Una de las actrices más reclamadas del cine francés, Anouk Aimée, murió este martes en su residencia de París, dejando un legado impresionante de interpretaciones en la gran pantalla de Europa.
Famosa por papeles en La dulce vida, de Federico Fellini o Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch, la artista murió a los 92 años, anunció su hija Manuella Papatakis en su cuenta de Instagram.
Nacida en la capital francesa en 1932 como Nicole Dreyfus, entró de adolescente en los platós al ser hija de actores, debutando a los 14 años en el film La maison sous la mer, dirigido por Henry Calef.
De esa primera experiencia sacó el nombre de pila de su personaje, Anouk, para rebautizarse, y su apellido (Aimée, amada en francés) fue una sugerencia del poeta surrealista y guionista cinematográfico Jacques Prévert, quien en 1949 escribió la adaptación de Romeo y Julieta, de Shakespeare, para la película Los amantes de Verona, que supuso el primer protagónico de la actriz.
Pero su primer paso hacia el estrellato lo consiguió con su personaje Maddalena en La dulce vida, en 1960, aunque su consagración llegó seis años más tarde con Un hombre y una mujer, coprotagonizada con Jean-Louis Trintignant, que le valió un Globo de Oro y una nominación a los Oscar.
Trabajó en un total de 92 películas y títulos de televisión, entre los que también se destacan 8½ (1963), de Fellini, o Salto en el vacío (1980), de Marco Bellocchio, con la que obtuvo el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes de ese año.
Su última aparición en el cine data de 2019, con la nostálgica Los años más bellos de una vida, de Lelouch, una secuela de Un hombre y una mujer, que se proyectó fuera de competencia en el Festival de Cannes.
En su dilatada carrera actuó también en Justine, de George Cukor, Una cita, de Sidney Lumet, en Prêt-à-Porter, de Robert Altman, y La sombra del pasado, ya en 2003, de Marceline Loridan Ivens, en la que interpretó a una superviviente del Holocausto que regresa a Auschwitz 60 años después de la Segunda Guerra Mundial.
En 2007, en una entrevista con el periódico británico The Guardian, en 2007, Anouk Aimée reveló su estilo de interpretación:
“Fue Fellini quien me enseñó esto: lo más importante de todo es escuchar, escuchar lo que dicen los otros personajes. Y no te tomes [a ti misma] demasiado en serio”.
Igualmente premiada con el César de Honor de 2002 y el Oso de Oro de Honor de la Berlinale de 2003, la actriz francesa estuvo casada cuatro veces, la primera con el cineasta Nikos Papatakis, padre de su única hija, y la última con el actor británico Albert Finney, fallecido en febrero de 2019.