Recién llegada a los Estados Unidos, luego de pasar dos semanas en Cuba, la sensación que es Ana de Armas concedió una entrevista a la revista neoyorkina Vanity Fair que se publica en la edición de marzo como reportaje principal, reservándole su tapa a esta belleza de 31 años.
“Vine directamente de La Habana, así que llevo ropa de avión. Mis maletas se llenan de ropa, medicamentos o suministros, lo que la gente necesite, y vuelven vacías”, dice a la escritora neoyorkina Sloane Crosley, su entrevistadora.
La conversación sucede en el restaurante Versailles de Culver City, California. Por el ambiente, que recuerda al restaurante de Miami, cada una de las frases huelen a Cuba. Comen frijoles. “Este es mi combustible, dice la actriz. En cuanto a los tragos, elige daiquirí, porque el mojito le parece ‘demasiado Hemingway, demasiado obvio'”.
Falta un día para la entrega de los Globos de Oro (cuya gala sucedió el pasado 5 de enero), de manera que en el aire flotaba la incógnita de si la joven cubana lograría el premio por su interpretación de Marta Cabrera, trabajo por el cual fue nominada como Mejor actriz en la comedia Knives Out (2019, Rian Johnson).
Al final, ella no superó la nominación, pero el filme, además, le puso junto a artistas como la actriz Jamie Lee Curtis, quien cree que De Armas va a ser como Sophia Loren, una de esos rostros con los que uno se cruzará en todo el mundo, y también considera que aunque tiene una “profundidad exquisita y es singularmente gentil e increíblemente hermosa”, es, tal vez y sobre todo, “una niña de Cuba, por lo que tiene esa tenacidad, perseverancia y ferocidad”.
Otro actor con el que comparte en el filme es Daniel Craing. A los dos se les verán juntos cuando se estrene No Time to Die (Cary Fukunaga), la última parte del famoso agente 007 cuyo estreno se ha pospuesto por el coronavirus en China. Pero, Ana de Armas ya ha trabajado y se codea con las estrellas del cine, convirtiéndose en una más.
Sobre esta nueva realidad advierte: Hollywood “no es mi vida, es mi realidad”.
“Tengo grandes amigos, y aquí me han sucedido cosas increíbles, pero el estilo de vida, la exposición y las situaciones comerciales constantes no son para mí. Me gusta hablar de la vida y el arte y los bebés y las mascotas. Actuar es lo que me encanta hacer, pero no puedo hablar de eso, no todo el tiempo”, dice.
Para resumir esta circunstancia cita a Marilyn Monroe: “Es bueno tener caviar, pero no cuando lo tienes en cada comida. Frijoles, tal vez. Pero no caviar”.
De hecho, uno de sus trabajos más esperados suyos será la interpretación de la famosa Marilyn Monroe en Blonde, la adaptación para el cine de la conocida novela de Joyce Carol Oates que ha dirigido Andrew Dominik.
“Solo tuve que audicionar una vez y Andrew dijo ‘Eres tú’, pero tuve que audicionar para todos los demás. Los productores. La gente del dinero. Siempre hay personas a las que necesito convencer. Pero sabía que podía hacerlo. Interpretar a Marilyn fue innovador. Una cubana jugando a Marilyn Monroe. Lo deseaba tanto”.
Ana de Armas recibió el 2020 en Cuba, junto a sus padres que no asisten al estreno de sus filmes y tienen que verlo en copias piratas, donde tuvo una fiesta en la Habana vieja con familiares y amigos, actores admirados desde cuando todavía no era más que un proyecto de artista
Sobre esos inicios, los estudios de teatro, su costumbre de moverse de un lado al otro cogiendo botellas (autostop) y de una realidad que encontraba mejor reflejada por los actores cubanos que en las estrellas de Hollywood también habló en este reportaje: “Los actores cubanos eran a los que miraba porque esa era mi realidad: gente subiéndose a un bote o gritándose unos a otros o matando a un cerdo”.
La carrera de la joven actriz es de sobras conocida. Provenía de “una de las pocas familias cubanas sin parientes en Miami”, por lo que sus conversaciones reiteradas a la hora de hablar de futuros señalaban a España. Una rosa de Francia. Madrid, a los 18 años. La serie de televisión El Internado con 19. Hollywood, a los 26.
Aunque ella misma asegura que “lo cubano ayuda”, esa carrera, sobre todo, parece ser el resultado de un temperamento que no le teme a los obstáculos, a los retos increíbles como dinero o el idioma. A veces no sabía lo que estaba diciendo en una escena, pero sabía con exactitud lo que estaba sucediendo. Eso era suficiente para convencer. Tal vez todo eso signifique “lo cubano”
“Nunca he tenido una agenda. Todo lo que quiero hacer es trabajar. Todo lo que quiero hacer es conseguir algo desafiante y demostrarme a mí misma que puedo hacerlo”.
Así fue la conversación de Ana de Armas con Sloane Crosley para Vanity Fair, saboreando frijoles y hablando de Cuba; tanto, que durante la entrevista varias cosas le hacen pensar en el país del cual recién ha llegado: las luces por un momento parpadean. “Como en Cuba”, dice. En una mesa adyacente le cantan feliz cumpleaños a quien está de celebración. Ella se queja algo decepcionada: “Así no es como se canta en Cuba, ¡qué mal!”
Adoro!
Muy bella, pero nada que ver con Marilyn Monroe, ni siquiera después de maquillada para asumir el personaje. La Monroe no tiene comparación hasta el momento y dudo mucho que alguna fémina pueda asumir con dignidad su rol.
Creo que lo hará o lo hizo muy bien, definitivamente nadie espera ver a Marilyn Monroe, pero si un trabajo digno y respetuoso, encarnar un personaje de tal magnitud es un gran reto, y Ana de Armas es una bella y buena actriz.