El Ballet Royalty antes de ser cierto

Foto: Ismario Rodríguez

La bella durmiente. Pas de deux, por Jurgita Dronina y Semyon Chudin. Foto: Ismario Rodríguez.

A tan solo unas horas de su debut en Cuba, el Ballet Royalty tuvo este mediodía su ensayo general en el Gran Teatro de La Habana.

Fragmentos de clásicos como La sílfide, La bella durmiente, El lago de los cisnes y Giselle serán encarnados por los artistas internacionales Ivan Vasiliev, Iana Salenko, Mathew Golding, Joseph Gatti, Daniil Simkin, Jurgita Dronina, Misa Kuranaga, Maria Kochetkova, Carlo Di Lanno y Semyion Chudin. Destacan también la matancera Adiarys Almeida y el propio Rodrigo Almarales.

Los doce bailarines, con vestuario a medias, esgrimieron su ejecución en la Sala García Lorca ante estudiantes y profesores de danza cubanos, prensa y algunas personalidades de la cultura.

El ensayo, un espectáculo de la verdad, donde lo que se ve no son personajes todavía, sino apenas siluetas a medio camino entre realidad y ficción. Gente común pretendiendo la magia de la transformación.

Caminan relajados y desmaquillados sobre el tabloncillo sin escenografía aún, hacen pirouettes y fouettés que pueden entonces no ser perfectos o completos; toman agua, hablan entre sí, se despeinan –ese lujo…

A un costado del teatro, en la calle San Martín comienza, mientras tanto, el montaje de una pantalla donde podrá verse en vivo la gala que los doce protagonistas habrán estado ensayando.

Foto: Ismario Rodríguez
Maria Kochetkova y Carlo Di Lanno en Bells pas de deux. Foto: Ismario Rodríguez.
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