Ballet Beyond Borders (BBB) inició el 7 de enero su segunda edición en La Habana. La primera de sus acciones fue una clase magistral impartida por el coreógrafo estadounidense Vince Paterson, dueño de una larga carrera con un éxito notable en la industria del pop, donde creó icónicas coreografías para figuras como Michael Jackson y Madonna. Para el clásico Thriller del Rey del Pop, Paterson fue asistente de coreografía y uno de los zombis del videoclip que revolucionó el audiovisual promocional para la música; esa experiencia fue compartida en este encuentro inicial.
Aunque con este gancho BBB captó buena parte de la atención, el evento que organizan la compañía cubana Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC) y la estadounidense Rocky Mountain Ballet Theater, tuvo su inauguración oficial en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional con fragmentos del espectáculo Habana Fénix.
Desde el miércoles 8 comenzaron las competencias, el verdadero plato fuerte de la cita, que con su concepto de no saltar las fronteras, se ha desarrollado en Montana, Los Ángeles, Pakistán, China, Italia y la capital cubana.
Charlene Carey, fundadora del Rocky Mountain Ballet Theatre y de BBB, afirmó en un encuentro con la prensa en la mañana de la jornada inaugural, que “lo que sucede en el escenario es increíble, pero la magia de Ballet Beyond Borders está afuera, lo que pasa entre los bailarines”.
La experiencia en Cuba a inicios de 2024 alimentó aún más esa idea, por eso el evento regresa a La Habana.
“A donde quiera que vayamos siempre es impactante, pero la gente que vino con nosotros se fue muy feliz de aquí. Es increíble lo que ha causado en los bailarines, en las amistades que hemos traído, tanto que los que vinieron en esa ocasión, si no pudieron regresar, esta vez envían a nueva gente para que vivan la experiencia. La mayoría de las cosas que nos llevamos es la cultura que ustedes han creado en este hermoso país”, dijo Charlene.
A través de figuras como Caridad Martínez, Dany Hernández, Grettel Morejón o Jorge Barani, Cuba ha tenido alguna presencia siempre en Ballet Beyond Borders, pero Lizt Alfonso Dance Cuba fue quien hizo posible que este gran encuentro y concurso multinacional pudiera tener a la isla como una de sus plazas.
La imparable coreógrafa y directora inicia entonces con BBB el trabajo de 2025, y en el ajetreo que implica un evento con más de 160 participantes nacionales y más de 150 extranjeros, hace una pausa para conversar con OnCuba.
¿Pensaste que Ballet Beyond Borders llegaría a una segunda edición en Cuba?
Para nada. En un momento determinado, Charlene Carey me invita a formar parte del jurado de Ballet Beyond Borders. Y estando allí viéndolo todo, en Montana, en aquel frío, en aquella nieve, yo, en una forma jocosa, le digo: “El próximo enero lo vamos a hacer en La Habana”. Ella se viró y me dice: “¿En La Habana?”. Y yo le digo: sí, en La Habana. Así llegó aquí BBB en enero de 2024, y tuvo tal aceptación entre toda la gente del mundo de la danza en Cuba que ambas decidimos ir a la segunda vuelta.
Estamos felices por ello, y en esta ocasión además lo vamos a llevar hasta Cienfuegos. La gala de clausura primero se va a hacer en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba y después en el Teatro Terry de Cienfuegos.
¿Qué otras diferencias destacarías entre la pasada edición y esta?
Entre la primera vez que hicimos el evento en 2024 y este, que solamente ha pasado un año, aumentó la cantidad de participantes, aumentó la diversidad; es decir, hay participantes prácticamente de todo el país y de todos los estilos de danza: ballet, danzas españolas, bailes populares cubanos, afrocubanos y danza fusión.
Realmente es muy bonito que puedan competir en todas esas especialidades, además la de joven coreógrafo, es decir, los muchachos menores de 30 años que quieren ser coreógrafos.
Que el mundo ponga sus ojos sobre ellos a través de este evento, para mí, es una de las cosas más importantes, porque Ballet Beyond Borders ha tenido la facultad de ir colocando a algunos jóvenes que se han presentado en su evento en distintas compañías de talla mundial.
Si los cubanos nos colocamos, prácticamente solos, en las distintas compañías del mundo, que siga sucediendo, y no solamente en las compañías del mundo clásico y contemporáneo, sino en otras muchas más.
La participación internacional también ha crecido…
Este año la presencia de África es muy fuerte y eso me ha llamado la atención, países como Sudáfrica y Zimbabue. Además, Italia, Canadá, Estados Unidos, Pakistán, México, realmente muchos. Pero no solo vienen los bailarines, también los maestros, los coreógrafos y, por otro lado, las personalidades, que digamos que son como las columnas que sostienen este evento.
Todos los maestros que han venido de los distintos países vienen con esa sabiduría, a dejarnos el regalo de su conocimiento; eso le adelanta años luz a cualquier persona que lo reciba.
¿Esa diversidad de naciones está también en el jurado de esta edición de BBB?
El jurado es muy variado. Hay muchos cubanos y también todas estas mismas personalidades son jurados en cada uno de los tipos de competencias y eso también le da mucha credibilidad al evento.
Por ejemplo, cuando concursan mis bailarines, los bailarines de mi compañía o los bailarines de mi escuela, yo me retiro del jurado y entra otra persona para que sea totalmente imparcial.
He estado en competencias de muchos tipos y en otras el jurado va más al resultado. Eso es otra cosa que me gusta de los jurados de BBB. He tenido la oportunidad de trabajar en varias ocasiones con ellos en los Estados Unidos y aquí, y ellos ven el talento que hay detrás del niño, detrás del bailarín que se está formando y a partir de ahí proponen una serie de acciones que se pueden hacer para que se conviertan en un mejor bailarín y también en una mejor persona.
¿Cuál es el mayor aporte que hace un evento como Ballet Beyond Borders al contexto de la danza cubana actual?
El concepto. Esa idea de ballet más allá de las fronteras. Ellos han logrado hacer una gran familia alrededor del mundo que cada día crece más, cada día tiene más amigos en todos los lugares y además en países tan diferentes como Cuba, Pakistán, China, Estados Unidos; y a todos los une la danza.
Eso es una bendición y para nosotros, como cubanos, como país, lo que más nos aporta es ese concepto de que la familia puede estar unida como quiera que sea, como quiera que piense, porque siempre hay un objetivo común que es lograr la felicidad de los seres humanos. Se trata del bienestar, de la felicidad, de la realización personal para que haya también una realización colectiva.