
Por: Susana Méndez
Foto: De la autora
Muchas feliidades para Omar Franco!!!!