Sobre la mujer cubana de hoy y sus conflictos y aspiraciones trata Venecia, la más reciente producción de Enrique (Kiki) Álvarez que el próximo junio llegará a los cines de estreno de toda Cuba. Una vez más cuenta con guión de la también protagonista de esta entrega Claudia Muñiz, con quien el director repite su fórmula (a saber: “creatividad + espontaneidad + libertad”) para lograr un cine independiente y libre que lo identifica y satisface como creador.
Venecia narra la historia de tres jóvenes peluqueras que el día del cobro deciden acompañar a una de ellas a comprar un vestido. Ese es el primer paso para desencadenar una serie de peripecias que compondrán su exótico itinerario, que durará hasta el otro día atravesando una estremecida noche que las dejará sin un centavo. Al amanecer, sin dinero pero con muchas esperanzas en los bolsillos, sueñan con abrir un salón de belleza particular al que bautizarán como a la seductora ciudad italiana. La lejana localidad flota como símbolo de lo inalcanzable, de la utopía y de los anhelos de estas tres mujeres dispuestas a no abandonar sus esperanzas.
Con el intimismo que le caracteriza, el realizador vuelve a explorar los universos interiores de sus personajes mientras los desnuda, de adentro hacia afuera. La transición de la adolescencia a la adultez en estas jóvenes también se evidencia en el largometraje. El positivo progreso de la historia desde un relato ágil y dinámico son algunas de las mayores fortalezas del filme, junto a las naturales interpretaciones y la fotografía que las registra como si ellas no supieran que están siendo filmadas.
Kiki, con su devoción al cine de autor, regresa a la Habana, ciudad de sus sueños y pesadillas y la convierte en otro personaje más de esta historia. Con elementos autobiográficos las actrices diseñaron y encarnaron los roles. “Ellas se interpretan por momentos a sí mismas lo que fue una experiencia profesional muy enriquecedora para todo el equipo”, declaró a OnCuba el también realizador de La Ola (1994) y Marina (2011).
Esta película fue para él “una vuelta de tuerca hacia una manera de trabajar más interactiva en el desarrollo de la historia y en la construcción de los personajes, lo que creo se siente en el filme. Se trata de una producción completamente independiente que hace una indagación del universo femenino en la Cuba de ahora mismo. La cinta, cámara en mano, sigue ese recorrido a ratos con un estilo muy documental e intenta hacer una puesta en escenas a partir de improvisaciones de ellas con un seguimiento documental de todo el equipo. Fue el estilo que quisimos transmitir, que intentamos tenga el filme y creo que logramos.” añadió.
¿Por qué filmar una historia con y sobre mujeres?
Quería filmar una historia de mujeres de la Cuba cotidiana. Por ahí empezó todo. Se lo comenté a Claudia y recuerdo que íbamos caminando y fuimos haciendo como una tormenta de ideas hasta llegar a la premisa inicial de la película, que es el surgimiento de una amistad entre estas muchachas. Luego ella escribió el argumento que fue básicamente lo único que hubo. No te puedo hablar de un guión en su sentido más clásico, porque con lo que se trabajó fue con el argumento y algunas escenas dialogadas, punto. Lo que interesaba era la improvisación.
¿Cuál fue el punto de partida de la guionista?
Ella declaró a esta misma revista que todo surgió de sus propias vivencias. Cuando cobró su primer sueldo, con sus dos mejores amigos se fue a celebrar Hicieron un recorrido muy MN. Al final de la noche se dio cuenta de que se habían gastado todo el dinero. Esta anécdota le sirvió para contar la historia de Venecia. La historia de Mónica, Violeta y Mayelín parte de ahí, pero no se queda en la anécdota puramente. Transita los caminos del mundo femenino, de la belleza, del surgimiento de la amistad y de cómo por mucho que queramos hay algunas cosas que simplemente no cambian.
¿En el filme, cómo fue la interacción con la guionista que también es una de las protagonistas?
Ella alega que la experiencia fue como montar la montaña rusa con los ojos vendados. Para mí fue algo similar. Fue muy rica la interacción que conseguimos las tres actrices y yo. Como el 95 {bb302c39ef77509544c7d3ea992cb94710211e0fa5985a4a3940706d9b0380de} de la película fue improvisada, la comunicación entre nosotros, el escucharnos, fue todo.. Con Claudia pasaba una cosa muy rica para mí como director. Ella comenzó siendo coguionista de Marina hace unos cinco años, es también la protagonista de mis últimas tres películas después en Jirafas escribió un guión completo que me presentó y le propuse filmarlo. Ella tiene su mirada, su propia perspectiva y sus experiencias típicas de su generación por lo que tuve que enfrentarme al texto un poco desde afuera. Creo que con Venecia lo hicimos de una forma más atrevida ya que era una película en la que solo teníamos escrita una escaleta, no un guión y a partir de eso ella y las otras dos actrices improvisaban sobre situaciones que existían para darle el toque de espontaneidad. Para mí fue muy gratificante porque fue darles las voces a ellas tres y disminuir mi rol de director. Mi real objetivo fue el de estar constantemente generando situaciones entre ellas y dedicarme a documentarlas.
¿En qué género podríamos inscribir la película?
No me gustan las etiquetas y no diría que es un cine femenino ni feminista, se trata de un acercamiento desde mi punto de vista a la mujer, Mas que un intercambio es un enfrentamiento mío con las preocupaciones de estas féminas. Los personajes fueron construidos a partir de las actrices. Cada una le aportaron sus experiencias vitales y yo interactúo con eso todo el tiempo.
Kiki, eres uno de los cineastas cubanos más prolíficos de los últimos tiempos. ¿En qué trabajas ahora?
Me encuentro inmerso en Looking for desire, una película coral que recrea un día en la vida de un grupo de actores. Aún está en proceso de edición, y tenemos previsto tener una versión lista para septiembre y participar en el Premio América Latina Primera Copia, del Festival de La Habana.
Que bueno, una pelicula de extreno para cuando regrese a mi Cuba.