Romper la inercia. Ese es el llamado desde el 11 de abril, con la inauguración de otra edición de El Callejero: cinco días para darle movimiento a cuanta calle, banco, pared o balcón se nos ocurra.
Desde hace 23 años Danza Teatro Retazos celebra el Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja: Ciudad en Movimiento. Cada abril la danza se apropia de los espacios públicos como parte de esta idea de Isabel Bustos, directora general del evento y de la compañía. Bailar la ciudad fue el pretexto, cambiarla por unos días, resignificarla, es lo que han logrado.
El encuentro representa también un momento ideal para las oportunidades y el desarrollo profesional y personal, pues en él confluyen artistas de casa y de otros continentes. Este año, igualmente con el apoyo de la Oficina del Historiador de la Ciudad y el Centro de Teatro de La Habana, están llegando participantes de 16 países, encabezados en número por México. De Cuba participan 29 conjuntos de siete provincias. También repiten en su programa las exposiciones, conciertos, talleres, clases magistrales y proyecciones audiovisuales. Un exhaustivo y amplio programa que marcará la ruta cada día, sin camisas de fuerza.
Para la apertura, la habitual arrancada de Retazos, una mezcla de experiencias y técnicas que viene marcando el paso del grupo desde hace más de 30 años. Con el sonido del cañonazo bautizaron el evento en una fusión con Gigantería Habana, lógica unión en un escenario que apuesta por el trabajo en conjunto. Junto a cinco personajes arquetípicos los bailarines anfitriones crearon historias desde los movimientos, la improvisación, y una danza-teatro que llegó para quedarse.
En la segunda parte, Retazos rescató una de sus coreografías anteriores. Es cierto que no estamos ante un estreno “como Dios manda”, pero la retrospectiva vale por lo bien lograda. Con una técnica bien marcada, los bailarines de la Premio Nacional de Danza 2012 muestran lo que son capaces de hacer para defender un estilo bien marcado y aprehendido de su maestra. Una búsqueda, la soledad, el amor, la quimera, la ilusión de realizar un sueño, el descubrimiento, nuestros tránsitos… el retorno al punto de partida, fueron las pautas que atraparon la atención de los presentes.
“Nothing else matters” como un reclamo, una oración, un rezo versionado del éxito de Metallica fue el climax, la manera de transportarnos más allá de los pasos. La ejecución, a ratos impecable, logró una conexión bailarines-público y dejó claro que compartían lenguaje. Retazos es un grupo sólido, y lo dicen las más de tres décadas de trabajo, la persistencia de su directora, y la permanencia de este festival cada abril. La compañía se empeña en hacer danza dondequiera. Y lo logra.
El Callejero se posiciona como uno de los eventos de La Habana Vieja de más convocatoria, un espacio donde confluyen todos amén de sus preferencias danzarias, musicales, o de otro tipo. La idea es promover el vínculo entre los habitantes de la ciudad con su entorno mediante el movimiento, y aportar a la cultura de una manera novedosa y entusiasta. Cada año surgen nuevas alianzas, nuevos amigos, se hacen colaboraciones, intercambios, préstamos, desafíos, y lo más importante, se va preparando la próxima edición.
El inicio en la Calle de Madera auguró unos días ardientes, cálidos; fue un buen comienzo, un flashazo de lo que vendrá por estos días en La Habana Vieja. Se escucharon los primeros sonidos del barullo que despertará a la ciudad cada jornada, los primeros pasos de lo que se bailará por todos lados.