El diseñador escénico Eduardo Arrocha (La Habana, 1934) fue distinguido este viernes con el Premio Nacional de Danza 2022, en coincidencia con las celebraciones en Cuba por el Día Internacional de esa manifestación artística, informan medios oficiales de la Isla.
El jurado encargado de definir al laureado en esta ocasión fue presidido por la maestra Laura Alonso, Premio Nacional de Danza del pasado año, y lo integraron, además, los también los premios nacionales Rosario Cárdenas y Joanne García, así como Nieves Lafertte y Yuris Nórido, de acuerdo con el reporte de la agencia Prensa Latina (PL).
La decisión estuvo sustentada en la larga trayectoria del maestro Arrocha, quien a su trabajo en las artes plásticas, suma más de medio siglo enfocado en el diseño de espectáculos para obras de corte dramático, el cine, el cabaret y la danza. En esta última destaca particularmente su labor junto al notable coreógrafo e investigador Ramiro Guerra.
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Por su polivalencia y su extensa y exitosa carrera vinculada a diferentes manifestaciones artísticas, Arrocha también ha sido merecedor del Premio Nacional de Teatro en 2007, y el Premio Nacional de Diseño en 2013.
En su formación, el destacado diseñador recibió cursos en el Teatro Nacional de la Ópera de Praga (1966) y la Ópera y Ballet de Bratislava (1971) que consolidaron su trayectoria en la escena cubana. En su quehacer destacan sus notables obras para el Conjunto Nacional de Danza Moderna, donde se desempeñó como diseñador jefe y director técnico, subraya la información.
“Crónica nupcial”, “Octeto amoroso”, “Fruta extraña”, “Suite campesina”, “Impromptu negro” y “Entreacto barroco” son algunas de las piezas que llevan su sello, el cual imprimió también en el Ballet Nacional, para el que ha estado a cargo de diseños para “Giselle” y luego para “La nueva Odisea” y “Amazonia”.
Recuerda PL que en su haber, Arrocha atesora más de 80 trabajos para unos 70 coreógrafos de danza moderna o contemporánea. Por todo lo anterior, la crítica especializada ha resaltado que su nombre forma ya “parte indisoluble” de las artes escénicas de Cuba.